Cultura
Ver día anteriorMartes 6 de marzo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Presentan Prolongación de la noche, su obra más reciente publicada por Alfaguara

Solares se sumerge en la resbaladiza realidad
Foto
Ignacio Solares flanqueado por Geney Beltrán y José Gordon, en el Palacio de Minería, donde presentaron el libro Prolongación de la nocheFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Martes 6 de marzo de 2018, p. 5

Los textos con los que Ignacio Solares dio forma a su nuevo libro, Prolongación de la noche, exploran los confines de la ficción breve y ultrabreve, juegan con la curiosidad, la realidad múltiple, el misterio, lo fantástico, entreveran realidad y sueño.

Así coincidieron los presentadores de ese título publicado por Alfaguara, los escritores Geney Beltrán y José Gordon, quienes acompañaron al editor Ramón Córdoba y a Ignacio Solares en la Galería de Rectores del Palacio de Minería.

Cuando a uno le preguntan por el título yo sólo puedo referirme a lo que medianamente recuerdo de cómo se fue haciendo este libro a lo largo de los años. Soy fan de la noche. Es algo que me ha fascinado siempre. La noche es la que me encandila, la que me ilumina; el día me da terror, no hay nada más angustioso que ese sol de mediodía, ese sol vertical cayendo sobre la tierra, ¡qué ganas de refugiarse en su estudio y correr las cortinas y esperar a que llegue el crepúsculo! Son vicios que se adquieren a lo largo de toda una vida, dijo Solares, insomne contumaz.

Fugas ascendentes y descendentes

“Los cuentos de Prolongación de la noche –prosiguió Ignacio Solares– están motivados por ello, porque hay algo que es indudable: uno siempre siente que está en la ‘realidad real’ y efectivamente es muy delicado salirse de la ‘realidad real’, porque para eso nos dio dos ojos, razón, métodos, y por eso podemos levantarnos temprano, ir a la oficina, trabajar, estar en un mundo aparentemente normal, si se puede hablar de normal en un mundo como el que vivimos.

Creo que en realidad hay otro mundo, pero ese otro mundo está en éste, está aquí con nosotros y a veces por más firme que parezca el suelo que pisamos o más radiante sea el sol siempre he creído que estamos rodeados de fantasmas y demonios que en cualquier momento pueden causar una hecatombe.

Es un mundo donde la realidad es relativa, la realidad real es insoportable. “Por eso estoy en favor de todas las fugas posibles, pero hay fugas ascendentes y otras descendentes; en esta última categoría están el alcohol, las drogas, la violencia, y en las ascendentes, obviamente, la religión, la parasicología, el ocultismo y sobre todo el arte.

El arte es una ventana maravillosa que tenemos a la mano y nos podemos asomar a esos otros mundos. Me encanta la idea de que la literatura nos transforma, y eso puede sonar extraño pero es cierto. Es un mundo aparte, maravilloso, mágico, que enloquece, pero a veces enloquece para crear obras maestras. Sin embargo, también es ese otro mundo en que a veces nos sumergimos y encontramos otra realidad, pero una realidad que puede ser alterna y a veces hasta todavía más maravillosa que el mundo real.

Ficción breve y ultrabreve

Para Geney Beltrán, director de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, Prolongación de la noche es una exploración en esos difíciles, estrechos, confines de la ficción breve y ultrabreve, rondando con el aforismo. Es un muestrario de obsesiones, reformulaciones, reinvenciones y nuevos atisbos por los terrenos de la historia mexicana, de la fe y de la duda, y por los caminos de las traicioneras y esquivas relaciones del amor y la pasión. Es un recorrido por técnicas narrativas depuradas que buscan la transparencia, el rigor y la velocidad.

Prolongación de la noche reúne narraciones en las cuales la realidad es varia, doble o incluso múltiple, movediza, díscola y misteriosa. Solares se muestra así de nuevo como un explorador de mundos paralelos o mundos posibles que no pueden sino descolocarnos, inquietarnos o soliviantarnos.

José Gordon dijo que el detonador de los 47 textos del libro es la noche, el espacio donde se borran los contornos y todo se vuelve posible. Aparecen fantasmas, versiones alternas de la historia, la achacosidad de entrar en los pensamientos de otras personas, hablan de la realidad resbaladiza.

Una constante en la obra de Solares es que es un escritor que arriesga su percepción, apuesta por los temas que lo obsesionan y ha decidido poner a prueba los límites de la empatía, las neuronas espejo que nos permiten ponernos en lugar del otro. En la mirada de Nacho siempre aprecio a un fino observador que quiere ver hasta dónde puede percibir el otro, sus deseos más ocultos, la extrañeza de estar vivo.