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Bajo la lupa

El mandarín y el zar se consolidan en el poder, mientras Trump se tambalea

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Militantes del Ejército Popular de Liberación de China preparan una copia de la Constitución para que Xi Jinping juramente, al términio de la quinta sesión plenaria del NPCFoto Afp
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n mi reciente conferencia magistral en la Universidad Modelo de Mérida (Yucatán) expuse el caos global y la tendencia al hipermilitarismo por las grandes potencias, aunado a la crisis del sistema democrático arrastrado por el colapso del liberalismo y la fractura de las sociedades en Occidente (whatever that means).

Occidente busca su refugio en resurrectos nacionalismos y subnacionalismos que se originaron en los dos países que impusieron la globalización financierista que llegó a su fin: el Brexit en Gran Bretaña, sede del thatcherismo con Friedrich Hayek y Karl Popper, y el trumpismo supremacista blanco de EU, asiento del reaganomics y los Chicago boys de Milton Friedman, caricaturizados en forma grotesca por el golpista pinochetismo neoliberal y el disfuncional “México neoliberal itamita”.

Si se tiene en mente una línea longitudinal sincrónica y diacrónica, tanto el “espíritu del tiempo (zeitgeist)” como las vivencias de las tres superpotencias EU/Rusia/China exhiben abruptas diferencias en referencia a la consolidación del poder –sin soslayar el caos europeo asolado por una proto-balcanización, la crisis migratoria y el resurgimiento de nacionalismos que no se distinguen mucho de las implosiones anglosajonas del Brexit y el trumpismo con su America First.

La Estrategia de Seguridad Nacional de EU y la Revisión de la Postura Nuclear del Pentágono dos meses más tarde –que epitomizan su nacionalismo económico y su neoproteccionismo con seguridad nacional e hipermilitarismo (https://goo.gl/UfdxB4)–valieron la réplica del zar Vlady Putin días después cuando ostentó su panoplia invencible de armas supersónicas (https://goo.gl/JdE4rr), que en caso de no ser bluff como alegan NYT y The Washington Post, finiquita la hegemonía unipolar militar de EU con la emergencia de una nueva correlación militar geoestratégica.

La alianza geoestratégica de Rusia y China dejan aislado a EU, no se diga a la alicaída Unión Europea (UE) ya sin Gran Bretaña.

EU sucumbe a sus demonios internos y a sus fuerzas centrífugas que ponen en tela de juicio su modelo de coexistencia multicultural, al unísono de sus graves crisis política y económica, lo cual le ha orillado a un hipermilitarismo cada vez mas antidemocrático, mientras China y Rusia, sus competidores revisionistas, consolidan sus estructuras internas.

Las tres superpotencias aceleran la carrera armamentista y su masivo gasto militar con armas de la más alta tecnología –no se diga la exhausta UE que pregona un incremento sustancial de su gasto militar hasta por 378 mil millones de dólares de aquí a 2024 (https://goo.gl/8ucCx5).

El caos global, el declive de EU, el irresistible ascenso geoeconómico de China y la resurrección de Rusia con su nuevo reposicionamiento militar geoestratégico en la era del zar Vlady Putin, se nutren mutua y circularmente para amparar sus inquietudes mediante su seguridad militar.

Primero fue el pivote de contención de Obama al ascenso de China con el alucinante Tratado de Asociación Transpacífico, y ahora Trump intenta detener a Pekín con su estéril neoproteccionismo (https://goo.gl/pNUMTe), sumado de amagos bélicos en las fronteras de la superpotencia asiática que se prepara a enfrentar las telenovelas hollywoodenses de EU que pregonan la guerra: Muerte por China del pugnaz Peter Navarro (https://goo.gl/cLCRRb) y la Flota Fantasma de P. W. Singer (https://goo.gl/3oH2v2).

Los preparativos defensivos de guerra de China, imagen en espejo del hipermilitarismo ofensivo del trumpismo, orillaron a la consolidación del poder del mandarín Xi Jinping, de 64 años, elegido presidente vitalicio en forma casi unánime por su asamblea.

En la metafísica y la sicología de China no puede existir algo peor que el caos frente a su cosmogonía armónica, de estabilidad y equilibrios. Razón por la cual todo el modelo supuestamente ejemplar de EU –desde su cohorte de mentiras sobre democracia, voto popular, sufragio efectivo, justicia y derechos humanos que propalan sus vehículos propagandísticos de Hollywood y sus multimedia– son vistos con sumo escepticismo por China que rompió su cordón umbilical con EU, en lo económico, desde la grave crisis de Lehman Brothers en 2008.

Ahora han de estar aterrados en Pekín por la guerra civil de EU que genera incertidumbre en las relaciones bilaterales supeditadas a extravíos internos y externos.

Sea lo que fuere, China consolida su poder interno frente al tsunami de EU que se tambalea en sus frentes doméstico y foráneo.

En la cuarta reelección del zar Vlady Putin, de 65 años, no funcionaron los hackers anglosajones: obtuvo una aprobación 13 por ciento mayor que en 2012, mientras la aceptación de Trump, de 71 años, se desmorona en medio de sus líos judiciales y eróticos.

Según The Financial Times (18/3/18), en Moscú acreditan parte del apabullante triunfo del zar a la tormenta diplomática de Gran Bretaña sobre el extraño envenenamiento del desertor ex espía ruso, Sergei Skripal.

El rotativo chino Global Times aduce que las sanciones de Occidente apuntalaron a Putin (https://goo.gl/weqJ7Y). El grave error tanto de las sanciones contra Rusia como la campaña occidental de pueril exorcismo contra Putin, pasan por alto que agreden al entero país ruso que derrotó a Napoleón y a Hitler y no teme a nadie ya que el patriotismo y autoestima de los ciudadanos de una superpotencia forman parte del código genético del pueblo ruso.

El zar no desea una carrera armamentista y se pronuncia ilusamente por una solución diplomática con Occidente.

Mientras todo va viento en popa en China y Rusia, donde han consolidado su poder el mandarín Xi y el zar Vlady Putin, en EU se despliega una imagen desoladora.

Patrick Martin describe la guerra política en Washington que ha entrado en un nuevo estadio después de la expulsión del anterior vicedirector del FBI, Andrew McCabe: la administración Trump se encuentra en guerra abierta contra secciones significativas del aparato de espionaje, mientras figuras relevantes dentro de este aparato hacen cada vez más llamados directos para la remoción del presidente, como es el caso del nada angelical ex director de la CIA, John Brennan, quien pasó más de 30 años planificando, organizando e implementando las operaciones encubiertas de EU, por lo que sus amenazas contra Trump deben tomarse con extrema seriedad y cuentan con el apoyo del Partido Demócrata (https://goo.gl/ggss1E).

Nunca alguien en el seno del aparato de espionaje como John Brennan impugnó con una ferocidad extraordinaria la expulsión de McCabe al vituperar en forma desmedida a Trump en un tuit: “cuando se conozca la extensión total de tu venalidad, depravación moral y corrupción política, tomarás tu verdadero lugar como un demagogo desgraciado en el basurero de la historia. Puedes tomar a Andy McCabe como chivo expiatorio, pero no destruirás a EU… EU acabará venciéndote (https://goo.gl/G7jLzM)”. ¡Mega-Uf!

Patrick Martin considera que la situación política en EU nunca había alcanzado un carácter tan explosivo.

El mandarín y el zar están muy atentos a la nihilista dinámica centrífuga en EU.

AlfredoJalife.com

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