Opinión
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¿Combatir la pobreza?

Tres décadas, y nada

Solidaridad-Prospera

E

n enero de 1977, al comienzo mismo del sexenio lopezportillista, se creó la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar), con el objetivo –según presumía– de articular acciones que permitan que las zonas rurales marginadas cuenten con elementos materiales y de organización suficiente para lograr una participación equitativa de la riqueza nacional.

Eran tiempos en los que la economía crecía a una tasa anual de 6 por ciento y, como resultado del boom petrolero, México se disponía a administrar la abundancia (JLP dixit). El asunto terminó en un sonado fracaso, con creciente pobreza y en medio de una crisis de proporciones pantagruélicas.

Pero a Los Pinos arribó la nueva generación de políticos (léase la tecnocracia) y dispuso que el combate a la pobreza comenzaba con Solidaridad (el programa social insignia del salinato, puesto en marcha en diciembre de 1988), que sería (en palabras del propio CSG) el balance moral de la modernización. De allí en adelante sólo cambió de nombre (Progresa con Zedillo, Oportunidades con Fox y Calderón y, desde 2014, Prospera con Peña Nieto.)

Así es: el mismo programa, con distintos nombres y los mismos resultados, porque cada día hay más pobres, peores empleos, menores salarios reales y la economía a duras penas crece 2 por ciento a tasa anual como promedio de las pasadas tres décadas y media, aunque desde la esfera oficial incorporan más y más indicadores en su febril intento de bajar la pobreza, así sea en la estadística. Y el balance moral de la modernización da grima.

La nueva generación de políticos acumula 35 años en el poder (de la mano de la cúpula económica-financiera), y oficialmente cada día se gasta más en combatir la pobreza (aunque no siempre el recurso llega a los jodidos; cualquier duda, favor de preguntar a Rosario Robles), por mucho que los mexicanos cada día estén más fregados, en vía de empeorar.

Han transcurrido tres décadas desde que Carlos Salinas dio el banderazo de salida a Solidaridad, y 26 años a par-tir de la creación formal de la Secretaría de Desarrollo Social, institución de la que han sido titulares 14 funcionarios (entre ellos tres que resultaron ser candidatos a la Presidencia de la República: el priísta Luis Donaldo Colosio, la panista Josefina Vázquez Mota y el tricolor que no es tricolor José Antonio Meade).

Tres décadas, pues, y de plano no pueden con el paquete, de tal suerte que cada día empeora el balance moral de la modernización. En el gobierno hacen fiesta porque los indicadores oficiales de pobreza bajan un poco, pero enmudecen cuando crecen a paso veloz (como sucedió en el calderonato).

En fin, sirva lo anterior para dar entrada al Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, elaborado por el Coneval y divulgado ayer por esa misma institución, del que se toma la siguiente numeralia.

Los datos sobre pobreza muestran un panorama mixto. Entre 2008 y 2016 aumentó en 3.9 millones de personas; al mismo tiempo 2.9 millones dejaron de estar en situación de pobreza extrema. Lo anterior es resultado, por un lado, de la reducción de la mayoría de las carencias sociales, aunque las necesidades de acceso a la seguridad social y a la alimentación todavía son altas y, por otro lado, el ingreso de los hogares ha tenido una trayectoria errática.

La carencia por acceso a los servicios de salud tuvo la mayor reducción entre 2008 y 2016 (alrededor de 24 millones de personas), seguida de la relativa a calidad y espacios de la vivienda (5 millones de personas menos). La necesidad de acceso a la seguridad social disminuyó en 4.1 millones de personas, pero todavía 68.4 millones la registran. La falta de alimentación prácticamente no tuvo cambios en este periodo, producto de un incremento entre 2008 y 2010 y, posteriormente, de una reducción de casi la misma magnitud entre 2010 y 2016. Hace dos años había 24.6 millones de personas con esta carencia.

Entre 1992 y 2016 el ingreso promedio ha tenido fluctuaciones que no han permitido mejoras permanentes en el bienestar de los hogares. Las crisis económicas en este periodo, entre otros factores, se han traducido en un crecimiento económico promedio anual de 2.4 por ciento, lo que representa sólo 1.3 por ciento en términos per cápita.

A nivel de los hogares, si bien el poder adquisitivo del ingreso laboral se incrementó 8.6 por ciento entre 2014 y 2016, éste se redujo 10.6 por ciento entre 2005 y 2017. A esto se suma que el alza inflacionaria reciente, que en 2017 alcanzó 6.77 por ciento, ha provocado una disminución en el poder de compra de los hogares de 2.5 por ciento en ese año. Aunado a lo anterior, la desigualdad en la distribución del ingreso se ha mantenido elevada y no se observan factores económicos, como una mejora en la productividad, que permitan suponer un cambio en esta tendencia.

La informalidad afecta la productividad de la economía en su conjunto. En México, la mayoría de las empresas son pequeñas e informales y absorben una gran parte del empleo. Durante el periodo 2009 a 2017 se observó una disminución en la proporción de trabajos informales, que pasó de 60 a 57 por ciento. Sin embargo, este tipo de fuentes de ocupación continúa siendo el que prevalece en el país.

Algunos grupos de la población, como los jóvenes entre 15 y 29 años, tienen mayores dificultades para insertarse en empleos formales. En 2017, del total de este sector ocupado, 59.9 por ciento se encontraba en trabajos informales.

El presupuesto dirigido a la educación ha hecho posible que en el ciclo 2016-2017 la tasa neta de escolarización llegara a 98.4 por ciento en primaria y 86.2 por ciento en secundaria. Sin embargo, la permanencia de los estudiantes de educación media y superior se ve afectada negativamente por la falta de recursos económicos en los hogares. En 2016, poco más de un millón de personas entre tres y 17 años que vivían en hogares con ingresos por debajo de la línea de bienestar mínimo no asistían a la escuela.

Y así por el estilo, 30 años después.

Las rebanadas del pastel

El estercolero marca Odebrecht anotó en su obituario a Pablo Kuczynski, hasta ayer presidente peruano. Y en la orquesta latinoamericana involucrada en este jugoso negocio sólo faltan los músicos mexicanos. ¿Para cuándo?... Más rápido que una saeta, el Órgano Interno de Control del Issste decidió iniciar una auditoría sobre la inversión de Pensionissste en acciones de la constructora ICA… en 2015. ¿Así o más rápido?

Twitter: @cafevega