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Primera cinta ecologista mexicana, que se estrenará mañana en la Cineteca y otras salas

Bosque de niebla muestra otra forma de relaciones humanas, de vivir en unidad

La opera prima de Mónica Álvarez aborda los esfuerzos de una comunidad por una vida sencilla y sustentable, apoyada en los conocimientos que ha adquirido de la naturaleza

Foto
Las imágenes son fotogramas de la película que aborda el esfuerzo de una comunidad de 70 personas por rescatar un ecosistema mesófilo
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de febrero de 2018, p. 9

Una pequeña comunidad de Veracruz, de más de 70 personas, dio tema a la realizadora Mónica Álvarez Franco para relatar un mensaje más positivo en este mundo que se cae a pedazos, que está bastante roto, en su documental Bosque de niebla.

Intenté, subrayó Álvarez, contar otra forma de relaciones humanas, de vivir, de hacer unidad y de cuidarse como lo efectúa esta comunidad a sus cortos 12 años de existencia como cooperativa. No me parece utópica esta experiencia; es bastante rescatable, tiene contratiempos y conflictos. Esperemos que esta comunidad tendrá más cosas que decir en otra docena de años.

La opera prima de Mónica Álvarez aborda los esfuerzos de una comunidad –en un territorio de 300 hectáreas– cercana a las cañadas, por rescatar el bosque mesófilo. Los habitantes de la región buscan una vida sencilla y sustentable y para lograrlo implementan los conocimientos que han adquirirido de la naturaleza a un nuevo estilo de vida, rediseñan su propia cultura, desde su forma de alimentarse, la educación y de atender otras necesidades básicas.

Siempre me han parecido interesantes los documentales que cuentan historias a partir de los pequeños detalles, como es el caso de este trabajo en el que quise mostrar la forma en que las personas de esa comunidad se comunican entre ellos, cómo toman la tortilla, qué hay detrás de una ventana o cómo una mujer se trenza el cabello. En la vida diaria es información que agradezco mucho.

A la cineasta también la inspiró la maternidad. Con su bebé en el vientre hizo el viaje de registro a las cañadas y, en una búsqueda interna, deseó un mundo mejor para su hija. Uno de los testimonios de la cinta señala: Somos pequeñas personas haciendo pequeñas cosas para ayudar al cambio.

Bosque de niebla es el primer filme mexicano en compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero, generadas en todas las actividades del ser humano. Por esta razón, el equipo, consciente de que el cambio climático es un problema de todos, asumió la responsabilidad con el medio ambiente y durante el rodaje se utilizó únicamente luz solar, las pilas de la cámara se cargaban con paneles solares y no hubo iluminación artificial.

Espíritu ecologista

Durante la filmación tampoco se usó gas butano (sino una estufa de leña para calentar la comida y el agua) y en las locaciones de la comunidad protagonista no se utilizaba auto.

Siguiendo este espíritu, el documental midió su huella de carbono y logró, a lo largo de su rodaje, emitir únicamente 10 toneladas de gases de efecto invernadero. Para compensar el impacto ambiental, adquirió 10 bonos de carbono provenientes del relleno sanitario El Verde, ubicado en León, Guanajuato, explicó Mariana Ayala, de México CO2.

Por estas acciones, expresó el productor Carlos Sosa, recibieron el Certificado de Cancelación Voluntaria de la Organización de las Naciones Unidas.

La cinta se estrena mañana en la Cineteca Nacional, La Casa del Cine, Cinemanía, Cine Tonalá, Cinépolis Diana. También se exhibirá en Querétaro, Museo Xalapa y Cuernavaca, Tijuana y Guadalajara, entre otros sitios.