Sociedad y Justicia
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Ranier Gutiérrez señala que pronto se controlará la ansiedad para comer de más

Con ingeniería genética podría regularse la ingesta de alimentos y disminuir la obesidad

Busca blancos farmacológicos que actúen de manera selectiva sobre las neuronas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de enero de 2018, p. 26

Con el fin de encontrar nuevos blancos farmacológicos para el tratamiento de la obesidad, Ranier Gutiérrez, neurocientífico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, se ha dado a la tarea de descubrir el funcionamiento de los circuitos neuronales que regulan el consumo excesivo de alimentos altamente palatables, desde los procesos de percepción dulce hasta el control neuronal del apetito.

Por su trabajo en la materia, la Academia Mexicana de Ciencias lo nombró ganador del Premio a la Investigación 2017, en la categoría de Ciencias Naturales.

El líder del Laboratorio de Neurobiología del Apetito del Cinvestav ha sido pionero en la implantación de líneas de investigación como el registro multi-electrodo, optogenética y pruebas con microendoscopios de epifluorescencia que al implantarlo en el cerebro de ratones manipula y supervisa la actividad de poblaciones neuronales que inducen o suprimen la conducta de ingesta.

Ranier Gutiérrez ha dedicado su vida a entender cuáles son las células cerebrales y dónde están las bases neuronales que nos hacen comer alimentos palatables. “Se ha comprobado con animales de laboratorio que las neuronas gabaérgicas en el hipotálamo lateral están implicadas en el proceso de alimentación, mientras que la falta de apetito se presenta si se activan las neuronas llamadas MSND1, ubicadas en el núcleo accumbens”, agregó.

El científico implantó en México la técnica de optogenética, que implica el uso de ingeniería genética para hacer sensibles las neuronas a pulsos de luz azul, mismas que se activan mediante una fibra óptica. Éstas regulan la alimentación; las neuronas gabaérgicas se activan cuando el alimento da placer, como el azúcar.

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Retirar la comida chatarra en las escuelas todavía es una tarea pendienteFoto Notimex

Otro tipo de neuronas se encargan de normalizar el consumo de comida de manera homeostática (como las neuronas AGRP y POMC en el núcleo arcuato), que ponen un límite a la ingesta, en cierto tiempo, para no morir de hambre, ni para subir de peso.

Durante la investigación, Gutiérrez analizó las neuronas gabaérgicas y por medio de la técnica de optogenética logró controlarlas y provocar que los animales comieran de manera indiscriminada azúcar, chocolate, croquetas de comida saludable o mordieran objetos en señal de ansiedad.

El comportamiento sugiere que ese grupo de células podrían participar en las conductas de atracón, porque hicieron que el ratón saciado comiera muchas calorías en poco tiempo a pesar de que su organismo no las necesitara.

Hoy está implantando la técnica de microendoscopios de epiflorescencia que permite observar la actividad neuronal de diferentes partes del cerebro.

Con esta tecnología vamos a delimitar o caracterizar a las neuronas que están implicadas en la alimentación con mayor precisión. Una vez que se haya identificado que estas células regulan este proceso y qué tipo de estímulos gustativos u olfativos las modulan, la idea es encontrar blancos farmacológicos que actúen selectivamente sobre este grupo neuronal.