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Atacante detona bomba casera en una estación de autobuses del centro de Manhattan

Trump utiliza estallido en NY para promover su política antimigrante

Identifican al agresor como Akayed Ullah, originario de Bangladesh

Reportan 4 heridos leves

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James O’Neil, comisionado de policía, y Andrew Cuomo y Bill de Blasio, gobernador y alcalde de Nueva York, respectivamente, se dirigen a la rueda de prensa para responder sobre la explosión de ayer en la terminal de autobuses Port Authority, en el centro de ManhattanFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 12 de diciembre de 2017, p. 22

Nueva York.

El atentado terrorista en un pasillo del sistema del Metro en Nueva York esta mañana de inmediato fue utilizado políticamente por el gobierno de Donald Trump para impulsar sus políticas antimigrantes y justificar de nuevo las guerras más largas de la historia de este país.

A las 7:20 horas (local) un hombre detonó una bomba casera atada a su cuerpo al interior de un pasillo peatonal dentro del complejo de transporte público más transitado de la ciudad de Nueva York, el cual conecta con tres líneas del Metro entre Times Square y la Octava Avenida, donde también se ubica la central de autobuses (Port Authority Bus Terminal).

La explosión se escuchó en los túneles del Metro en el centro de Manhattan, mientras el humo invadió partes de la central de autobuses, provocando pánico y una respuesta masiva de las autoridades policiacas en hora pico en uno de los lugares más repletos de la ciudad. Cuatro personas sufrieron heridas, ninguna grave.

El sospechoso de perpetrar el atentado sobrevivió y fue detenido por la policía. Identificado por las autoridades como Akayed Ullah, de 27 años, el inmigrante de Bangladesh que reside legalmente en Brooklyn sufrió quemaduras y se encuentra grave en el hospital público Bellevue. Emigró a Estados Unidos en 2011 con una visa permanente con el patrocinio de un familiar residente aquí.

Seleccionó el objetivo por sus carteles de Navidad, recordando atentados parecidos en Europa contra mercados navideños y dijo que su ataque fue en respuesta a bombardeos estadunidenses contra el Estado Islámico (EI) en Siria y otros lugares, informaron oficiales de seguridad pública al New York Times, indicando que Ullah está hablando con ellos en el hospital.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, informó poco después del estallido: esto fue un atentado terrorista, pero fue perpetrado en solitario, y aseguró que no se habían detectado otros conspiradores ni más explosivos. Agregó que la selección de Nueva York siempre es por una razón, porque somos un faro para el mundo, y realmente demostramos que una sociedad de muchas fes y orígenes puede funcionar. Acusó que los terroristas desean minar eso.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, recordó: somos un blanco para muchos que desean hacer una declaración contra la democracia y la libertad. Tenemos la Estatua de la Libertad en nuestro puerto. Señalando que cualquiera puede construir una bomba casera para actos viles, afirmó que, por otro lado, “esto es Nueva York y todos contribuimos (…) regresemos a trabajar, no permitiremos que nos interrumpan”.

Pero el mensaje del gobierno de Trump fue diferente al enfatizar la necesidad de imponer medidas antimigrantes y de control fronterizo. Pocas horas después del incidente, el presidente, en una declaración en la que se le olvidó, una vez más, expresar su solidaridad, calificó el incidente de intento de ataque de asesinato masivo y argumentó que el sistema migratorio flojo permite el ingreso de demasiadas personas peligrosas e inadecuadamente verificadas al país. Concluyó que la migración en cadena de familias extendidas es incompatible con la seguridad nacional, e instó a que el Congreso apruebe sus propuestas para poner fin a este tipo de migración entre familias y ampliar las fuerzas de control.

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El sospechoso de detonar una bomba casera en las cercanías de Times Square, en Manhattan, fue identificado como Akayed Ullah, de 27 años, inmigrante de Bangladesh que en 2011 ingresó a Estados Unidos y ahora reside legalmente en Brooklyn. El individuo sufrió quemaduras y se encuentra grave en un hospital
Foto Afp/NYC Taxi&Limousine Commission

La vocera de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders declaró que el atentado “resalta la necesidad de que el Congreso trabaje con el presidente sobre reformas migratorias para mejorar nuestra seguridad pública y fronteriza. Subrayó que la política del presidente llama a poner fin a la inmigración en cadena, en referencia a la inmigración de familiares de residentes inmigrantes en este país. Si su política hubiera sido implementada, a este atacante no se le hubiera permitido venir al país, concluyó.

Tras afirmar que las operaciones militares contra el Estado Islámico (EI) han tenido grandes logros, repitió el mantra que se originó en el 11-S de 2011: tenemos que destruir la ideología malévola detrás de EI y atentados como el de hoy.

Este fue el segundo atentado en Nueva York en dos meses por alguien que actúa en solitario pero inspirado por el EI. El 31 de octubre, el día de Halloween, un inmigrante de Uzbekistán con residencia legal atropelló deliberadamente a varias personas en un carril para bicicletas matando a ocho (siete de ellos parte de un grupo de turistas argentinos) y provocando por lo menos 12 heridos, en lo que fue calificado como el peor atentado terrorista en esta ciudad desde el 11-S.

Aunque al final del día gran parte del sistema de transporte regresó a la normalidad, durante las primeras horas toda línea del Metro suspendió paradas en la Calle 42, en el centro de Manhattan, y la masiva central de autobuses fue desalojada. En las calles aledañas un ejército de vehículos de emergencia congestionaron la zona con pasajeros tratando de entender qué ocurría y cómo llegar o salir de la zona para arribar a sus destinos. Esta noche casi todo el transporte estaba funcionando normalmente y el alcalde anunció que no hay más amenazas creíbles en este momento.

Sin embargo, se avisó que había un incremento en la presencia de fuerzas de seguridad pública en puntos clave de la metrópolis.

Pero, como todos dicen, este es Nueva York, y también brotó la actitud desafiante y el humor negro. En las calles y en las redes había mensajes de solidaridad y otros como el que afirmaba que fuera de Nueva York todos gritan atentado terrorista con horror, mientras aquí dentro uno se queja de que el gran logro de un perdedor fue demorar mi viaje en Metro por 38 minutos. Otro afirmaba que la línea F no necesita una bomba casera para estar siempre demoradada. El periódico satírico The Onion resumió la actitud: Funcionarios del transporte público aseguran a los neoyorquinos que el Metro hoy funcionaría como siempre, o sea, de la chingada.