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Flamante espacio privado de exposición y producción creativa, en el barrio de Le Marais

Fundación Lafayette Anticipations, reflejo de una nueva era cultural

El museo de 840 m2 es propiedad del heredero de una famosa cadena francesa de tiendas departamentales en expansión intercontinental

Cortes presupuestales y beneficios fiscales a magnates han cambiado el paradigma de la gestión del arte que antes era sólo pública

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El museo es una torre flexible de concreto, vidrio y acero, adecuada a las restricciones estructurales del inmueble con vínculo patrimonial. Arriba, una vista de la instalación The silence of the sea, de Lutz Bacher, con la que se inauguróFoto ©Delfino Sisto Legnani y Marco Cappelletti
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Lunes 19 de marzo de 2018, p. 6

París.

En el corazón del barrio cosmopolita de Le Marais, el pasado 10 de marzo se inauguró la Fundación Lafayette Anticipations con la muestra dedicada a la artista feminista estadunidense Lutz Bacher. Este nuevo espacio expositivo, además de exhibir, tiene el propósito de ser un sitio de producción creativa multidisciplinaria en artes plásticas, performance, arquitectura, moda y diseño.

Guillaume Houzé, heredero de las Galeries Lafayette (tataranieto del fundador), cadena líder en tiendas departamentales en Francia y en plena expansión no sólo regional, sino intercontinental, es el presidente y creador del museo, además de coleccionista y amante del arte.

Es el primer espacio en París proyectado por Rem Koolhaas y su despacho The Office for Metropolitan Architecture (OMA). Se encuentra encajado en el cubo del patio interior de un ex edificio industrial del siglo XIX. Una torre flexible de concreto, vidrio y acero de dimensiones contenidas (840 metros cuadrados), adecuada a las restricciones estructurales del inmueble con vínculo patrimonial y, por tanto, inmodificable, en una de las zonas más protegidas de la ciudad.

OMA, que se ha distinguido por haber convertido previamente espacios industriales en museos, como la Fondazione Prada de Milán o el Garage Museum of Contemporary Art de Moscú, ideó una solución arquitectónica innovadora frente al límite estructural. Lo hizo dando la posibilidad de metamorfosear el espacio de manera modular, favoreciendo una cincuentena de opciones expositivas distintas.

Es decir, la torre de 18 metros de altura no tiene pisos fijos sino plataformas movedizas que, como ascensor, suben o bajan, y se ajustan a la necesidad narrativa.

El área productiva es invisible y está ubicada en el sótano, donde está la fundación –que contará con un presupuesto total de 21 millones de euros, distribuido en cinco años– desafiará al museo convencional. Los artistas no sólo expondrán, sino realizarán su obra in situ, contando con apoyo económico así como práctico, trabajando en un contexto interdisciplinario que incluirá filósofos, curadores y el apoyo de museos de primer plano, empezando por su vecino, el Centre Pompidou. La obra generada será mostrada tanto intramuros como en instituciones externas, con el objetivo explícito de entablar un diálogo con el gran público con propuestas incluyentes, desmarcándose del corte curatorial de otras fundaciones muchas veces considerado elitista.

El edificio refleja un tiempo cultural distinto. Si el tamaño medio de los museos privados es de 3 mil 400 metros cuadrados (se piensa que el Soumaya tiene 16 mil metros cuadrados), según Rem Koolhaas en una entrevista para la revista londinense Wallpaper*, Lafayette Anticipations se diferencia de los proyectos grandiosos de los años 90 cuando en Europa se respiraba un momento de euforia. Ahora el talento de los artistas se ha alargado, así como el mundo del arte y del mercado. Es por eso que este proyecto es realista, no pesimista. Fue importante hacer algo pequeño pero enormemente flexible.

En efecto, según el reporte anual de Global Art Market apenas publicado, el mercado mundial del arte en 2017 tuvo un crecimiento de 12 por ciento respecto de 2016, alcanzando una facturación global estimada en unos 63 mil 700 millones de dólares.

Sin embargo, el nacimiento de Lafayette Anticipations no se explicaría sin dos datos indispensables: por un lado, el crecimiento exponencial mundial de los museos privados de arte contemporáneo registrado por el Private Art Museum Report 2016 de Larry’s List, primer estudio global en el tema que había registrado entonces 317 museos en el mundo, dato que debería actualizarse por el gran crecimiento en el sector en los dos años pasados. Aunque el mayor número de museos privados, según el reporte, no los tenga Francia sino Corea del Sur, seguido por Estados Unidos, Alemania, China e Italia.

Por el otro, la multiplicación de las fundaciones francesas se explica por la desfiscalización a partir de la Ley Aillagon (2003), que ha beneficiado a los magnates de la moda y de los alimentos, entre los más ricos de la población, convirtiéndose en tendencia, además de símbolo de estatus y de promoción empresarial.

La reducción de impuestos de la mencionada ley es de 60 por ciento de la cantidad de donaciones de patrocinadores corporativos dentro del límite de 0.5 por ciento de su facturación, excluyendo impuestos. Ello ha favorecido la multiplicación de fundaciones, cada una con su propia personalidad.

La moda entra al negocio

En el sector de la moda, cabe mencionar la pionera Fondation Cartier, nacida en 1984, y la recientemente brotada Fundación Louis Vuitton, construida en 2014 por el arquistar Frank Gehry por encargo de Bernard Arnault, propietario del conglomerado del lujo LVMH y el hombre más rico de Francia.

En octubre pasado abrió también el Museo Yves Saint Laurent con sede en París y Marrakech. François Pinault, dueño de grupo Kering (que incluye Gucci) y de la casa de subastas Christie’s, uno de los mayores coleccionistas de arte en el mundo, posee dos museos en Venecia y un tercero que abrirá en París el próximo año en la antigua Bourse du Commerce.

Todo ello denota un cambio de paradigma en la gestión del arte que, de haber sido hasta ahora casi exclusivamente pública, está siendo desplazada paulatinamente por el sector privado, en particular en el arte contemporáneo. El corte presupuestal estatal a la cultura ha ido minando a los museos, las fundaciones llegan así a contar con medios más potentes y flexibles, concurriendo con una oferta expositiva incluso más atractiva.