Opinión
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El Despertar

¿Qué tan liberal es AMLO?

Bajo la lupa

La hermana de Kim Jong-un invita al presidente sudcoreano Moon a Norcorea

José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
Telescopio

Golpe en Venezuela

De nuestras Jornadas

¿Quiénes y por qué asesinaron a los curas?

El Buscón
La Jornada Guerrero
Mar de Historias

La Ruta Dos

¿La Fiesta en Paz?

Más del intencionado subdesarrollo taurino de México

Juladas del Juli y de sus contlapaches reales

Cristina Pacheco
Leonardo Páez
Pemex: explorando en aguas profundas de la corrupción
E

n 2013, cuando se emprendió la reforma energética, había quienes avizoraban un futuro promisorio para la paraestatal que durante varios sexenios jugó un papel preponderante en la economía y las finanzas de la República. Hoy, a menos de cinco años de aquel hecho, las expectativas en torno a Petróleos Mexicanos son mucho menos optimistas.

El Correo Ilustrado

Cacicazgo en Coyoacán

G

racias a La Jornada y a Rocío González Alvarado por exponer el caso terrible de la delegación Coyoacán, donde ejerce su cacicazgo desde hace más de una década Mauricio Toledo (nada más y nada menos presidente de la comisión de Presupuesto de la Asamblea o, como se dice, la Iglesia en manos de Lutero), primero él mismo como delegado y luego sus secuaces Valentín Maldonado (quien pidió licencia porque ahora quiere, como su jefe, una diputación) y Ulises Bravo (quien era su secretario particular y le devolverá el cofre del tesoro si el susodicho no gana lo que busca).

Cuba y Venezuela
P

ara ver cuál es la situación en Cuba y en Venezuela independientemente de los errores y logros pasados y presentes de sus respectivos gobiernos hay que ver antes que nada la continua agresión de los gobiernos de Estados Unidos, en violación constante de la legalidad internacional.

Guillermo Almeyra / I
Antonio Gershenson
Entre encrucijadas y paradojas
C

ontra mil y una opiniones y reclamos, se los prohibiera la ley o se los impusiera la pericia de sus mercadotécnicos, los aspirantes precandidatos o precandidatos aspirantes se las arreglaron bastante bien para no aportar nada sustancial para la discusión pública en vísperas de la sucesión presidencial. No sin advertir a su audiencia que su mensaje estaba dirigido a los constituyentes de 1917 o a los miembros de alguna asamblea partidaria. Sólo les faltó pedir al resto de la ciudadanía que se tapara los oídos, para provocar un magno caos vial vespertino o matutino en nuestra benemérita capital cuyo nombre pocos aciertan a saber.

Brasil y la temporada de incertidumbres
L

as elecciones de octubre son, sin duda, las de pronóstico más dudoso desde 1989, cuando los brasileños volvieron a las urnas para elegir un presidente luego de 28 años.

Rolando Cordera Campos
Eric Nepomuceno
¿Quién es el presidente Macron de Francia?
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El mandatario francés, Emmanuel Macron, se reunió ayer en París con funcionarios para buscar la forma de fortalecer los vínculos con el gobierno ruso Foto Ap
Lourdes
E

s el nombre de una hermosa ciudad y comuna francesa en los Altos Pirineos. En una gruta en los alrededores de Lourdes, el 11 de febrero de 1858 se cuenta que se apareció la virgen María a una pastorcita adolescente llamada Bernadette Soubirous.

Immanuel Wallerstein
Ángeles González Gamio
Nadie hace caso de los compositores de música clásica en México: Javier Álvarez
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En el Conservatorio nunca fomentan la curiosidad de lo nuevo, opinó Javier Álvarez en entrevista con Elena Poniatowska, quien proporcionó la imagen
Propuesta más que indecorosa
L

