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Vigilancia de militares y policías; el año pasado un participante fue asesinado a golpes

Zitlala: peleas rituales entre la barbarie del narco
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La tradicional pelea de los xochimilcas, que data de 1480, se realizó ayer en Zitlala, Guerrero, con vigilancia del Ejército y la policía estatal debido a los altos índices delictivos en la regiónFoto Sergio Ocampo A.
Corresponsa
Periódico La Jornada
Viernes 16 de febrero de 2018, p. 28

Zitlala, Gro.

En el zócalo del municipio nahua de Zitlala, en la región de la Montaña Baja, una de las más violentas del estado, se llevó a cabo la tradicional pelea de los xochimilcas, que data de 1480, informó el alcalde, Roberto Zapoteco Castro.

Desde hace tres años los combates se realizan bajo la vigilancia del Ejército y la policía estatal; este año se sumó el grupo de autodefensa de Tlaltempanapa, ya que la localidad colinda con Chilapa de Álvarez, que se disputan las bandas de Los Ardillos y Los Rojos, lo que ha dejado un saldo de cientos de muertos en años recientes.

El año pasado la pelea no duró el tiempo que duraba. Hubo un incidente. El ayuntamiento decidió cambiar la organización del evento, dijo el alcalde en alusión a lo ocurrido en 2017, cuando uno de los peleadores del vecino poblado de Tlaltempanapa mató a golpes a su adversario.

Se habló con los capitanes de cada barrio para que se hagan cargo de su gente a fin de preservar esta tradición, que tiene mucha magia.

Se acordó que las peleas se iniciarían a las tres de la tarde y concluirían antes de las 19 horas; cada capitán se llevará a sus combatientes, pues los ánimos se caldean con el mezcal y la música, explicó el edil.

Recordó que en mayo de 2017 se acordó instalar una cerca para que los participantes entren en orden al área de combate, por un lado los de Tlaltempanapa y sus aliados del barrio de San Francisco, y del otro, cerca de la alcaldía, los de San Mateo y la cabecera municipal.

Narró que esta tradición se remonta a una batalla entre los pobladores de Zitlala y los xochimilcas, quienes venían a cobrar tributo y exigían cada vez mayores pagos; además, se llevaban a las hijas o esposas de los habitantes.

Los de Zitlala, agregó, se disfrazaron de mujeres para atacar al enemigo y desde entonces cada año, en martes de carnaval, un día antes del inicio de la Cuaresma, los habitantes de Zitlala pelean al calor del mezcal y la música.

Con los años esta tradición se mezcló con la religión católica y se dice que es un acto de penitencia y purificación para llegar limpios a recibir la ceniza el día miércoles. También se dice que es una pelea de poder por el control de los barrios de San Francisco, San Mateo y la cabecera. Es una tradición única en el país, concluyó.