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La pianista Irina Shishkina reúne en un disco melodías escritas cuando era niña

Maravillada por el resplandor de su natal Siberia, a los 7 años creó su primera obra

Gracias a mi padre se conservan los manuscritos, afirma en entrevista con La Jornada

Desempolvó el archivo familiar y mañana presentan Cristales de recuerdos en el Cenart

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Mi padre fue quien siempre creyó que mis composiciones de la infancia iban a tener vida. Nunca lo tomé en serio, explica la pianista Irina Shishkina (en el estudio de su casa en Coyoacán), en la charla con La JornadaFoto Carlos Ramos Mamahua
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Irina Shishkina en su estudio, con algunas de las partituras que escribió hace 40 años en su natal SiberiaFoto Mónica Mateos
 
Periódico La Jornada
Viernes 16 de febrero de 2018, p. 5

Siberia es nostalgia, pero no dolor. Parajes cálidos y brillantes aun en medio de un invierno crudo. Noches donde el universo se puede acariciar con los dedos. El sabor del nacimiento de los primeros brotes de primavera, naturaleza pura que una niña atrapó con su piano hace 40 años.

Esas melodías, creadas por la pianista Irina Shishkina, desempolvadas del archivo familiar, hoy forman parte de un disco exquisito: Cristales de recuerdos, el cual será presentado en concierto este sábado en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Originaria de una familia de gran linaje musical, Shishkina nació en la ciudad de Irkutsk, Siberia Oriental, cerca de la región montañosa del lago Baikal, dentro de la espesura de los bosques boreales rusos. Fue ahí donde pasó su niñez y adolescencia, y donde un día, sorprendida por el resplandor de su tierra natal, compuso su primera pieza, una polka.

De inmediato su padre tomó apuntes de las notas que emanaron del piano de su pequeña de siete años, la felicitó y animó a seguir componiendo.

Fue él, no yo, quien siempre creyó que esto iba a tener vida. Nunca lo tomé en serio; es gracias a él que se conservan los manuscritos, él los cuidó celosamente, comparte la maestra en entrevista con La Jornada.

Ejecución a cargo de la pianista Polina Fedotova

Hace año y medio, padre e hija terminaron de recopilar las partituras, alrededor de 129, de las cuales la pianista hizo una selección y a insistencia de su amigo Francisco de Paula León Olea, decidió producir el disco.

“Me impresiona que mi padre, 40 años después, al escuchar esas piezas que compuse en mi infancia, se las sabe de memoria. Ensayé con mis alumnos algunas melodías y él entraba y decía: ‘no, no, no, ahí la nota es corta’. Todo se plasmó en él profundamente. Es lógico, soy su única hija”, añade Shishkina, quien desde hace varios años vive en México, e imparte clases de piano y música de cámara en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Egresada del Conservatorio Estatal Chaikovsky de Moscú, donde obtuvo su maestría en Bellas Artes, Shishkina dejó de componer para elegir ser intérprete. Ahora que recupera el material de sus primeros años, además de hacer a su padre el hombre más feliz sobre la Tierra, revive su interés por la composición, y en la presentación del sábado se interpretarán también sus obras de reciente creación.

La pianista Polina Fedotova será la encargada de ejecutar más de 30 partituras, algunas de ellas muy difíciles, con alto grado de virtuosismo, sin olvidar, claro, que se trata de composiciones hechas por una niña.

“No es una casualidad que mi primera pieza haya sido una polka, porque desde que tenía tres años mi madre me tocaba polkas y valses. Cuando ingresé a la escuela en Moscú, tenía mucha más técnica de la que podía tocar; mi mente estaba más adelantada que mis dedos.

“Como cualquier pianista, me habían hecho tocar mucho Chopin, entonces, también es una influencia indispensable; después conocí el impresionismo e hice muchas obras inspiradas en esa corriente. Es música un poco ingenua, transparente, muy pura.

“Quizá en la actualidad sería difícil definir una música de esa manera porque como existen tantos medios de comunicación y hay tanto que copiamos aun sin querer, podríamos decir: ‘ah, bueno, esa niña lo copio de tal o cual película’, pues algunas hoy me suenan como música para telenovela, sólo que cuando las compuse, a los ocho o nueve años, no existía siquiera ese término en la televisión rusa ni películas estadunidenses en la cantidad que se ven ahora.

Si no tuviera los manuscritos que lucen viejos no se podría creer que la música la hizo una niña, o quizá sí. Espero que el público lo perciba, sobre todo, que guste a los pequeños. Aquí encontrarán no sólo lo que es capaz de hacer una niña, sino a Siberia, mi tierra natal, a través de mi alma.

Recibió galardón en 2006 por su Antología de música rusa

Irina Shishkina se ha distinguido por su trabajo de interpretación y difusión del repertorio pianístico y de música de cámara de compositores rusos. En 1996 realizó una serie de conciertos con el repertorio íntegro de Dimitri Shostakovich.

Durante 2003 y 2004, con apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México y la empresa alemana BASF, desarrolló una serie de conciertos que tituló Antología de música rusa, por la cual recibió el Premio de la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música en 2006.

La presentación-concierto del disco Cristales de recuerdos se efectuará en el auditorio Blas Galindo del Cenart (Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan, colonia Country Club, estación General Anaya del Metro), este sábado a las 19 horas. Entrada libre.

(En breve, el disco de Irina Shishkina se podrá adquirir en la librería de La Jornada, en avenida Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, delegación Benito Juárez.)