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En el Chopo

Diez y siete años en el rocanrol

U

n mediodía sabatino de finales de 1987, José Luis Pluma, entonces director de la revista Conecte, me invitó al Chopo. Fue mi primera visita como reportero al mítico mercado. Al lado del jefecín, hice mi primer recorrido por terrenos choperos, en ese tiempo, situados en la calle de Oyamel y Mimosas.

Armando Molina fue al primer personaje al que tomé una foto. Recuerdo que traía un mechón de cabello teñido de lila oscuro.

En la primavera de 1988 nuestras visitas se trasladaron a la calle de Aldama, entre Sol y Luna. Era el nuevo domicilio del Chopo; allí, en la colonia Buenavista fue donde el Tianguis del Chopo consolidó su prestigio como espacio multicultural. Se vivió un auge tanto mercantil como rocanrolero, y las culturas juveniles encontraron un refugio adecuado para manifestarse. El equipo de Conecte hizo del Chopo su guarida. Por allí deambulaban cada sábado, aparte de Pluma, el Oso Munguía, Alatorre, Montoya, Lalo Leduc y cámara en ristre, su servidor.

Al comenzar el siglo XXI, el espacio portaba con orgullo su nombre legal: Tianguis Cultural del Chopo AC. Era visitado por artistas de todas las disciplinas y millares de personas. Esta situación propició que fuera el lugar ideal para solicitar al comité de representación un local para expender La Jornada, nuestro diario. El acuerdo fructificó y al mismo tiempo de la instalación del módulo, donde se vende nuestro periódico, apareció esta columna que hoy celebra 17 años de ser publicada. Las dos acciones: la petición al comité de la instalación del puesto y la publicación de estos textos, se deben al apoyo incondicional de Fabrizio León, entonces jefe de la sección de espectáculos.

De nuestra incursión, ya como locatarios, recordamos el apoyo de choperos como Lalo Martínez, Alejandro Sánchez Mejorada, Muni, Juan Heladio, Abraham Ríos, Enrique Falcón, Grecia, Rolly, Gilberto Rocha, Andrea Serrano.

Cómo olvidar las visitas al módulo de La Jornada del periodista Ricardo Hernández y de José Luis Torres, Daniel Toscano, Pablo Cáncer, Lalo Tex. Por supuesto, hay muchos más compas que nos han echado la mano. Para todos ellos y nuestros pretensos lectores –como Eduardo Jaime Velázquez– nuestra gratitud.

En estos 17 años hemos disfrutado de muchísimas tocadas en vivo, de exposiciones, de visitas de luminarias de toda índole –chavas y chavos que hacen música, escriben, toman fotos, actúan, pintan, posan, declaman o que buscan datos para realizar su tesis–. Es decir, esos personajes que pueblan la cultura alternativa y que han dado material para escribir estas líneas durante más de tres lustros. Gracias.

PD: Tres décadas del Chopo en Aldama

Han pasado 30 años de esa tarde y, por estos días, el Tianguis del Chopo también cumple tres décadas de ocupar la calle de Aldama, entre Sol y Luna. Esa es la ubicación original de ese espacio, que en los más de mil 500 sábados ha experimentado cambios para bien y para mal. Lo chido es que se prepara la reapertura de Radio Chopo, así como la de las galerías Juantxo Sillero, Cultura Visual y el Foro Callejero Sánchez Mejorada. Suerte y salú por los dos aniversarios.