Sin considerar que la fuerza y legitimidad de las instituciones son indispensables para mantener en armonía relativa a la sociedad, atenienses, tirios y troyanos se enfrentan, sin honor, pudor o prudencia en la arena política-electoral, manchando y cuestionando a los órganos de la República, advirtió la magistrada presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, Yasmín Esquivel Mossa, al recibir la medalla Mujeres por la Igualdad 2018, que le otorgó la Asociación Mexicana de Juzgadoras.

Señaló que México atraviesa por momentos complicados en el ámbito político, ya que la beligerancia en las contiendas electorales, indudablemente confronta y polariza opiniones.

El panorama del país es complejo y de pronóstico reservado. Su destino es incierto y más cuando nos encontramos en una sociedad que ve en la violencia un hecho cotidiano, expresó ante el ministro Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Esquivel Mossa remarcó que el principal reto que enfrentan las instituciones es dejar de voltear la mirada ante la violencia que se ejerce contra las mujeres y detener este terrible cáncer que crece de forma exponencial y silenciosa en la sociedad.

Por ello, agradeció el reconocimiento que le entregó la Asociación Mexicana de Juzgadoras, la cual, dijo, se ha caracterizado por luchar, de forma constante y permanente, por abatir las condiciones de discriminación, desventaja y desigualdad que enfrentan las mujeres que laboran en el servicio público, y así lograr que un mayor número tenga una participación más significativa y relevante en la toma de decisiones y condiciones igualitarias en los órganos de impartición de justicia, tanto federales como locales.

La magistrada presidenta puntualizó que no hay nada más atroz que discriminar a otro ser humano y más cuando es por razón de género, pero más todavía cuando estas prácticas se consideran como algo normal, como parte de la cotidianidad. Nada de ordinario puede haber en la violencia.

Aseguró que cuando se logre desterrar estas prácticas se habrá dado un paso firme hacia una eficaz y verdadera equidad.