os escritores como yo, ilusos, pero sobre todo quisquillosos y susceptibles, o que damos excesiva importancia a asuntos insignificantes, deberíamos levantar un monumento al biógrafo, anticipadamente, persuasivamente, tanto para que, en su momento, se ocupe de nosotros con todo rigor, como para que, y muy en particular, justifique nuestra descomunal manía de guardar, de archivar, absolutamente todo papel escrito por nosotros o dirigido a nosotros, o con nosotros como su tema, central o aunque fuera marginal. Escritos limpios y escritos borroneados y tachados. Enteros o medio rasgados. Cartas, diarios, borradores, papelitos, agendas, cuadernos de trabajo, listas de quehaceres a mediano plazo o inmediatos, directorios vivos y directorios muertos (nombres, direcciones postales, números de teléfono), invitaciones, atendidas o no. También preservamos fotografías, entradas de teatro o de salas de música, y hasta el envoltorio en el que nos llegan los ejemplares justificativos de cada libro que publicamos, cuando no de cada edición y reimpresión. Igualmente, conservamos, ¡ay!, los papeles y las fotografías que de un modo o de otro heredamos de nuestros seres queridos. Nos llenamos de papeles, y de ahí que la única ambición que los escritores como yo tengamos en la vida sea precisamente la de que cuanto guardemos, absolutamente todo lo que protejamos, resguardemos y defendamos, de daños o peligros más reales o más imaginarios, algún día tenga algún significado, para algún investigador empeñado en ir tras la caza de un tema que le augure, le propicie, le presagie, le auspicie, algún futuro, del orden que sea, siempre que sea favorable, algo así, quizás, como la fama o tal vez incluso algo más. Que se pronuncie el escritor que sea como yo y que no esté de acuerdo en levantar un monumento celebrador, adelantadamente agradecido, al biógrafo, a esa figura que, por su simple razón de ser, justificara nuestro desbordado afán de almacenar, amontonar, acumular, recopilar papeles, dedicación que nos ocupa, cada vez más desalentadoramente, todos y cada uno de los días de nuestra más bien desolada existencia, hora tras hora, dormidos o despiertos, como si no tuviéramos otro quehacer y otro propósito que seguir escribiendo y, en consecuencia, seguir recogiendo todo paso que damos en este orden, todo apunte, toda versión, todo proyecto de nuestros escritos. Qué tontos solemos ser los escritores como yo, qué desencaminados estamos, qué despistados, qué desorientados. Preferimos desprendernos de cualquier objeto que de nuestros apreciados papeles. Nos deshacemos de ropa y de muebles antes que de nuestros papeles. Casi somos capaces de dejar atrás a nuestros amigos antes que nuestros papeles. ¿Qué somos? ¿Qué clase de personas somos que valoramos más un papel que todo lo demás? No me entiendo y no entiendo a los escritores como yo. Cuando podríamos ser como los otros, nuestros colegas preocupados por lo que de veras hay que preocuparse, y despreocupados ante todo lo que de veras no amerita preocupación ninguna. Ellos saben muy bien cuál es la diferencia. Y de ahí que vivan aligerados de preocupaciones inútiles como las nuestras. Nosotros no sólo acumulamos nuestros preciados papeles sino que, de paso, tenemos que cargar con ellos vayamos a donde vayamos. Nos cuesta mudarnos de casa o de lugar de trabajo, sólo ante la perspectiva de qué haremos con los papeles. Nos cuesta viajar, sólo ante la perspectiva de que, por fuerza, el viaje se representará en forma de papel en cada una de sus manifestaciones, menús, folletos, mapas, acuerdos. Qué ligeros vemos desplazarse a los escritores que no son como nosotros. La idea que les damos de seres hundidos en permanente angustia es cierta, pero qué engañados se sentirían si conocieran los verdaderos motivos de nuestra angustia. No se refiere a nada sino al peso que cargamos desde que fuimos conscientes de que éramos escritores y que hemos seguido cargando a lo largo de nuestra existencia, el peso, se sobrentiende, que consiste en los papeles, tanto en los que ya cargamos como en los que sabemos que, a medida que sigamos vivos, iremos cargando. La manía no cesa, por más que reflexionemos sobre ella y alrededor de cuanto tenga que ver con ella. Por eso nuestro único alivio es el de esperar que algún día, para algún biógrafo, nuestros papeles tendrán sentido.

Elena Poniatowska
Bárbara Jacobs
La región salvaje
Foto
Amat Escalante durante el estreno de La región salvaje Foto Notimex
Carlos Bonfil