Espectáculos
Ver día anteriorSábado 10 de marzo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La actriz celebra #MeToo: Ya no se piensa que hay que portarse como hombres para valer

En Hollywood he visto de todo; Sharon Stone cumple hoy 60 años

Una larga carcajada, su respuesta a si ha sufrido acoso en la industria fílmica

Sobrevivió a un derrame cerebral hace 17 años

No sabía que estaría tan agradecida de llegar a esta edad

 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de marzo de 2018, p. 7

Los Ángeles.

Sharon Stone responde con una carcajada de más de 10 segundos cuando el periodista le pregunta si alguna vez ha sufrido acoso sexual a lo largo de su carrera en Hollywood.

Llevo 40 años en este negocio, dice. ¿Se puede usted imaginar cómo era hace 40 años? ¿Con mi aspecto? ¿Viniendo de una localidad cualquiera de Pennsylvania? Llegué sin ninguna protección. He visto de todo. No sorprende que Stone, quien hoy cumple 60 años, celebre el movimiento #MeToo contra el acoso sexual que comenzó a finales del año pasado con el escándalo en torno al magnate de Hollywood Harvey Weinstein.

Estamos empezando a valorarnos como mujeres y a no pensar que debemos comportarnos como hombres para ser fuertes, poderosas o valiosas, señaló. La carrera de Stone arrancó precisamente con un erótico cruce de piernas. Corría el año 1992, y aquella escena en la piel de la escritora y asesina en serie Catherine Tramell en Bajos instintos pasó a la historia, catapultando a la actriz a la fama de la noche a la mañana. Aún hoy sigue aprovechando su atractivo femenino y al mismo tiempo lucha por no verse reducida simplemente a eso. Activista en la batalla contra el sida y madre de tres hijos adoptivos, lleva cuatro décadas filmando casi una película al año.

De Pennsylvania a NY

Numerosos galardones y una nominación al Óscar por Casino jalonan su carrera. Recientemente participó en la serie de Steven Soderbergh Mosaic, muy polémica en Estados Unidos. Según confesó en una entrevista, ya desde niña Stone sabía que quería convertirse en la siguiente Marilyn Monroe.

Creció en el seno de una familia de clase media junto a sus tres hermanas en una pequeña ciudad del estado de Pennsylvania. Con sus 1.74 metros de altura, un cociente intelectual de 154 –por encima de la media–, un título universitario en escritura creativa y sus trofeos en concursos de belleza, Stone se abrió paso hasta Nueva York y Los Ángeles, donde consiguió un contrato como modelo.

Foto
Numerosos galardones y una nominación al Óscar respaldan su carreraFoto Ap

En 1980, Woody Allen le dio su primer papel como chica guapa en el tren en la película Memorias de un seductor. Fue una experiencia maravillosa; comparado con el sexo, como perder la virginidad, contó Stone sobre su debut. Sin embargo, la primera película en la que pudo pronunciar unas líneas fue Bendición mortal.

A esta le siguieron varias cintas de serie B hasta que finalmente en 1990 pudo demostrar su valía junto a Arnold Schwarzenegger en El vengador del futuro. A continuación llegó Bajos instintos. Sin embargo, Stone no dejó que la encasillaran en el papel de asesina. En Sliver: una invasión a la intimidad (1993) interpretó a una víctima y en Entre dos mujeres (1994) a la engañada por su pareja cinematográfica, Richard Gere. También obtuvo un gran éxito con su aparición en Casino, junto a Robert de Niro y bajo las órdenes de Martin Scorsese.

Fue nominada al Óscar y ganó un Globo de Oro como mejor actriz por su interpretación de la esposa drogadicta de un jefe de la mafia. Se mudó a finales de los años 90 de Hollywood a San Francisco por su segundo marido, el editor de periódico Phil Bronstein. Tras la adopción de su primer hijo decidió tomarse una pausa profesional y en 2004 la pareja se divorció. Después, la actriz adoptó sola a sus otros dos hijos. Uno de los peores días en la vida de Stone tuvo lugar en 2001, cuando tuvo que ser operada tras sufrir un grave derrame cerebral.

Sobrevivió por poco y, entre otras secuelas, tenía dificultades para andar y problemas de visión. Durante años luchó por recuperar su vida, por lo que ahora agradece haber llegado a los 60.

Tengo tanta suerte. Durante casi tres años no pude ni escribir mi nombre. Simplemente no conseguía que mi brazo escuchase a mi cerebro. No sabía que estaría tan, tan agradecida de llegar a los 60.