Opinión
Ver día anteriorViernes 15 de diciembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Economía Moral

Se cumplen 150 años de la publicación del volumen I de El capital, de Marx / VI

Nuevo libro de David Harvey rescata la vigencia de esta obra magna

D

avid Harvey (DH), nacido en 1935 en Inglaterra, es un geógrafo marxista, independiente y crítico. Es profesor distinguido de antropología en el Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) desde 2001. Antes fue profesor de geografía en las universidades Johns Hopkins y Oxford. Es el geógrafo académico más citado del mundo. Entre sus 23 libros citados en Wikipedia, muchos de ellos disponibles en español, hay muchos, y muy buenos, sobre el pensamiento de Marx, incluyendo Companion to Marx’s Capital (Verso, Londres, en dos volúmenes, publicado en español como Guía de El capital por Akal, España), que es la versión en libro de su curso en video, disponible en Internet, sobre El capital (EC). DH ha dado clases sobre El capital por más de 40 años. En la página en Internet, la editorial se refiere al nuevo libro de Harvey, Marx, Capital and the Madness of Economic Reason (Oxford University Press, Nueva York, 2018; en español el título podría ser: Marx, EC y la locura de la razón económica), que hoy comienzo a comentar, en los siguientes términos:

DH no sólo provee una destilación concisa de su famoso curso sobre EC, también hace que EC sea pertinente para el proceso continuo de globalización del Siglo XXI. Muestra la vigencia del poder analítico de EC y lo hace de manera muy clara y simple sin comprometer su profundidad y complejidad. Demuestra cómo y por qué EC sigue siendo un documento vivo y palpitante, con una influencia descomunal en el pensamiento social contemporáneo.

Al final del libro (en la coda, p.208) DH explica el oxímoron de la expresión locura de la razón, citando un pasaje del capítulo 30 del Vol. III de EC (cito extractos):

“Durante la propia crisis –puesto que cada cual tiene para vender y no puede hacerlo, a pesar de que tiene que vender para pagar– … el capital ya desembolsado se halla, en efecto, masivamente de-sempleado porque el proceso de reproducción está paralizado. Las fábricas están ociosas, las materias primas se acumulan, los productos terminados abarrotan el mercado como mercancías. Por tanto, nada podría ser más erróneo que atribuir tal situación a una falta de capital productivo, pues es precisamente entonces que hay un excedente de capital productivo…” (Me baso en la traducción de Siglo XXI, p. 622 del Tomo III, vol. 7, que corrijo cuando es más clara la versión de Penguin Books citada por DH)”

DH dice: ésta es la locura que hemos vivido muchas veces en los últimos 40 años:

“Capital excedente y una masa creciente de trabajo excedente y disponible, están uno al lado del otro sin que haya manera de juntarlos para producir los valores de uso tan desesperadamente necesitados, incluso cuando una tercera parte de los niños en EU… viven en pobreza … y les es negado el acceso a servicios sociales y educación elementales por la política de austeridad impuesta. ¿Puede haber mayor locura que esto?” (p.209)

Lo que Marx se propone en EC, continúa DH, “es una manera de atravesar todas las confusiones del funcionamiento cotidiano del modo capitalista de producción para llegar a su esencia –sus leyes internas de movimiento– a través de la formulación de abstracciones entretejidas… en una teoría de la acumulación interminable de capital”. Y añade brillantemente:

“La ciencia real comienza cuando llevamos estos conceptos, abstracciones y formulaciones teóricas de regreso a la superficie de la vida cotidiana y mostramos cómo iluminan los por qué y las razones de las luchas diarias… de la gente para sobrevivir. Esto es lo que el concepto de capital está diseñado para hacer y es lo que Marx esperaba que EC nos ayudara a lograr. Lo que espero que esta exposición del pensamiento de Marx haya hecho es sugerir que el camino de Marx no es una única supercarretera que tiene que seguirse, sino una puerta abierta a través de la cual podemos progresar a niveles más altos de comprensión de los problemas subyacentes que permean nuestra realidad actual… Si la política del presente parece demente (como a mí me parece), es seguramente porque la locura de la razón económica tiene algo que ver en ello. … Sin duda, el capital no es el único sujeto para un ajuste de cuentas comprehensivo y completo de nuestros males actuales. Pero pretender que no tiene nada que ver con nuestra presente enfermedad y que no necesitamos tener una representación convincente, en oposición a una fetichista y apologética, de cómo funciona, como circula y se acumula el capital, es un crimen contra la humanidad… ”. (p.209)

