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Siguen esperando ayuda de autoridades de los tres niveles; la de ciudadanos ha mermado

Damnificados de Jojutla pasarán Navidad y Año Nuevo en la calle

Sedatu no ha corregido supuesto error que excluyó a familias del censo para recibir subsidios

Prometen entregar subsidio por pérdida total a quienes recibieron dictamen de daño parcial

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Un campamento de lonas y otros materiales endebles es donde habitantes de la colonia Emiliano Zapata, municipio de Jojutla, Morelos, damnificados por el sismo del 19 de septiembre, pasarán las fiestas navideñas y el inicio de año. Casi tres meses después del terremoto, siguen en espera de apoyo federal, estatal y municipal. Algunos colocaron adornos navideños en las casas de campaña y en la malla ciclónica que las rodeaFoto Rubicela Morelos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 18 de diciembre de 2017, p. 23

Cuernavaca, Mor.

Las familias damnificadas por el terremoto del 19 de septiembre pasarán una Navidad y Año Nuevo tristes, con mucho frío y desamparados, pues viven casi a la intemperie, en tiendas de plástico.

En esta temporada tienen un solo deseo: una casita para refugiarse del frío extremo por las noches y el calor intenso durante el día.

Hace casi tres meses que el terremoto destruyó sus viviendas, y siguen a la espera de ayuda del gobierno federal, del estatal, encabezado por perredista Graco Ramírez, y del ayuntamiento de Jojutla, a cargo del alcalde Alfonso Sotelo.

La mayoría de los damnificados se quejan de que están igual o peor que la tarde del 19 de septiembre, cuando un movimiento telúrico magnitud 7.1 acabó con su patrimonio, reunido en años, incluso décadas, de trabajo.

Mientras, continúan llorando la pérdida de sus seres queridos (en Jojutla murieron 27 personas), así como de sus viviendas, muebles y otras pertenencias.

Cada movimiento o ruido revive en su memoria lo que sufrieron ese día, cuando la tierra se movió y derribó sus hogares.

Quienes viven en casas de campaña tenían la esperanza de recibir más apoyo de ciudadanos y dependencias gubernamentales, lo que sólo ocurrió unas semanas.

Aseguran que una parte de ellos no han recibido apoyo alguno del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), debido a que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) se equivocó en la entrega de tarjetas para reparto de ayuda y no ha enmendado dicho error.

Cuentan que ya son muy pocas las personas que se acercan a dejarles víveres para que se alimenten en las tiendas de campaña, donde viven como refugiados en sus propios lotes, donde tenían su casas.

Hay familias que están aún peor, ya que ni siquiera fueron inscritas en el censo del Fonden ni han recibido auxilio del fondo que creó el gobierno estatal, Unidos por Morelos.

Un pavo o un pollito rostizado

Cada familia cuenta sufrimientos, dolores y preocupaciones, pero no pierden la esperanza de tener un nuevo hogar para protegerse del friazo y el calorón que se sienten en este municipio del sur de la entidad, o por lo menos de recibir ayuda, principalmente agua embotellada, víveres y materiales de construcción.

Salomón Hernández Encarnación, de 68 años, perdió su casa y vive en una tienda de campaña donada por organizaciones civiles nacionales e internacionales; además, se quedó sin la compañera de su vida: Gloria Arcos Carpio.

Bajo la lona, Salomón improvisó una peluquería, negocio que también perdió a causa del sismo. Dice que pasará la Nochebuena y el inicio de año triste, solo y desamparado.

Tenía más de 44 años casado con Gloria. Tuvieron dos hijas, que por falta de oportunidades en Jojutla se fueron a trabajar a Estados Unidos. No pudieron venir a despedirse de su madre ni podrán visitarlo a él porque son indocumentadas.

Recobra ánimo en medio de su tristeza y dice con una sonrisa, que esta Navidad pedirá que su esposa esté bien dondequiera que se encuentre, y también una casita, porque pasa mucho frío en la tienda de campaña.

También pide a los ciudadanos de buen corazón que quieran ayudarlos les lleven el 24 de diciembre un pavo o un pollito rostizado aunque sea. Yo quisiera una alita nada más para cenar rico.

Aunque sea en estas condiciones, vamos a celebrar

A él, como a otros damnificados que perdieron sus viviendas, la Sedatu le entregó a finales de noviembre una tarjeta de 15 mil pesos para resarcir daños parciales, y no la de 120 mil pesos.

Salomón se negó a recibir la tarjeta. La Sedatu le comunicó por escrito que revaluó los daños en su vivienda, que estaba ubicada en la calle 20 de Noviembre, colonia Emiliano Zapata, y autorizó que a él y otros más de 739 afectados se les dé la ayuda correspondiente a pérdida total. Les aseguran que en breve llegará el apoyo.

En la misma condición está la familia de Silvestre Tinoco Hernández, de 10 integrantes. Ellos no perdieron familiar alguno, pero sí sus pertenencias.

Con ellos también se equivocó la Sedatu y les entregó tarjeta de apoyo del Fonden por daño parcial (15 mil pesos), cuando les correspondía el de 120 mil.

Entrevistado fuera de su casa de campaña, que por seguridad rodearon con malla ciclónica, Silvestre afirma que casi tres meses después del terremoto sigue escuchando puras promesas de las autoridades.

Exigió que se agilice la entrega de ayuda y llamó a los ciudadanos a que les envíen agua embotellada, que es lo más escaso.

Enedina Morales Vega, enfermera jubilada, tiene una carpa donde estaba su casa, y en la malla ciclónica colgó adornos navideños.

Dentro tiene un árbol de plástico.“Aunque sea en estas condiciones vamos a celebrar. Hay que aceptar de Dios lo bueno y lo malo.

Lo que más sufrimos es el frío en la noche, y el calor de día. Afortunadamente, Dios nos ha visto, porque no hemos enfermado.

Pese a las condiciones en que vive, no pierde la fe, y dice que le pediría a Santa Clos material para hacer mi casa. La familia de Enedina también está a la espera de los 120 mil pesos después del dictamen de pérdida total emitido por la dependencia federal que encabeza Rosario Robles.

La situación de María Yenicel Hoyos Flores y su hermana Perla Hoyos, ambas madres solteras, es peor. No han recibido ayuda de la Sedatu ni del fondo que creó el gobierno estatal. Cuando vamos a pedir apoyo nos dicen que entreguemos el folio del Fonden, se quejan.

Micaela Muñoz Sánchez no perdió su casa, pero ésta quedó cuarteada, al igual que cientos en Jojutla. De 65 años de edad, ella se dedica a lavar ropa y su esposo, Efigenio Domínguez, al campo.

Como han podido, porque sólo recibieron apoyo por afectaciones parciales (15 mil pesos) han apuntalado su casa. No quisimos que la tiren porque no nos van a dar para levantarla, y vea, no me equivoqué, subraya.

Esta Navidad la pasará triste, ya no es lo mismo; tenemos miedo de que vaya a temblar. A veces me mareo y después digo: Dios, si quieres que me muera aplastada, me voy a morir en mi casa.