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Los tres diputados electos que están presos delegaron su voto

Roger Torrent preside la Mesa del Parlamento de Cataluña
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Roger Torrent, del independentista partido ERC, fue nombrado ayer presidente del Parlamento catalánFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de enero de 2018, p. 26

Madrid.

El nuevo Parlamento catalán quedó constituido ayer en una sesión en la que se impuso la mayoría de las fuerzas independentistas para controlar la presidencia de la Cámara y la mayoría de los integrantes de la Mesa, que son los órganos que controlan el funcionamiento de la institución.

Los tres diputados electos que están presos –Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez– delegaron su voto al amparo del magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, mientras los cinco que están refugiados en Bélgica, encabezados por Carles Puigdemont, dejaron en blanco su voto ante amenazas de impugnación de los españolistas.

La décimo segunda legislatura del Parlamento catalán inició de forma excepcional con al menos ocho escaños vacíos en cuyas sillas se encontraba un enorme crespón amarillo como símbolo de los presos políticos de las fuerzas independentistas.

Dos meses y medio después del referendo de independencia celebrado el primero de octubre, que es el epicentro de la crisis política que vive la región, han pasado numerosos hechos excepcionales e históricos.

Se declaró de manera unilateral la independencia el 27 de octubre, y terminó horas después con la intervención del gobierno español mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución que significó la suspensión de la autonomía en la región.

Se celebraron comicios el 21 de diciembre en medio de una tensión política inédita en la que se formaron dos grandes bloques de dimensiones casi idénticas: los que pugnan por la independencia del Estado español de forma unilateral, con el argumento de que el modelo fiscal les devuelve menos de lo que recaudan para redistribuirlo entre las otras regiones del país; frente a los unionistas o españolistas que defienden el estatu quo.

El resultado de los comicios dejó un Parlamento dividido en dos y, al mismo tiempo, fragmentado en siete grupos con sensibilidades e intereses diversos. El voto independentista se distribuyó en tres formaciones: Junts per Catalunya (JuntsxCat), que logró 34 escaños; Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que obtuvo 32 diputados y representa a una histórica formación de izquierda y republicana que lleva casi un siglo luchando por la secesión; y, por último, los anticapitalistas y feministas de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), que logró cuatro escaños. El total el bloque separatista sumó 70 de los 135 diputados de la Cámara, dos más de los 68 que se requieren para la mayoría y formar gobierno.

En el bloque españolista también hay tres partidos: Ciudadanos, que logró en solitario 36 diputados y sumó más de un millón 100 mil votantes; el Partido Socialista de Cataluña, que obtuvo 17 escaños y que pugna por un Estado federal que dé un trato singular a Cataluña; y, por último, el derechista Partido Popular (PP), que por primera vez en la historia reciente se quedó sin grupo parlamentario al obtener sólo cuatro diputados.

Los otros ocho escaños para completar la Cámara fueron a parar a la formación Cataluña en Comú-Podemos, que no son nacionalistas pero sí están a favor de un referendo pactado con el Estado español para permitir la independencia de la región.

En la primera sesión de la nueva legislatura se nombró a cada diputado –cada vez que se hizo referencia a uno de los ocho presos o refugiados en Bruselas, el bloque separatista irrumpía en un cerrado aplauso– y además se designó a la nueva Mesa del Parlamento, cuyo nuevo presidente es Roger Torrent, militante de ERC, que en su primer discurso hizo un llamado a la reconciliación. En lo que depende de mí trabajaré para que la política vuelva a situarse en el centro. Conjurémonos para recuperar las instituciones y ponerlas al servicio y en manos de la ciudadanía. Que el progreso social sea un objetivo irrenunciable de este Parlamento, señaló.

Las palabras de Torrent fueron duramente criticadas por los diputados de la CUP, que le reprocharon que no haya hecho ninguna referencia al proyecto de la nueva república que se vio truncado con la aplicación del artículo 155, a lo que incluso tildaron de traición.

Carles Riera, líder de la CUP, advirtió que cuando Torrent habla de restablecer el autogobierno no hace más que alejarse del mandato popular del primero de octubre. Retroceder en el discurso lejos de calmar a la bestia le dará alas para que muerda más fuerte, sentenció.