Foto
Portada del nuevo libro de Harvey hoy reseñado

En el prólogo, DH se refiere a Marx y a su obra económica. Empieza diciendo: “A lo largo de toda su vida, Marx se esforzó prodigiosamente por entender cómo funciona el capital. Estaba obsesionado por descubrir de qué manera, lo que llamó las ‘leyes de movimiento del capital’, afectaban la vida cotidiana de la gente común”. Añade:

“Incansablemente expuso las condiciones de desigualdad y explotación que yacían enterradas en el lodazal de teorías autocomplacientes promovidas por las clases dominantes. Tenía particular interés en por qué el capitalismo era tan propenso a las crisis. ¿Se debían éstas… a shocks externos, como guerras, escasez natural o malas cosechas, o hay algo en el modo en que funciona el capital que hace que tales quiebras destructivas sean inevitables? Esta pregunta todavía deja perpleja la investigación económica.” (p.xi)

Entre las razones que enumera para sostener que no es fácil sintetizar los hallazgos de Marx, está la alta proporción de notas y borradores en su legado, así como el hecho de que Marx era un analista turbulento y no un pensador estático. Mientras más aprendía de sus voluminosas lecturas (no sólo de los autores de economía política, antropólogos y filósofos, sino también de la prensa financiera y de negocios, debates parlamentarios e informes oficiales), más evolucionaban sus puntos de vista (otros dirían, cambiaba de opinión) (p.xii). DH también dice que Marx era un voraz lector de la literatura clásica, con la cual condimentaba sus escritos (en particular el vol. I de EC que, en opinión de DH es una obra maestra en términos literarios). También nos recuerda que Marx era un activista y un polemista, así como un teórico, un erudito y pensador de primer rango.

DH señala que recientemente ha habido una ráfaga de estudios comprehensivos sobre Marx referidos al medio personal, político, intelectual y económico en el que escribió. Cita dos libros que considera obras mayores: Jonathan Sperber, Karl Marx: A Nineteenth Century Life (Nueva York, Liveright Publishing, 2013), y Gareth S. Jones, Greatness and Illusion (Belknap Press, Cambridge, Massachusets, 2016). Los considera invaluables en ciertos aspectos, pero añade:

“Desafortunadamente, también parecen orientados a sepultar en el Cementerio de Highgate, con Marx mismo, su pensamiento y su gigantesca obra como producto anticuado y defectuoso del pensamiento del Siglo XIX. Para ellos, Marx fue una figura histórica interesante pero su aparato conceptual tiene poca importancia actual, si alguna vez la tuvo. Ambos olvidan que el objeto de estudio de Marx en EC fue el capital y no la vida del siglo XIX… Y el capital está todavía con nosotros, vivo y en buen estado en algunos aspectos, y lleno de achaques, si es que no fuera de control, emborrachado de su propio éxito, en otros. Marx consideraba fundacional el concepto de capital para la teoría económica, así como para el entendimiento crítico de la sociedad burguesa. Pero uno puede leer hasta el final los volúmenes de S. Jones y Sperber sin obtener la más vaga clave respecto al contenido del concepto de capital de Marx… El análisis de Marx, aunque obviamente anticuado en algunos aspectos, lo encuentro aún más pertinente ahora que en el tiempo en que lo escribió. Lo que en los días de Marx era el sistema económico dominante sólo en un pequeño rincón del mundo, ahora cubre todo el planeta con sorprendentes implicaciones y resultados… Los comentarios proféticos de Marx sobre las leyes de movimiento y las contradicciones e irracionalidades del capital, resultan mucho más incisivas y penetrantes que las unidimensionales teorías macroeconómicas contemporáneas…” (p.xiii)

www.julioboltvinik.org