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Complicaron el juego de Brady, quien no pudo lograr el Vince Lombardi por sexta vez

Filadelfia vence al favorito Pats para ganar su primer Supertazón

Con marcador de 41-33, Águilas impidió la remontada de Nueva Inglaterra en el último cuarto

Nick Foles cumplió con creces al suplir al lesionado mariscal Carson Wentz

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Nick Foles festeja tras recibir el trofeo Vince Lombardi de campeón de la NFLFoto Afp
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LeGarrette Blount (29) consigue la segunda anotación de ÁguilasFoto Ap
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Rob Gronkowski (87) de los Patriotas de Nueva Inglaterra, completa un pase a las diagonales para empatar el marcador 32-32 con las Águilas. Los Pats se fueron arriba momentáneamente al concretar el punto extraFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de febrero de 2018, p. 2

Minneapolis.

Filadelfia destruyó al monstruo. Luchó contra la reputación de un equipo que parecía imbatible y contra los pronósticos venció 41-33 a los Patriotas de Nueva Inglaterra, pero sobre todo al mariscal de campo más exitoso de la historia, Tom Brady, quien ayer lució más humano que nunca, tan falible como cualquiera. No hubo milagro ni remontada como hace un año y como una Cenicienta en la NFL, Filadelfia conquistó así el primer Supertazón en su historia.

Nick Foles, mariscal suplente que llegó para sustituir al lesionado Carson Wentz, demostró que jugaba el partido más importante de su vida. Liderar el ataque de un equipo que nunca había ganado el trofeo Vince Lombardi ante un cuadro acostumbrado a triunfar, y cuyo mariscal tiene cinco campeonatos, no era un reto para cualquiera.

Foles consiguió pases completos coordinando una línea que sabe hacer daño, como exhibieron a lo largo del torneo. Pero en los momentos decisivos titubeó un poco. En la zona de anotación falló un par de intentos en su primera oportunidad, por lo que apostaron por abrir el marcador con un gol de campo de 25 yardas marcado por Jake Elliott para los primeros tres puntos de Águilas.

Entonces Brady se levantó de la banca para enfundarse el casco y comenzar su esperada actuación. Entró al campo como pistolero del Viejo Oeste. Un mariscal acostumbrado a ser tiro al blanco no pierde la calma con cualquier bravuconada. La presión de Águilas se convirtió en la mejor arma contra el brazo eficaz de Brady, quien tenía poco tiempo, o casi nada, para desprenderse del balón. Los de Nueva Inglaterra se vieron obligados también a recurrir al gol de campo de 26 yardas de Stephen Gostkowski para empatar 3-3.

Entereza de Foles

Foles no podía dejarse impresionar por la entereza de su similar y mostró que llevaba la ambición suficiente para pelear en igualdad de condiciones. El mariscal de Filadelfia envió un pase profundo de 34 yardas a Alshon Jeffery, quien entraba a la zona importante; se elevó por encima de su escolta para conseguir la primera anotación del partido y el 9-3 para Filadelfia, tras el fallo del punto extra. El primer cuarto era para Águilas, pero ante un equipo como Patriotas ninguna ventaja es definitiva.

En el segundo cuarto los Pats quisieron enderezar el rumbo, Brady envió un bombazo a Brandin Cooks, quien recibió limpio, pero cuando tuvo el balón en las manos ya no supo qué hacer y ante la duda fue golpeado con violencia por Malcolm Jenkins. Conmocionado, Cooks ya no pudo volver a la cancha.

Filadelfia volvió a sorprender. Foles lanzó la carnada y los rivales la mordieron: entregó a LeGarrette Blount, quien corrió 21 yardas entre tres adversarios que no lograron detenerlo para conseguir la segunda anotación de Águilas y ponerse 15- 3 sobre Nueva Inglaterra.

Brady otra vez parecía condenado a trabajar cuesta arriba, como en el anterior Supertazón, cuando llegó hasta el tercer cuarto con desventaja ante Atlanta y logró remontar de forma histórica. Sin embargo, no conseguía recuperar el pulso, un par de pases incompletos y otra vez fue necesario acortar por la vía del gol de campo, que esta vez Gostkowski sí logró anotar de 45 yardas para poner a los Pats 15-6.

