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Negocios y Empresas

El poder de las cementeras

L

a inflación es la carga más injusta del gobierno hacia los trabajadores, pues en la carrera de precios contra salarios, estos últimos son los que menos se incrementan ante una escalada generalizada. El resultado de ese desajuste es que el poder adquisitivo de los trabajadores baja de manera irremediable en periodos de alta volatilidad, como los que vivimos actualmente.

Por lo anterior, la medida tomada por el gobierno de Enrique Peña Nieto para aumentar en forma irracional los precios de los hidrocarburos el año pasado fue un desacierto total, pues desencadenó un incremento generalizado que trajo por resultado una inflación anual de 6.77 por ciento durante 2017, la más alta en 17 años.

Para no perder dinero en estas épocas de grandes desequilibrios todos los productores quieren ganarle a la inflación y buscan la manera de ajustar los costos de lo que venden.

Sin embargo, no todos tienen el mismo poder y productores de pan, de tortillas o los transportistas urbanos, aunque quieran ajustar los precios, de acuerdo con el incremento de sus costos, el gobierno los reprime a través de la Procuraduría Federal del Consumidor y otras instituciones públicas, porque afectan en forma inmediata a la población más necesitada.

En cambio, productores de otro tipo, como las cementeras, que conforman un oligopolio bajo el liderazgo de Cemex, controlan el mercado y suben sus precios en forma coordinada sin que las autoridades se metan con ellas.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y proyecciones propias, el alza en el precio del cemento fue de 5.6 por ciento en 2014; 10.1, en 2015; 12.5, en 2016 y 20 por ciento en 2017. En enero actual de nuevo subió entre 5 y 10 por ciento, según la cementera. Hay que señalar que después de un alza de este tipo, las cementeras que venden más barato ajustan al alza sus precios para no desequilibrar la participación del mercado que controlan.

Como se puede apreciar en los datos anteriores, el incremento de precios al cemento frente al alza promedio de la inflación es muchísimo mayor.

Este desajuste en los precios relativos genera gran distorsión en el mercado mexicano, lo cual a la larga encarece y vuelve prohibitivos algunos bienes y servicios, como es el caso de la vivienda de los trabajadores.