Mundo
Ver día anteriorLunes 29 de enero de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Convocó a protestar contra la próxima elección presidencial

Detienen por unas horas en Moscú al líder opositor ruso Aleksei Navalny
Foto
Momento en que Aleksei Navalny, líder de oposición ruso, es detenido en Moscú por convocar y participar en una marcha no autorizada contra la realización de los comicios presidenciales en marzo próximo, los cuales considera toda una farsaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 29 de enero de 2018, p. 26

Moscú.

La policía detuvo este domingo al opositor Aleksei Navalny durante una manifestación no autorizada, que convocó para protestar contra las elecciones presidenciales del 18 de marzo siguiente, las cuales, en su opinión, son toda una farsa.

Navalny –desde que la Suprema Corte volvió a considerar improcedente su postulación por haber sido condenado a cinco años de libertad condicional por una supuesta estafa en un juicio que el principal adversario del presidente Vladimir Putin califica de injusto y amañado–, anunció su intención de impulsar una huelga de electores, que exhorta a los rusos a no acudir a las urnas.

El primer capítulo de esa campaña contra el voto se llevó a cabo este domingo en numerosas ciudades de Rusia, pero –en términos de participantes– tuvo un impacto muy por debajo del esperado por sus organizadores, que ciertamente enfrentaron todo tipo de complicaciones burocráticas y barreras artificiales por parte de las autoridades.

A pesar del frío y el temor de sufrir represalias salieron a la calle miles, sumando a todas las personas, en su mayoría jóvenes, que asistieron en las más de cien ciudades y poblados en que se llevó a cabo la protesta.

Sin embargo, no hubo manifestaciones multitudinarias en las dos megapolis más importantes del país, Moscú y San Petersburgo. Tampoco se registraron esta vez detenciones masivas, como sucedió en protestas anteriores que, por su violencia, empañaron la imagen del Kremlin.

Aprendida la lección, Moscú y San Petersburgo no obstante amanecieron con una inusitada presencia en sus calles de efectivos de la Guardia Nacional, que desplegó unidades antidisturbios en los sitios estratégicos.

Con ese telón de fondo, las autoridades pusieron en práctica su nueva táctica: por un lado, denegar el permiso para realizar manifestaciones en las dos ciudades con mayor presencia de reporteros extranjeros y, por el otro, descabezar la protesta antes de que ésta pudiera empezar.

De este modo, a temprana hora en la capital rusa y con el pretexto de que había una amenaza de bomba según una llamada telefónica anónima, la policía desalojó por la fuerza las oficinas del Fondo de Lucha contra la Corrupción, oficina de Navalny desde donde se estaba llevando la transmisión en vivo de la protesta en diferentes lugares de Rusia, extenso país que tiene 11 husos horarios.

El segundo golpe no tardó en llegar y apenas Navalny puso un pie en la céntrica calle Tverskaya, de Moscú, se procedió a su detención. Ahora el opositor espera entre rejas a que un juez lo condene por convocar una manifestación no autorizada.

Sin su líder, cerca de 4 mil incondicionales seguidores suyos –bajo la estricta vigilancia de la policía–, tuvieron que limitarse a caminar en grupos por las aceras de calles céntricas de Moscú y San Petersburgo.

Avanzaban generalmente en silencio, que sólo se interrumpía cuando algún activista se atrevía a lanzar consignas contra Putin al precio de ser detenido casi de inmediato por alterar el orden.

De acuerdo con los datos más recientes, el número de detenidos este domingo en toda Rusia ascendió a 257. Horas después, Navalny fue liberado sin que se le presentaran cargos, informó Sputnik.