Opinión
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Ruta Sonora

Lo rifado de 2017 (parte dos)

E

n segunda parte, la electrónica de 2017 que trajo nuevas caras, pero también reafirmó la calidad de veteranos del género. Como se indicó hace una semana, las mujeres juegan un papel cada vez más importante en la escena de los beats digitales.

11. Björk: Utopia (Islandia). Algo incomprendido, su complejo noveno álbum, coproducido por el gran Arca (un track, por Rabit), es un prodigio de electrónica suave pero transgresora, entre cuerdas orquestales, aves canoras y múltiples flautas (instrumento que toca desde niña): historias de amor y fe recuperados, con su exultante y etérea voz habitual.

12. Visible Cloaks: Reassemblage (Estados Unidos). Maravilloso álbum el de este dueto influenciado por la electrónica sintética y ambient japonesa y el new age de los 80: deliciosa fantasía instrumental, electro-orgánica de a campanitas, cuerdas y voces teatral-digitales, flotante, rosácea y delicada, cual flor de cerezo.

13. Soulwax: From Deewee (Bélgica). Tras 10 años sin emitir disco, el veterano dúo sorprende con un creativo plato que combina tres baterías con toda una tormenta de sintetizadores futuristas. Melodías vocales a lo Depeche Mode, beats a lo LCD Sounsystem, pero con su fino estilo synth tech propio, más pesaroso, menos festivo, sin dejar de ser dance. Fantástico regreso.

14. Smagghe & Cross: Timothy Dalton (Francia/Inglaterra). El afamado productor galo Ivan Smagghe y el compositor británico para teatro y televisión, Rupert Cross, dicen recrear la nostalgia que da a los astronautas tras volver del espacio, con un soundtrack para filme inexistente, donde sintes retro-70s y algo de kraut, facturan un paseo interestelar, con Tim Felton (Broadcast) en un tema. Fascinante.

15. Perc: Bitter Music; Sherwood & Pinch: Man vs Sofa; Clark: Death Peak (todos de Inglaterra). Puro viejo lobo del beat rudo. El primero, usual productor de electrónica industrial, brinda una macabra pero asombrosa pieza de experimental-tech con reverberaciones, música contemporánea y bombos destructores. En segundo, la suma de dos legendarios productores de dub/post-punk, Adrian Sherwood y Pinch (Rob Ellis), da una bomba de dub cósmico, tenso, paranoide, a la vez sofisticado, rebuscado pero espacioso, viajado, brutal. El tercero, veterano del IDM, explora cómo un techno duro y amenazante puede ser igualmente bailable y bello: texturas y ritmos enmarañados, salvajes.

16. Blanck Mass: World Eater (Inglaterra); Zola Jesus: Okovi (Estados Unidos). El primero, proyecto alterno de Benjamin J. Power, de Fuck Buttons, balancea elementos synth-pop con noise e industrial, en sucio juego melódico-instrumental atascado, perturbado. Por su parte, la productora y cantante Nika Danilova, sombría y ansiosa, hace uno de sus mejores trabajos en su sexta entrega; dolor, pérdida y luz sonora: con voz grave, drone y sintes melancólicos, azota con melodías pop su talante industrial.

17. Brian Eno: Reflection (Inglaterra). Esta prolífica leyenda del ambient emitió, recién iniciado el año un track onírico de una hora de duración, cuyos cambios tras notas larguísimas, son notorios si se oye completo. Varias capas de sonido incluidas en una app, mutan en cada escucha. Delicada y bellísima experiencia que diluye lo tecnológico para volverlo natural, palpitante.

18. Golden Teacher: No Luscious Life (Escocia) e Ibibio Sound Machine: Uyai (Inglaterra). Dos propuestas inspiradas en el pop africano. Pastiche electro-funky-80s, el que hace el primer grupo, influido por la música tribal de Ghana, con toques de dancefloor, dub y post-punk: felicidad cantada, original, bailable. En segundo trabajo, los ingleses, seguidores del disco-funk de Fela Kuti, también con algo de synth-pop de los años 80 y la magnífica Eno Williams en la voz, colocan macizo.

19. LCD Soundsystem: American Dream (Estado Unidos) y The XX (Inglaterra). Dos favoritos de las masas. Los primeros, encabezados por James Murphy, vuelven tras un retiro en falso con su electro-rock usual, ya menos feliz, pero aún con sus clásicos ritmos incisivos llenos de esperanza armónica y corazón de espejos rotos: synth y dance-punk triste pero pegador. El minimalismo del segundo, exitoso trío, antes lleno de silencios, se enriquece en arreglos gracias a su cabecilla y productor Jamie XX: más bailable, menos azotado, con una madurez funky sabrosa y las cálidas voces de Romy y Oliver.

20. Depeche Mode: Spirit (Inglaterra). Estos monstruos del género siguen más que vivos con un álbum fiero, repleto de frases duras de orden político y social, con la calidad y colmillo sónicos que les caracteriza, generando ansiedad atmosférica pero también reflexión entrañable. Un tanto auto-referenciales, sí, pero se vale: son los papás de muchos.

Otros destacados: Goldfrapp: Silver Eye. Johnny Jewel: Windswept. Austra: Future Politics. Four Tet: New Energy. Bonobo: Migration. Mount Kimbie: Love what survives. Lindstrøm: It’s alright between us as it is.

patipenaloza.blogspot.mx

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