Economía
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Indica José Ángel Gurría que el país tiene la necesidad de dar continuidad a las reformas

La desigualdad del ingreso en México, el doble que en los países de la OCDE

Advierte que la recuperación desigual tras la crisis provoca desencanto hacia la democracia

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José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, durante el Seminario de perspectivas económicas, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de MéxicoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de enero de 2018, p. 21

La desigualdad del ingreso en México duplicó al promedio de los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y esto nos explica algunas de las actitudes que vemos al momento de tomar decisiones muy importantes, incluidas las electorales, señaló José Ángel Gurría, secretario general de ese organismo internacional.

Sin pronunciarse a favor de algún precandidato a la Presidencia, Gurría indicó que en México tenemos la necesidad fundamental de darle continuidad y fortaleza a todas las reformas que ya se hicieron, una impresionante colección de cambios inéditos entre los países de la OCDE.

La recuperación del crecimiento económico en el mundo después de la recesión de 2008-2009 no ha beneficiado por igual a todos los estratos de población y esa es una de las causas que explican el desencanto hacia las instituciones y los sistemas democráticos, afirmó Gurría, al participar ayer en la vigésimo quinta edición del Seminario de perspectivas económicas, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

El alto y creciente nivel de desigualdad una década después de la crisis nos ha dejado con baja confianza de los ciudadanos en las instituciones gubernamentales en todos los países de la OCDE, apuntó el también ex secretario de Hacienda y canciller mexicano.

En todas las naciones, agregó, hay una desconfianza hacia los gobiernos y las instituciones; también en presidentes, ministros, partidos políticos, sistemas bancarios, multinaciones y, en suma, en la democracia. Y ese sentimiento se refleja en procesos como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea o en el rechazo en referendo a una propuesta del gobierno colombiano para buscar un acuerdo de paz con la guerrilla.

Eso da una idea del desafecto, del desapego y de la falta de confianza en la democracia. (Las personas) dicen que ese sistema político no les resuelve sus problemas. Eso es peor que votar contra el sistema, ahí surgen los enojados, es riesgoso porque es donde se empiezan a encontrar las actitudes más irracionales y, en algunos países, no sólo hostiles sino violentas con respecto al sistema actual, apuntó.

En esa profundización de la desigualdad, México está en una situación peor que el promedio de los países de la OCDE, organización a la que pertenece el país desde 1994, y ello influye en las decisiones políticas de los mexicanos, de acuerdo con lo expresado por Gurría.

Por primera vez después de la crisis de 2008-2009, la totalidad de las economías desarrollas registran tasas positivas de crecimiento y en las llamadas economías emergentes –donde se clasifica México– hay avances en cuanto al desempeño de la actividad productiva, comentó.

Sin embargo, apuntó, el crecimiento es disparejo en cuanto a sus beneficios. En promedio para los países de la OCDE, el ingreso de la décima parte más rica de los hogares es 10 veces superior al mismo porcentaje más pobre. Antes de la crisis, la diferencia era de siete veces, lo que quiere decir, dijo, que la desigualdad ha crecido 40 por ciento en una generación.

En México, la diferencia entre diez por ciento de los hogares más ricos y el de los más pobres es de 20 veces, una desigualdad que es el doble del promedio de la OCDE, expuso, y que nos explica algunas de las actitudes que vemos al momento de tomar decisiones muy importantes, incluyendo las electorales.

Precisamente sobre el tema electoral fue interrogado Gurría después de su intervención en el foro. En todos los países, mencionó, las elecciones generan incertidumbre entre los agentes económicos y México no tiene porqué ser excepción. No obstante, apuntó que el proceso electoral es muy creíble porque las instituciones que lo conducen se han fortalecido y consolidado su credibilidad frente a los ciudadanos.