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Concluye visita del Papa con una misa ante más de un millón de fieles en un barrio de Lima

Francisco convoca en Perú a hacer política, no politiquería

En reunión con religiosas advierte: una monja chismosa es peor que los terroristas de Ayacucho

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Llegada del papa Francisco a la base aérea de Las Palmas, en El Surco, barrio limeño, donde ofició la última misa de su visita pastoral a Chile y PerúFoto Ap
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Lunes 22 de enero de 2018, p. 23

Lima.

Francisco finalizó su gira pastoral por Chile y Perú con una última misa ante más de un millón de fieles congregados en la base aérea de Las Palmas, ubicada en el barrio de El Surco, en Lima.

Concluye la sexta visita a América Latina, marcada por los contrastes. Mientras en Chile la asistencia fue muy magra, el Papa fue cuestionado como pocas veces en la región y hubo manifestaciones de repudio, atentados y exigencias de actuar frente a la pederastia clerical, en Perú en cambio el recibimiento fue apoteósico.

En tres días, millones de peruanos, con entusiasmo y fervor, le acogieron como a un héroe. Ha sido una visita con el sabor de aquellas grandes movilizaciones que levantaba Juan Pablo II en la década de los 90. Es un hecho que la situación de los dos países, ahora, es muy distinta.

Chile tiene un crecimiento económico sostenido, una democracia cada vez más consolidada y una sociedad civil más bien robusta y secular. Perú, en cambio, viene arrastrando una crisis de corrupción y de legitimidad de su clase política.

Partidos, políticos y autoridades están señalados con el estigma de una descomposición moral y política sin precedente. Quizá por ello, Francisco fue recibido no sólo como un guía espiritual, sino como un líder moral; alterno y sustitutivo en el imaginario colectivo.

No sólo podemos referenciar más o menos secularización en Chile y Perú, ni mucho menos índices de laicidad. Perú pasa por una severa ausencia de liderazgos plausibles, por ello, Francisco irrumpe como un simbólico actor emergente.

Por ello, resulta muy significativo que el mismo Francisco reconozca esta disyuntiva política. En el intercambio que tuvo con los obispos peruanos, observó las crisis: La política está enferma, muy enferma, en América Latina. Hay excepciones pero, en general, está más enferma que sana, dijo ante los obispos peruanos con los que se reunió ayer en la capilla del palacio arzobispal.

De manera coloquial Bergoglio examinó el escándalo de Odebrecht, empresa constructora brasileña que ha sobornado a candidatos y funcionarios de varios países de América Latina. “El caso Odebrecht –dijo el Papa– es simplemente una anécdota chiquita, pero el quid pro quo no es una sana negociación política (...) Luego gana una oposición y acusa al corruptor anterior. Vuelve la otra parte y acusa al previo, y los dos tienen algo de razón. El juego político es muy difícil”, indicó.

Con los mismos obispos, Francisco retomó el tema: Vuelvo a hablar de política porque me hago una pregunta: ¿qué pasa en el Perú que, cuando uno deja de ser presidente, lo meten preso? Humala está preso, Toledo está preso, Fujimori estuvo preso hasta ahora, Alan García que está que entra o no entra. ¿Qué pasa?

En efecto, es parte de la crisis política del país. En el caso de ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) cumplía 25 años de condena por el asesinato de 25 peruanos y fue excarcelado polémicamente por Pedro Pablo Kuczynski en la pasada Navidad.

Sobre el ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) recae una orden de aprehensión internacional por presuntos sobornos y lavado de dinero. Alán García (2006-2011) está bajo investigación por soborno y Ollanta Humala (2011-2016) está en cárcel provisional también por presunto lavado de activos. Incluso el actual presidente Kuczynski también está inmerso en probables delitos; se le indaga como testigo en una investigación que realizó una consultora financiera de su propiedad, mientras era primer ministro del ex presidente Toledo.

Y el Papa continúa interesado en el tema, en el intercambio informal con los obispos, dijo: Si caemos en manos de gente que solamente entiende el leguaje de la corrupción estamos fritos. Ahí sí que no tenemos oportunidad de ponerle aceite en la manos porque ahí se les pega la plata.

Antes, en su mensaje leído a los obispos peruanos, el Papa retomó el ejemplo del misionero  Toribio de Mogrovejo (1538-1606), arzobispo de Lima, y les indicó que no le tembló la mano frente al abuso y la corrupción: En sus visitas pudo constatar los abusos y los excesos que sufrían las poblaciones originarias, y así no le tembló el pulso, en 1585, cuando excomulgó al corregidor de Cajatambo, enfrentándose a todo un sistema de corrupción y tejido de intereses que arrastraba la enemistad de muchos, incluyendo al virrey.

Después, recomendó a los obispos estar conscientes y no descuidar la política, pero les advirtió: ojo, política, que no es lo mismo que politiquería, que yo soy amigo de alguien, no, comentó.

Por la mañana, Francisco se reunió con 550 religiosas contemplativas de todo Perú en el Santuario de las Nazarenas, a quienes dijo: ¡Cuánto necesitamos de la unidad en la Iglesia! Al saludarlas, bromeo. Déjenme ser mal pensado, pero: “¡les gustó la salida, el paseíto! “Y las monjas de clausura respondieron contundentes ¡Sííí! El papa Francisco acudió esta mañana al templo de Las Nazarenas, donde se encuentra la imagen del Señor de los Milagros, para participar del rezo de la Hora Tercia.

Como lo ha hecho en otras ocasiones y con diferentes actores, el Papa criticó el chisme que comparó como una bomba de terroristas, y cuestionó con inclemencia a las chismosas. Bromeando les dijo: ¿Saben lo que es la monja chismosa? Es terrorista, peor que los de Ayacucho hace años, peor, porque el chisme es como una bomba: entonces va... como el demonio, tira la bomba, destruye y se va tranquilo. Monjas terroristas no, sin chisme, ya saben que el mejor remedio para no chismear es morderse la lengua.

Este comentario generó críticas de feministas peruanas y de mujeres importantes de la vida pública en Lima. Por ejemplo, Magaly Medina, popular conductora de televisión, escribió en su cuenta de Twitter: El Papa se olvida que el chisme no es una cuestión de género. ¡La gran mayoría de chismosos que conozco son hombres!

Las respuestas católicas no se hicieron esperar en las redes y tundieron a la conductora. No todo fue épico para Francisco en Perú. A la salida del templo de Las Nazarenas, Francisco pudo observar una gran lona de vinil  colocada justo en el edificio de enfrente, donde se podía leer: Francisco, aquí sí hay pruebas. Ahí se denuncian los casos de abuso sexual en Perú. El cartel hace alusión a los dichos del pontífice en su visita a Chile sobre las acusaciones de encubrimiento al obispo Juan Barros. No hay ni una sola prueba en su contra, todo es calumnia, había declarado el Papa. El cartel tiene una foto panorámica del rostro de Luis Fernando Figari, fundador del movimiento católico Sodalicio de Vida Cristiana, a quien se le han probado cometer abusos sexuales a menores.

Francisco concluyó su gira pastoral que también fue social y muy política. Insistió en la denuncia de la corrupción, lamentó la deriva de lo político en el continente americano y llamó a los peruanos a no dejarse arrebatar la esperanza. A los obispos, les recomendó también: dejen el escritorio y gasten la suela de los zapatos para conocer a sus ovejas. Pero la visita no ha terminado del todo, falta observar la entrevista que dará a los medios en el avión de regreso a Roma.