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En la novena edición del encuentro Enartes, desarrollaron coloquio en el Cenart

Analizan los retos y las dificultades para organizar festivales artísticos

¿Cómo podemos saber lo que significa nuevo o viejo?, inquiere director de orquesta austriaco

 
Periódico La Jornada
Martes 12 de diciembre de 2017, p. 6

¿Cuáles son los retos y las dificultades que enfrentan los organizadores para promocionar un festival? ¿Cómo deben renovarse esos foros para que no se vuelvan perecederos? ¿Qué papel juega la globalización en los encuentros artísticos?

Esas reflexiones marcaron el comienzo del coloquio Los nuevos-viejos festivales hacia los viejos-nuevos modelos en el aula magna José Vasconcelos del Centro Nacional de Las Artes (Cenart), como parte de la segunda jornada de la novena edición del Encuentro de las Artes Escénicas (Enartes), que culminó hace unos días.

La mesa de debate fue presidida por Anamarta de Pizarro, directora artística de la Fundación Teatro Nacional y del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá; Natalia Menéndez, fundadora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, España; Pau Llacuna, licenciado en historia del arte por la Universidad de Barcelona, y Josef Aichinger, director artístico en Austria.

En primera instancia lo que interpreté con el título de esta mesa es que los viejos festivales deben convertirse en nuevos modelos. ¿Cómo es que sobreviven a través del tiempo?, apuntó la actriz y productora Marisa Giménez Cacho, quien fungió de moderadora.

Pau Llacuna aseveró: Un festival puede ser viejo o nuevo, dependiendo de si responde o no al territorio y público al que se dirige. Los festivales persisten porque tienen espectadores.

Conexión especial con el público

Anamarta de Pizarro explicó que una de las razones por las que el Festival Iberoamericano de Teatro de la capital colombiana subsiste es por la conexión tan especial con el público. “Cuando éste se creó en Bogotá, la ciudad se volvió un poco conservadora, no había tantas expresiones de lo contemporáneo, lo moderno.

“Lo interesante –añadió– fue crear un espacio donde la programación es efectiva y posee un papel fundamental en el teatro de calle. Eso genera un enlace colectivo, porque es para todos. Sin tintes políticos, aunque aborda los problemas cotidianos.”

Una de las cosas sobresalientes del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro es su especificidad. Es barroco, habla de los siglos XVI y XVII, hay un equilibrio entre la profesión y el público. Aunque no se debe pensar en este último sino en la profesión, advirtió Natalia Menéndez.

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La compañía de danza contemporánea A Poc A Poc presentó en el Teatro de las Artes del Cenart la coreografía En código bolero: la dulce limerencia, de Jaime CamarenaFoto Luis Humberto González

Josef Aichinger, director artístico en Austria, dijo que “hablar de la música vieja o nueva es un asunto muy paradójico. ¿Cómo podemos realmente saber lo que significa nuevo o viejo en ese ámbito? Para mí, crear un festival significa encontrar un lugar correcto y transmitir una programación adecuada para el sitio.

Aichinger es el organizador del programa Artistas en residencia, espacio de intercambio internacional dirigido a músicos contemporáneos recibidos hasta por tres meses en la ciudad de Krems.

Danza, teatro y música

Otro tema fue si el éxito de un festival, teatral o musical, depende en su mayoría de la participación de los artistas o del uso de las nuevas tecnologías.

En Almagro, los escenarios tienen distintas alturas. Con esto quiero decir que los artistas ya también están en la calle. Hay todo un proceso creativo, los involucrados saben hacer bien su trabajo. Sin embargo, no siempre hay audiencia, dijo Menéndez.

Las redes sociales y las páginas web permiten mayor cercanía e interacción. Incluso se puede exhortar a estudiantes o interesados en festivales a experimentar algún taller, refirió De Pizarro.

Pau Llacuna expresó: Es claro que las redes sociales han hecho un papel muy importante, incluso hoy; si una función es cancelada se puede avisar instantáneamente a los espectadores.

Aichinger destacó que la participación de los artistas en un festival siempre será un conglomerado de deleites. Por ejemplo citó al compositor e intérprete mexicano Juan Pablo Villa (1975), quien fue uno de los artistas invitados en Austria y deleitó a decenas de estudiantes que descono-cían la música mexicana.

Villa es un estupendo intérprete del canto cardenche. Este es un género de la música popular mexicana basado en la composición e interpretación de canciones únicamente interpretadas con la voz, sin instrumentos musicales, acotó Giménez Cacho.

La programación de la segunda jornada de Enartes incluyó presentaciones de danza, encabezadas por el Colectivo Querido Venado y las compañías A Poc a Poc y Aksenti Danza Contemporánea. De teatro, participaron la actriz Mariana Villegas, el Colectivo Eutheria Teatro y el actor César Enríquez Cabaret, así como de música, con las agrupaciones Luz de Riada y Troker.