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Falta mucho por investigar, dice el arqueólogo Matos Moctezuma

Proyecto Templo Mayor: 40 años de despejar varias incógnitas
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de marzo de 2018, p. 7

A 40 años del Proyecto del Templo Mayor aún falta mucho por hacer. Hasta la fecha sólo hemos podido rescatar, parcial o completamente, apenas unos 40 edificios de lo que fue ese espacio sagrado, dijo el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma.

Falta mucho por investigar, entre palacios y casas habitación, que aún subyacen en la ciudad, explicó ayer en la conferencia El Templo Mayor mexica: 40 años de excavaciones efectuada en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Cuajimalpa.

Respecto de los principales avances durante esas cuatro décadas, el investigador apuntó que ese proyecto vino a despejar varias incógnitas. “Por ejemplo, nunca ninguna de las crónicas nos relata cómo eran las ofrendas del Templo Mayor. Se ve que eso los cronistas españoles lo guardaron muy sigilosamente y que los informantes indígenas trataron con mucho cuidado de no decirlo, como que guardaron mucha prudencia en ese aspecto; quizá por la sacralidad que ello implicaba.

Encontrar más de 160 ofrendas hasta el momento vino a abrir un mundo que era desconocido, porque, además, las ofrendas tienen un lenguaje de cómo se colocan los objetos, con los que se puede explicar los niveles del universo a través de las ofrendas.

Otro asunto de relevancia y que cuestionan algunos historiadores es que los cronistas españoles habían exagerado en unas u otras prácticas rituales o religiosas. Sin embargo, nosotros encontramos que por lo menos respecto del Templo Mayor, cómo la información iba directamente al rey español. Ahí sí los cronistas se apegaban mucho a la realidad que relataban.

Asimismo, el proyecto logró dar un nuevo rostro del mexica. Por ejemplo, descubrimos que eran destacadísimos taxidermistas, explicó Matos Moctezuma.

Los objetos que se han encontrado en las diferentes ofrendas y edificios prehispánicos también han permitido, continuó, que durante estas cuatro décadas se generen algunas investigaciones que permiten no sólo conocer la vida de la clase gobernante o la élite de aquel entonces, sino la vida cotidiana de los pobladores de la clase baja y artesanos de la gran Tenochtitlán.

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Eduardo Matos Moctezuma dictó la conferencia El Templo Mayor mexica: 40 años de excavaciones, en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad CuajimalpaFoto Enrique López Valderrama/ UAM

Hoy por ejemplo, el investigador Adrián Velázquez tiene un taller experimental de arqueología. Toma ciertos objetos de alguna ofrenda, los reproduce y con ello se pone a ver cuánto tiempo le llevaba a un trabajador hacer una pieza determinada.

Respecto de las posibilidades de encontrar los restos de algún rey mexica o tlatoani, Matos Moctezuma dijo: Leonardo López Luján ha venido trabajando en esa área; el hecho es que hasta el momento hay ciertas evidencias y elementos que señalan que quizá se puedan encontrar los restos de algún tlatoani.

Ahora bien, explicó, la práctica mortuoria mexica es muy diferente a la maya. Los mayas llegaban hasta construir un edificio para ser una tumba. Los aztecas no. La tradición del centro de México es muy diferente. Después de muchas ceremonias, cremaban al tlatoani y las cenizas las recogían y depositaban en una ollita de barro y la colocaban como parte de la ofrenda, lo que dificulta mucho su hallazgo. Hasta el momento no se ha podido detectar restos de un tlatoani, concluyó.

Acompañado por el rector general de la UAM, Eduardo Peñalosa Castro, y el historiador Mario Barbosa Cruz, Matos Moctezuma –durante su conferencia– se refirió también a lo que fue el primer hallazgo del Templo Mayor en 1978 y las diferentes etapas de investigación que se han desarrollado desde ese momento. La primera: conocer la bibliografía y crónicas que se habían escrito antes de ese descubrimiento en torno al Templo Mayor; la segunda: los trabajos de excavación, y la tercera: la interpretación del innumerable material encontrado.