Opinión
Ver día anteriorViernes 23 de febrero de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Los campos como campo de batalla
A

lguien diría grave y desde luego lo era. Pero también previsible y banalnormal y espantoso a la vez para evocar aquel clásico vocablo arendtiano– tal como puede ser la erupción del antisemitismo en la política y la televisión gubernamental en un país centroeuropeo en pleno siglo XXI (goo.gl/eDVzRX).

Hablo de la tormenta que se desató entre Israel y Polonia tras la aprobación por el gobierno polaco de una ley que criminaliza las sugerencias de la complicidad polaca en los crímenes nazis dirigida nominalmente en contra del uso del término campos polacos de exterminio (véase: parte I, goo.gl/aRWkLB), pero que en la realidad busca silenciar la verdad sobre la ambigua y vergonzosa actitud de los polacos hacia sus compatriotas judíos bajo la ocupación alemana (goo.gl/bQgieB) y la controlada (¡ojo!) crisis diplomática entre Tel Aviv y Varsovia.

Acción/reacción, contra-acción/hiper-acción, sobrerreacción/ultra-reacción... temo que la dinámica en cuestión sobrepasa ya las conocidas leyes de la física, digo... política y para describirlo habría que saltar al reino de los imágenes.

Imagen número 1: “dos regímenes de extrema derecha cada uno armado con su propia ‘política histórica’ se dan unos macanazos en función de su política interna”.

En Polonia J. Kaczyński, el jefe del partido gobernante (PiS), necesita complacerse con su base ultranacionalista tras los cambios liberales en el gabinete.

¿Qué hacer, qué hacer...? [¡foco-idea!]

¡Sacar la ley de los campos, tocar el son del heroísmo y sufrimiento polaco durante la Segunda Guerra, “dignificar a la ‘nación’” y decretar su virginidad a costa de los judíos!

En Israel acorralado por los escándalos de corrupción, B. Netanyahu necesita divertir la atención y presentarse como el mejor defensor y salvador de su pueblo.

¿Qué hacer, qué hacer...? [¡foco-idea!]

¡Lanzar una mini-Blitzkrieg contra Polonia en el tema de la Shoah y mientras tanto ir preparando uno más grande en Siria contra Irán para el mismo fin (y justamente “para prevenir el ‘segundo Holocausto’”!)

Imagen número 2: a unos divorciados de repente se les suben los viejos rencores y se van a las piñas.

Polonia, por siglos el país más tolerante de Europa (sic) albergaba una gran e importante población judía. Los dos pueblos después de una relativa pero larga luna de miel, desde el surgimiento de los nacionalismos (siglos XIX/XX) ya hacían todo para separarse.

En una pelea así después del primer golpe ya nadie sabe que está pasando.

Acá en cuestión de semanas pasamos de la “valiente lucha en contra de la injusta simplificación los ‘campos polacos’” (presidente A. Duda dixit), a hablar de los “campos ‘judíos’ [sic] de exterminio” (jefe de TVP 2 M. Wolski dixit) en una espantosa alusión a los prisioneros-esclavos judíos de los Sonderkommando que operaban los crematorios y de los perpetradores judíos [sic] del Holocausto (premier M. Morawiecki dixit) en una escandalosa alusión a los miembros de la administración judía de los Judenrat que les ayudaba a los nazis a gestionar su propia muerte (un tema controvertido, pero ampliamente trabajado, entre otros por la misma Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén, 1963).

Cualquier cosa para evitar –y/o relativizar– el verdadero tabú: la responsabilidad polaca por la muerte de miles de sus vecinos judíos.

Allá los buitres políticos circulando sobre el ya herido Netanyahu se esforzaban en mantener el ritmo enfermizo abrazando de lleno la posverdad histórica: “Los ‘campos polacos’ sí existieron (sic) y ninguna ley lo va a cambiar” (Y. Lapid dixit).

Nuestros vecinos nazis, digo... los alemanes miraban atónitos y no lo podían creer. Bueno, Frau Merkel se hizo cargo diciendo que “todo esto –el Holocausto– lo hicieron ellos” ( Página/12, 11/2/18). Los divorciados seguían en la pelea.

¿La más grande ironía en todo esto? Frente a las torpezas e invectivas polacas, mr. Netanyahu, un mentiroso compulsivo en temas históricos (¿recuerdan lo del Mufti, a.k.a. los palestinos idearon el Holocausto?) salía como voz de la razón.

Repetía el salomónico dictamen de Yad Vashem: los campos efectivamente no eran polacos, sino nazis, sólo construidos en Polonia bajo la ocupación, pero la ley en cuestión pretende callar otras partes del complicado pasado.... Contaba la balanceada historia de la familia de su esposa: unos polacos les ayudaron, pero otros los delataron.... Cuando todo ya hervía llamaba a la mesura: no se pude arreglar una distorsión con otra ( Haaretz, 19/2/18).

¿Cui bono? El chiste era parecer duro y a la vez no arriesgar las relaciones con... el mejor aliado de Israel en la Unión Europea que promueve y defiende sus intereses (goo.gl/mbSe6e).

Por más paradójico que parezca hoy, los antisemitas –incluso algunos negacionistas del Holocausto– son los mejores amigos del sionismo. Esta alianza útil tiene de hecho una larga historia también en Polonia (goo.gl/wPyyxV).

De parte del gobierno polaco, un buen ejemplo de una peligrosa moda (Slavoj Žižek dixit) en la derecha europea de ser pro-israelí y antisemita a la vez (goo.gl/Hxj81X), ocurría algo parecido: el chiste era como capitalizar los viejos rencores anti-judíos sin modificar su curso pro-sionista.

Sin afectar verdaderamente a Israel que en lo internacional puede contar con Polonia en todo (hace un par de meses este país se abstuvo en la votación sobre el estatus de Jerusalén, le da el cheque en blanco en la ocupación y la represión de los palestinos, etcétera) e incluso seguir emulándolo:

• en su etnocentrismo (como recuerda Shlomo Sand, el nacionalismo polaco y el israelí son de la misma tóxica cepa centroeuropea).

• en su política histórica (el ideal declarado de Kaczyński).

Tal como Norman Finkelstein hablaba de la industria del Holocausto –la instrumentalización del sufrimiento judío– los envidiosos nacionalistas polacos decidieron inaugurar su propia sucursal, la industria de Polonia que hace lo mismo con el nuestro (real o agrandado).

La ley de los campos fue su apertura oficial. Inventaron incluso un espejo del antisemitismo que en su versión instrumental sirve para acallar la crítica de Israel, el llamado antipolonismo, algo supuestamente muy peligroso y muy difundido por el mundo ( Do Rzeczy, 11/2/18).

En un escenario de competencia así –“¡Mi nación es la más sufrida y/o más ‘escogida’...”, ¡No, la mía...!– claro que (imagen número 2) iba a chispar en la familia.

*Periodista polaco