Opinión
Ver día anteriorSábado 24 de marzo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
En el Chopo

Rock en vivo en el Tianguis

Foto
Escena sabatina en el vértice de las calles Aldama, Luna y Juan NepomucenoFoto Javier Hernández Chelico
H

oy se escucharán los primeros acordes rocanroleros de la nueva etapa del ya histórico foro bautizado como Radio Chopo. No es exageración afirmar que durante su devenir dicho espacio ha recibido a centenares de bandas. Agrupaciones como El Tri, Zoé, Jessy Bulbo, Armando Palomas, Jaime López, Cecilia Toussaint, Rod Levario, Tex Tex, Búnkers, Viernes Verde, Javier Bátiz, Haragán, Liranrol, División Minúscula, Cartel de Santa, Celso Piña e infinidad de nombres más aparecen en el historial de este escenario. Este día se agregan Sin Código, Invid y Doc and Doc, que tendrán el honor de inaugurar esta nueva era del escenario instalado en el vértice de las calles de Aldama, Luna y Juan Nepomuceno Rossins, en la colonia Buenavista/Guerrero. Esta tripleta de bandas forman el cartel que acerca a Radio Chopo a uno de sus propósitos primigenios: ser escaparate y apoyar nuevas propuestas musicales de todos los géneros circunscritos alrededor del rock. Y como complemento, ofrecer a los asistentes rock en vivo cada sábado. Por supuesto, desde sus inicios, Radio Chopo incluyó en su programación habitual agrupaciones de renombre. Bienvenido, pues, el rock en vivo a terrenos choperos. También este mediodía, en el acceso sur del Tianguis del Chopo (calles Aldama esquina con Camelia), Transmetal tendrá convivencia, firma de autógrafos y venta de productos entre los asistentes, mientras Obey The Moon hará lo propio, además de presentar su nuevo disco. Como es sabido, todas las actividades son gratuitas y el horario es de 12 a 15 horas.

Rock ¿sin filo?

Con el avance de la práctica de lo políticamente correcto el rock y este escriba –de por sí, actualmente, par de fresas– andan con cuidado en el uso del lenguaje coloquial. Ni se diga de palabras que suenen a albur, a barrio, a vocablo ondero/rocanrolero. Respecto del rock, esas canciones que en sus letras abrevaban de lo incorrecto, de la transgresión, de la provocación, y que estaban lejanas de los púlpitos, poco a poco se han ido extinguiendo. La denuncia, los reclamos, el humor, se van modificando y, salvo honrosas excepciones, sobresalen ahora las historias de amor y los relatos de situaciones comunes edulcoradas. Las letras con contenido desafiante, con mensajes directos, rebosantes de humor no trascienden. Permanecen en un nicho muy reducido. Es paradójico que fraseos desafiantes de jóvenes cantantes veinteañeros de hace 60 o 50 años sigan siendo coreadas por adolecentes actuales con ganas de rebelarse: “…Voy a decirles una cosa/ que no puedo ya por más callar/ es imposible que la gente quiera que no cante el rocanrol/ Y aunque digan los vetarros/ música infernal…” (Aviéntense todos, letra en español de Jesús González. Locos del Ritmo) o que bravuconeen y griten: Oye, cantinero,/ sírveme otra copa, por favor./ Quiero estar borracho/ yo quiero sentirme de lo peor. (Oye, cantinero, de Lora y De León, Three Souls in My Mind). Sólo queda algo por hacer, buscar y rescatar rolas con temas filosos para incluirlas en el cancionero del rock mexicano y que dentro de 50 años las cante la banda rocanrolera que viene.