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Primera visita del monarca tras el referendo independentista

Autoridades de Cataluña desairan al rey Felipe VI

No asiste a recepción ofrecida en su honor la alcaldesa de Barcelona

Puigdemont dice que volverá a ser bienvenido cuando pida perdón

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Catalanes independentistas protestaron ayer por la visita del rey Felipe VI a Barcelona con motivo del Congreso Mundial de Telefonía Móvil, cuya inauguración se llevó a cabo en el Palacio de la MúsicaFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de febrero de 2018, p. 26

Barcelona.

Las principales autoridades de Cataluña no asistieron este domingo a una recepción para el rey de España, en la primera visita del monarca a la región tras el estallido de la crisis por el proceso independentista, durante el cual Felipe VI defendió la unidad del país ante el desafío de los separatistas.

El Congreso Mundial de Telefonía Móvil (MWC, por sus siglas en inglés), que se lleva a cabo en esta capital entre manifestaciones en favor y en contra, es una cita fija en la agenda del monarca, pero este año tuvo la particularidad de que se celebró sin que se haya formado gobierno en Cataluña tras las elecciones de diciembre y en plena aplicación del artículo 155 de la Constitución, que significa el cese de la autonomía.

Ni el presidente del Parlamento catalán, el independentista Roger Torrent, ni la alcaldesa de Barcelona, la izquierdista Ada Colau, acudieron a la tradicional recepción que se ofrece al rey, aunque sí asistieron a la cena de inauguración del MWC, donde compartieron mesa con Felipe VI.

En la recepción al rey estuvieron la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Energía, Álvaro Nadal.

Con su ausencia, criticada por el gobierno de Mariano Rajoy y por los partidos que no quieren la separación de España, las autoridades catalanas evidenciaron su malestar con la postura del rey en la crisis que vive la región, que cuenta con 7.5 millones de habitantes.

Por medio de las redes sociales, Ada Colau justificó su gesto al asegurar que Felipe VI no tuvo un mínimo gesto de empatía hacia la gente que sufrió en los altercados que tuvieron lugar con la policía durante el referendo soberanista celebrado el primero de octubre en Cataluña, y que el monarca pronunció “un discurso durísimo que avaló la línea represiva en lugar de apaciguar el conflicto y aportar serenidad.

En una democracia avanzada cualquiera que tiene un cargo público, el rey incluido, ha de poder ser criticado y cuestionado. Por todo ello, hoy y mañana coincidiré cordialmente con el rey, pero no participaré en el besamanos que, como el propio nombre indica, es un acto de pleitesía y vasallaje impropio de una democracia del siglo XXI, explicó Colau.

Desde el gobierno de Rajoy calificaron la postura de no recibir a Felipe IV de injusta, mezquina, irresponsable y sectaria, y advirtieron que se pone en riesgo la permanencia en Barcelona del MWC, un encuentro que desde 2006 deja millones de euros en la ciudad y la convierte durante unos días en un escaparate internacional.

Desde Bélgica, donde está refugiado, el destituido jefe del gobierno catalán Carles Puigdemont publicó en su cuenta de Twitter que Felipe VI será bienvenido a Cataluña cuando pida perdón por su papel inconstitucional de octubre, en referencia al mensaje de apoyo a la unidad de España que lanzó tras el polémico referendo.

En las calles de la capital catalana hubo durante el día manifestaciones en favor y en contra de la visita del rey. En los alrededores del Palacio de la Música, donde se celebró el acto de inauguración del MWC, cientos de personas se congregaron para expresar su rechazo al monarca. Hasta ese mismo lugar se acercó también un grupo de manifestantes en favor de la unidad de España, que portaban banderas del país, lo que provocó momentos de tensión ante una intensa vigilancia policial.

En el interior del palacio, Felipe VI pronunció un discurso en el cual destacó la importancia de una cita clave para Barcelona, así como la cooperación entre instituciones.