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Descarta que el fin del tratado comercial resulte caótico para el país

Sin un modelo industrial, la economía nacional no podrá crecer: especialista
 
Periódico La Jornada
Lunes 19 de febrero de 2018, p. 19

Terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no resultará caótico para México porque la globalización y el intercambio de mercancías seguirán adelante, pero la economía nacional no podrá crecer si no se desarrolla un verdadero modelo industrial que fortalezca sus capacidades productivas, como ha hecho China.

Así lo advirtió Simón Levy Dabbah, doctor en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en comercio exterior por la Universidad Popular de China.

No hay que olvidar que estamos bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y México no puede seguir teniendo acuerdos de libre comercio si no desarrolla una política pública industrial, con un modelo de valor agregado. Bienvenido el libre comercio y el juego global, pero cuando México fortalezca sus ventajas competitivas. No estoy hablando de subsidios ni regalarle nada a los empresarios, sino de competitividad, fortalecer la industria y capacitar a la gente, pero esos paradigmas no han funcionado con los gobiernos actuales, indicó en entrevista.

Estados Unidos, resaltó, se queja del déficit comercial con México, cuando en realidad el gran ganador del TLCAN es China. Aunque el gobierno federal presuma del superávit que tiene con el vecino país, México acumula una balanza comercial deficitaria por 67 mil millones de dólares con China, lo que implica que por cada 10 dólares del superávit que tenemos con Estados Unidos, cinco los regresamos a los chinos.

Participante en la Cátedra México-China, que se impartirá en la Facultad de Economía de la UNAM los días 19, 21 y 23 de febrero, Levy consideró que México debe redefinir la relación con China, porque resulta un asunto de seguridad nacional, ya que su nivel de consumo afecta o distorsiona la demanda y los precios a escala mundial y en consecuencia de México.

“Esa redefinición con China –puntualizó– no se reduce a incrementar el intercambio comercial bilateral ni tomar a esa nación como una oportunidad de negocios ni como modelo alternativo de desarrollo, sino como una pieza fundamental en la redefinición del TLCAN.

Lo que el país debe hacer es incrementar, planear y desarrollar una relación estratégica con China que eso es muy diferente a aumentar el comercio. La nación asiática es un asunto de seguridad nacional y en este momento de redefinición del TLCAN es una pieza fundamental. México debe responder a cómo poder transformar un modelo económico caduco, porque el modelo neoliberal prácticamente ya no da para más y la política pública de los salarios de la manufactura se desarrolló pensando en crear una ventaja competitiva al utilizar mano de obra barata mexicana, pero no se puede seguir creando competencia esclavizando trabajadores y no darle valor agregado, indicó.

Esa transformación la realizó China hace más de 25 años, refirió, porque el obrero que trabajaba en una maquiladora hoy es un emprendedor o un desarrollador de aplicaciones o de mecatrónica, así que debemos pasar de una economía fabril de la mano obra a una colaborativa de la mente-factura.

Los resultados del modelo que ha seguido México desde entonces saltan a la vista entre la población porque en 1982 para comprar un litro de leche, un kilo de tortilla, uno de huevo y pan se requería trabajar cuatro horas, pero en 2016 eran necesarias 22.