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Habrá mucha volatilidad al acercarnos a las elecciones

La tecnología democratiza los servicios bancarios, afirma

Señala que hay informalidad incluso en sectores con altos ingresos, por ello la ABM trabaja en acciones para reducir el uso de efectivo, lo que ayudaría a combatir el crimen organizado; asegura que en lo económico será un año mejor que 2017 para Bancomer, que lleva sus productos a nuevos sectores

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Eduardo Osuna Osuna, director general de BBVA Bancomer, afirma que el impacto real de un cambio de política económica no se va a dar este año, sino cuando el nuevo gobierno tome posesion. Ahí vamos a evaluar las propuestas negativas o positivasFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de marzo de 2018, p. 29

La informalidad no está presente sólo en las personas que se dedican a la venta en la calle. Es una práctica que se extiende a segmentos de ingresos importantes, señala Eduardo Osuna Osuna, director general de BBVA Bancomer, el mayor prestador de servicios financieros en el país. Adelanta que la Asociación de Bancos de México (ABM) trabaja para reducir el uso de efectivo en la economía.

El combate debe ser al uso de efectivo. No sólo es terminar con la informalidad, de aquellos que no pagan impuestos. Al reducir el uso de efectivo también se lucha contra el crimen organizado y ahí hay una labor conjunta de autoridades y sociedad, no sólo de la banca, porque va en beneficio de todos, apunta en entrevista con La Jornada, en el contexto de la 81 Convención Bancaria, que se realiza en Acapulco.

En los meses recientes, la política monetaria del Banco de México, que consistió en elevar la tasa de interés de referencia para contener la inflación, provocó una desaceleración en la demanda de crédito de empresas y familias, menciona Osuna Osuna. Sin embargo, avala la decisión porque era más importante contener el incremento de precios.

Considera que la economía transitará este año electoral con un desempeño incluso mejor que en 2017, cuando creció 2.1 por ciento. Conforme nos aproximemos a los comicios habrá mucha volatilidad, añade.

Enfatizó que el impacto real de un cambio de política, si lo hubiera, no se va a dar este año, sino hasta que el nuevo gobierno tome posesión. Entonces se conocerán las políticas públicas positivas o negativas y ahí vamos a evaluar.

Al comienzo de año, dos matices marcan la actividad bancaria: una demanda de crédito del sector empresarial mejor a la registrada en 2017, y en el caso de las personas una menor contratación de préstamos en segmentos como la compra de autos y el incremento en facturación de tarjeta de crédito, lo que refleja actividad comercial directa.

Hay que decir que el alza en las tasas de interés tuvo un impacto en la actividad crediticia. De hecho, la política monetaria tiene ese objetivo: enfriar un poco la demanda para bajar la inflación y me parece que eso es lo más importante.

–¿Se extenderá por mucho tiempo la disminución en el crédito al consumo?

–La demanda tiene que ver con variables como la tasa de interés y mucho con la confianza del consumidor. En la medida en que una persona tiene seguri- dad de conservar su empleo toma decisiones. La demanda está determinada por dos variables: que se disipe la incertidumbre en torno a temas como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones; y en la medida en que comiencen a disminuir las tasas de interés de referencia, lo que espero ocurra en el segundo semestre, si todo sale bien y la inflación converge hacia la meta del banco central (3 por ciento).

“Conforme se aproxime la elección del primero de julio probablemente se difieran algunas inversiones y, una vez que pasen, como ha ocurrido en otros procesos, y si las cosas están normalizadas, más allá de quién gane, habrá seguramente mayor confianza.

–El alza de tasas de interés generó menor demanda de crédito, como dice. ¿Puede derivar también en un aumento de la cartera vencida?

–El principal efecto es un menor crecimiento del crédito. No veo empresas con un nivel de apalancamiento que preocupe y lo mismo en el caso de las familias. Además, hay mucha gente que ingresa a la economía formal y por tanto empieza a tener acceso a la banca. No veo deterioro porque no han cambiado las condiciones macroeconómicas del país de manera relevante.

–La semana pasada fue aprobada una ley para regular a empresas de tecnología financiera. ¿Cómo será una institución como Bancomer en adelante?

–Me gusta decir que la banca siempre seguirá siendo banca. Recibimos el ahorro de los depositantes y eso es protegido por regulación. Seremos un banco, pero innovador, aprovechando la tecnología y cualquier oportunidad de cosas nuevas para llegar a segmentos que hace 10 años era imposible, con seguros o cuentas de ahorro en lugares recónditos. Vamos a aprovechar al máximo la Ley Fintech y la tecnología.

–Uno de los aspectos en que México es desigual es en el acceso a tecnología. ¿Los cambios que ocurren contribuyen a cerrar o a mantener esa brecha?

–Lo mejor de la tecnología es que democratiza todo, desde el acceso a productos, a la información o a la educación. Además, la reforma de telecomunicaciones abarató los servicios y eso permite a Bancomer poner en cualquier segmento de población nuestros productos. Hemos invertido muchos recursos para dar acceso a las personas a las herramientas mediante el celular y ahora, por ejemplo, pueden contratar un seguro por 20 o 30 pesos al mes para tener protección en caso de enfermedad o muerte, que son dos de los gastos que más dañan el patrimonio de las familias. Eso es democratizar el acceso a los productos.

–¿Los servicios digitales han incorporado a usuarios de menor ingreso?

–Sin duda. No es sólo para las élites, al contrario. El reto es llegar, apoyados por la tecnología, a cada vez más segmentos de población. El reto de México para que esto se use más es reducir la cantidad de efectivo que se usa en la economía. Esto está ligado a la informalidad. Hay muchos efectos positivos en lograr que ésta baje. Y cuando hablamos de economía informal, tendemos a pensar en una persona que vende en la calle. No, hay altos niveles de informalidad en segmentos de ingresos importantes.

Círculo virtuoso

–¿Qué se requiere para disminuir la informalidad en esos segmentos donde se mueve más dinero?

–Tiene que ver con políticas públicas y que todos tengamos conciencia de que es bueno estar formalizados y pagar impuestos. En la medida en que eso ocurre, es un círculo completamente virtuoso. Ha habido muchos intentos y hay un plan que trabajamos en la ABM que tiene que ver con disminuir cada vez más el pago con efectivo. El combate debe ser a su uso, porque no solamente es combatir la informalidad, digamos la natural que siempre vemos. No, también, se enfrenta al crimen organizado cuando hay menos efectivo. Ahí hay mucho por hacer conjuntamente con autoridades y sociedad, no solamente la banca, porque eso va en beneficio de todos.

–¿Por el lado de la banca, en qué se trabaja?

–Un ejemplo es crear soluciones fáciles para que un pequeño comercio tenga una terminal para cobro con tarjeta. Es una forma de disminuir el efectivo. Eso lo iremos viendo paulatinamente.

–¿Qué espera de este año, en cuanto a riesgos por temas que ha mencionado como la renegociación comercial y las elecciones?

–En términos económicos y para Bancomer va a ser un buen año, aunque con muchos sobresaltos. Conforme nos aproximemos a la elección habrá mucha volatilidad, porque la variable de ajuste de la economía es el tipo de cambio.

“La volatilidad de los mercados no necesariamente se traslada directamente a la microeconomía. El impacto real de un cambio de política económica no se va a dar este año, sino cuando el nuevo gobierno tome posesion. Ahí vamos a evaluar las propuestas negativas o positivas. La diferencia en 2018 la hará el nivel de inversión privada en el país en función de la incertidumbre qué hay.