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Algunas versiones señalan que los disparos se hicieron desde un helicóptero naval

Una familia, víctima del fuego cruzado en ataques en N. Laredo

La Semar aclara que las balas que dieron muerte a civiles no son usadas por personal a su cargo

 
Periódico La Jornada
Martes 27 de marzo de 2018, p. 3

Durante el enfrentamiento del pasado domingo entre elementos de la Secretaría de Marina (Semar) y presuntos integrantes de un grupo de la delincuencia organizada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fallecieron tres integrantes de una familia que se encontraba dentro de un vehículo al momento de los tiroteos.

La Semar reconoció la muerte de civiles, pero negó que los disparos hayan salido desde un helicóptero de la dependencia o de los elementos en tierra, y dijo que el calibre de las balas que les ocasionaron la muerte no corresponde al armamento usado por la dependencia.

En las primeras horas del domingo, hombres armados emboscaron en tres ocasiones a elementos navales, lo que desató unas serie de enfrentamientos a tiros y persecuciones que se extendieron casi toda la madrugada en esa ciudad. El saldo preliminar fue de un marino muerto, 12 más heridos y el abatimiento de cuatro de los presuntos atacantes, detalló la Marina en un primer comunicado, en el que omitió hablar de la muerte de algún civil.

Tras la segunda emboscada, Nellely Aidé Ruiz Martínez, de 28 años, su esposo, Efraín Rojas Santos, y sus dos hijas, de cuatro y cinco años de edad, circulaban en su automóvil por el lugar donde se registró el tiroteo. En el sitio murieron por impactos de armas de fuego la mujer y las dos menores. El jefe de familia fue trasladado con heridas de gravedad a un hospital de la ciudad, y hasta el cierre de la edición su estado de salud era reportado como delicado.

Esta institución naval lamenta los hechos, donde personas civiles perdieron la vida y resultaron lesionadas, y refrenda su compromiso en favor de la seguridad ciudadana, indicó la Semar ayer en un segundo comunicado oficial sobre los hechos.

Ante versiones que apuntan a que los disparos se hicieron desde el aire, la Semar sostuvo que los impactos de bala que recibió el personal civil fueron a causa de fuego cruzado a nivel tierra y no desde el aire; asimismo, el calibre de los impactos que presenta el vehículo no corresponden al armamento orgánico con el que cuentan las aeronaves de la Armada de México.

Afirmó que el personal naval brindó la atención médica necesaria y actuó en estricto apego a los procedimientos establecidos en el Manual del Uso de la Fuerza.

La dependencia insistió en que bajo ninguna circunstancia fue excedido el uso de la fuerza por parte de su personal.

A su vez, la Procuraduría General de la República (PGR) confirmó que como parte de la carpeta de investigación que inició por dichos hechos, también se tomó nota de la muerte de los civiles. En la indagatoria se señala que las balas que dieron muerte a la familia son de calibre 223 el cual, de acuerdo con esta dependencia, no es usado por la Marina. También aseguró que una de las armas incautadas a los atacantes corresponde a dicho calibre.

De acuerdo con las primeras pruebas periciales, una de las menores que se encontraba en el vehículo que fue alcanzado por el fuego cruzado entre el personal naval y los criminales recibió un impacto de bala a la altura de la barbilla. La menor se encontraba en la parte delantera, en el asiento del copiloto, donde también falleció la madre por los impactos recibidos.

Hasta el momento, la investigación sobre lo sucedido la realiza la PGR, la cual determinará si además de delitos federales hay otros del fuero local, lo cual turnará a la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas.

Los enfrentamientos, que la Semar catalogó por sus características como emboscadas al personal naval, fueron considerados al interior de esta dependencia como unos de los más graves por el grado de operatividad y armamento del crimen organizado para actuar en tres sucesos casi simultáneos.

Aunque agentes policiacos refirieron que los agresores pertenecían al cártel del Golfo, fuentes federales consultadas atribuyeron los ataques al cártel del Noreste, que encabeza en la región Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo, oriundo de Texas y sobrino del Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.

De acuerdo con datos de la dependencia, Treviño Chávez mantiene una fuerte rivalidad con grupos derivados de Los zetas y tiene contacto permanente con lugartenientes que viajan entre México y Estados Unidos.

Registros de la Marina señalan que de 2007 a la fecha suman 51 bajas de sus elementos, contando el fallecido en Nuevo Laredo, mientras en ese mismo periodo han sido abatidos 452 civiles armados.