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Presa construida en Alfajayucan, sin canales para llegar a cultivos desde hace cinco años

A falta de apoyo gubernamental, Zimapán utiliza la rabdomancia para encontrar pozos

Líder de vareros asegura que han encontrado decenas de veneros que la Conagua no tenía registrados

Enfrentarían multas hasta de $20 mil

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Indígenas de la comunidad de Xithá Segundo, en el municipio hidalguense de Zimapán, perforan sin ayuda de la Comisión Nacional del Agua ni del gobierno estatal un pozo de 35 metros de profundidadFoto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 15 de enero de 2018, p. 28

Zimapán, Hgo.

Desesperados por carecer de agua potable, habitantes de comunidades indígenas del municipio de Zimapán construyeron pozos rústicos en lugares aparentemente desérticos en cuyo subsuelo hay capas freáticas.

Para determinar dónde excavar, los vecinos de las comunidades de la Sierra Gorda y el Valle del Mezquital recurren a los llamados vareros o buscadores de agua.

En la localidad de El Carrizal, donde la gente ha construido tres pozos rústicos hasta de 15 metros de profundidad en la parte de la barranca que tiene el mismo nombre del poblado, cada día bajan a pie o en burros para llenar contenedores.

También colocan mangueras en una serie de postes para llevar el agua que una bomba succiona de los pozos rústicos.

Juan Carlos Franco, habitante de El Carrizal, está en un pozo llenando cubetas y un recipiente metálico que un burro llevará a la parte alta de la barranca, donde se encuentra su casa. Reveló que hace algunos meses funcionarios del ayuntamiento de Zimapán, que preside el panista Érick Marte Villanueva, acudieron al poblado a entregar algunos tambos de plástico para almacenar el agua que les surten en pipas.

Juan Carlos dijo que no todos los vecinos recibieron tambos, mucho menos agua, y desconoce el motivo de ese trato diferenciado.

Por eso mejor bajamos a llenar nuestras cubetas en los pozos. Cuando escasea ahí no tenemos más remedio que pagar una pipa entre varios, agregó.

De minero a rabdomante

Daniel Acevedo Gutiérrez, ex minero de 76 años de edad, preside la Unión de Vareros de Zimapán, integrada por 15 personas. Por medio de la radiestesia o rabdomancia, asegura, localizó el sitio exacto donde se perforó el pozo Xithá Segundo, y ha contribuido a la ubicación de varias decenas más.

En entrevista, explicó que aunque no está reconocida por la ciencia, la radiestesia es una técnica para localizar corrientes de agua subterránea por medio del magnetismo humano y una raíz u horqueta de mezquite u otra planta, aunque también los hay de metal.

Se toman los dos pies de la horqueta, uno en cada mano; se coloca a la altura de la cintura y se comienza a caminar por el terreno. Por medio del magnetismo humano, cuando se encuentra el lugar donde corre agua, el palito se eleva o se mueve.

Aunque es considerada una actividad seudocientífica, la radiestesia ha servido para que decenas de comunidades indígenas de Hidalgo tengan pozos.

El otro día representantes del gobierno estatal y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) vinieron a Xhitá Segundo, supuestamente a verificar si efectivamente se estaba excavando el pozo. Dijeron que era para ver en qué podían ayudar, pero en lugar de eso nos dijeron que, según sus mapas hidrológicos, tomados por satélite, descartaban que hubiera agua en el subsuelo de Xithá y que sólo nos podrían ayudar con recursos económicos y de infraestructura hasta que tuviéramos un estudio hecho por especialistas. De no ser así, nos dijeron, ni el gobierno estatal ni federal podían hacer nada, reveló Santos Trejo Cantera.

Con o sin ayuda del gobierno estatal, donde se está excavando el pozo ya hay lodo, lo que indica que ya muy pronto encontraremos agua, dijo Santos Trejo, quien agregó que Daniel Acevedo Gutiérrez jamás se ha equivocado en más de 20 años en el oficio de varero.

Aunque para los indígenas ñañús de esta región, la mayoría en extrema pobreza, cavar pozos es la alternativa más viable para obtener agua en el semidesértico suelo de la Sierra Gorda, ello podría acarrearles onerosas multas.

El 22 de marzo de 2013, en la conmemoración del Día Mundial del Agua, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que está prohibido perforar pozos sin autorización de la Conagua.

Con la finalidad de ordenar el uso, frenar la sobrexplotación de los acuíferos y fomentar el uso de aguas tratadas, el mandatario firmó en Palacio Nacional los instrumentos legales para el libre alumbramiento de aguas nacionales, que garantizarían la rectoría del Estado.

El entonces director general de la Conagua, David Korenfeld, explicó que 38 por ciento del territorio mexicano padece algún grado de sequía.