Las acciones subieron de tensión, Brady engañó a la defensiva de Filadelfia y entregó en las manos a James White, quien corrió 26 yardas por un campo sembrado de rivales, por lo que la primera anotación de Patriotas fue heroica para poner el marcador 15-12, luego que Stephen Gostkowski volvió a fallar el punto extra.

Pero quienes veían pocas oportunidades para las Águilas parecían más extraviados que nunca. Los emplumados, conscientes de que no aumentar sería ponerse en verdadero peligro, empezaron a ganar yardas y, con un pase profundo, Foles puso a su equipo en la zona roja. En una jugada espectacular, donde el ala cerrada Trey Burton tomó el ovoide y lo cedió con un pase corto para que Foles atrapara en las diagonales y lograra otra anotación, más el punto extra de Elliott, aumentó la ventaja de Águilas a 22-12.

Al volver del medio tiempo, Nueva Inglaterra estaba con una mejor versión de Brady y de Rob Gronkowski –el jugador que regresó de una conmoción seria–; juntos volvieron a hacer una mancuerna infalible. El mariscal le envió un pase de cinco yardas a la zona de anotación, donde Gronkowski atrapó con elegancia para acortar la distancia y empezar a mostrar el peligro real que representan los Patriotas. El marcador quedó 22-19 con el punto efectivo de Gostkowski.

Filadelfia no podía dar concesiones. Foles lo sabía y respondió con un pase profundo de 22 yardas que Corey Clemens atrapó en una carrera mientras se le terminaba la cancha. La duda de si había atrapado dentro del área de anotación requirió de la revisión de la jugada, que terminó por ser confirmada como touchdown para Filadelfia que con el punto extra de Elliott se puso 29 a 19.

En una persecución delirante Nueva Inglaterra se metió de nuevo. Brady envió un pase profundo de 26 yardas a Chris Hogan, el cual atrapó casi cayendo para tener a los Pats en seria lucha por el título y dejar el marcador 29 a 26 tras el punto de Gostkowski.

Todo estaría en juego en el último episodio, repleto de dramatismo y jugadas al límite. Las Águilas tenían que poner tierra de por medio para restar un poco la amenaza de un equipo que sabe cómo dar volteretas. Un gol de campo de 42 yardas marcado por Elliott le dio tres puntos de tranquilidad y dejaron la pizarra 32 a 26.

Pero la amenaza era una advertencia. Dejar a los Patriotas acercarse podía convertirse en una sentencia de muerte. Brady envió un pase corto de cuatro yardas a Gronkowski, quien en el último tramo de la cancha atrapó acrobático y certero para empatar 32 a 32. Gostkowski llegó a poner el punto extra para poner a Nueva Inglaterra por primera vez adelante en el juego por 32 a 33.

Esto no tenía freno y Filadelfia respondió como si estuviera escrito en un guión desquiciado. Poco después, con un pase corto a Ertz, que entró con un giro en el que soltó el ovoide, pero logró recuperarlo. La jugada fue revisada para darla como anotación, lo que devolvió la ventaja a las Águilas 38 a 33.

Entonces Brady fue más humano que nunca, cuando el tiempo se agotaba y no permitía errores, fue presionado por la defensiva rival –ese era el mejor recurso para anular a un jugador letal– que forzó un balón suelto, recuperado por Derek Barnett para Filadelfia. Una jugada que marcó la diferencia del partido. No era momento para confiarse y Elliott anotó un gol de campo de 46 yardas para aumentar la ventaja a 41 a 33, y Brady, ahora sí, parecía humano, demasiado humano.

Los últimos segundo fueron de angustia y vértigo, pero ya no hubo milagros. Los Patriotas no remontaron como hace un año, Brady no pudo controlar la desventaja y la trayectoria impecable de Nueva Inglaterra terminó. Filadelfia obtuvo su primer y merecido trofeo Vince Lombardi.