Entre marzo y junio de 2013 las multas por abrir pozos en zonas de veda eran de 300 mil pesos, pero se redujeron a 20 mil. Los productores consideran injusta esta sanción porque, además de no recibir apoyos para la compra de maquinaria agrícola, fertilizantes ni semillas, el gobierno federal les niega el acceso al agua con el falso argumento de cuidar el líquido, dijo Tomás Pérez Mejía, dirigente de la Unidad Popular Democrática.

Agregó que los productores del Valle de Tulancingo han exigido durante años la construcción de las presas de Alhuajoyucan y Tezoncualpan para no perforar pozos, pero no ha habido respuesta y las multas de la Conagua los han puesto al borde de la quiebra.

Productores exigen que terminen las obras

Juan Ricardo Montoya Corresponsal

Alfajayucan, Hgo.

El 19 de noviembre de 2013 el presidente Enrique Peña Nieto y el entonces gobernador Francisco Olvera Ruiz inauguraron la presa El Yathé, cuya construcción, en el municipio de Alfajayucan, se inició dos años antes, durante el gobierno del panista Felipe Calderón.

Aunque fue anunciada como una de las promesas de campaña cumplidas de Peña Nieto para ayudar a productores del distrito de riego 100, con una inversión de 560 millones de pesos, hoy el agua se encuentra estancada en el enorme vaso, pues no se han construido canales para conducirla a los cultivos, explicó Perfecto Guerrero, de la agrupación Unión Ciudadana de Alfajayucan AC.

La obra está inconclusa y carece de mantenimiento. Los canales de distribución que debieron construirse en la zona nororiente de la presa no están concluidos. No hay ni vigilantes del sistema de bombeo. Por ello, productores de las localidades El Decá, Los Ángeles y otras, carecen de riego.

Denunció que parte de la presa ha sido utilizada como criadero de truchas y tilapias por un grupo de personas que no permite pescar a pobladores de localidades aledañas, que supuestamente serían beneficiadas.

Toribio Ramírez Martínez, presidente municipal de Alfajayucan postulado por el Partido Verde Ecologista de México, lamentó que la presa, de 90 metros de altura y capacidad de almacenamiento de casi 50 millones de metros cúbicos, permanezca ociosa porque falta construir 2.5 kilómetros para conectarse al canal Vicente Aguirre y de ahí distribuir el líquido a los ejidos.

El edil pidió a los gobiernos federal y estatal abrir pozos de uso agrícola mientras termina la obra.

Más de 50 años en construcción

En una reunión realizada el pasado 23 de septiembre, los delegados de Nexni, San Pablo Oxtotipan y Cerro Azul, municipio de Alfajayucan, y el de San Juan El Sabino, de Chapantongo, recordaron que en la década de 1960 sus antecesores gestionaron ante el gobierno federal la construcción de la presa El Salto para dotar de agua de riego cerca de 300 hectáreas. A pesar de que el proyecto fue aprobado, sólo se construyó una parte.

Denunciaron que la obra fue suspendida a finales de la década de 1980 por la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos con el argumento de que no había recursos para terminarla. Sin embargo, previamente el gobierno federal expropió algunos predios del barrio Huizachal, municipio de Chapantongo, para construirla, reveló Gabriel Flores Rodríguez, delegado de San Pablo Oxtotipan.

El decreto de expropiación para el vaso de la presa, que pasó a jurisdicción federal, se publicó el 18 de diciembre de 1987 en el Diario Oficial de la Federación.

Hemos enviado varios oficios a la Conagua para pedir que termine la obra, pero el gobierno federal no aclara si lo hará, dijo Arturo Rojo Ángeles, delegado de Nexni.

Por años, autoridades federales y las estatales han reiterado su promesa de terminar la obra. El 18 de julio de 2001, por ejemplo, Xavier Jesús Arce Espinoza, entonces director técnico de la Secretaría de Planeación de Hidalgo, señaló en el memorándum 464 que es viable construir cortinas de mampostería de 158 metros de longitud por 24.60 de altura, para una capacidad de 959 mil metros cúbicos, vertedor de descarga directa tipo Creager de 40 metros de largo y capacidad de 192 metros cuadrados por segundo.

Entre los vestigios de lo que iba a ser la presa aún se encuentra en El Huizachal la casa del presero, usada por lugareños para almacenar paja, y el agua se estanca en el predio donde se tenía previsto construir.

La falta de agua ha orillado a productores de las cuatro localidades a dedicarse a la producción de temporal y muchos han emigrado, dijo Lorenzo Martínez García, delegado de San Juan El Sabino.

Durante la reunión del 23 de septiembre pasado, los delegados acordaron formar un comité regional para exigir a la Conagua la terminación de la presa El Salto y las canaletas de El Yathé.