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n septiembre de 2014 el académico británico David Runciman escribió que la idea de un establishment fue popularizada a mediados de 1950 por el periodista Henry Fairlie, quien acuñó el término para describir cómo las redes de élite en la cima de la sociedad británica cerraban filas para protegerse a sí mismas. El término cobró fuerza internacional y fue adoptado para una multitud de estudios sociológicos, económicos y políticos, en muchos países del orbe. Después el termino caería en desuso, debido al vasto control de los grandes poderes económicos sobre los mass media.

El término ha vuelto a la arena de debate como resultado del largo ensayo que escribió Owen Jones, The Establishment: And How They Get Away with It. El mayor debate se ha sucitado en Gran Bretaña, aunque en la UE aparece un buen número de reseñas, artículos y libros que lo refieren.

Egresado de la University College en Oxford, Jones se dio a conocer al gran público con la aparición de su primer libro  Chavs: la demonización de la clase obrera, de 2011, donde denunciaba el estereotipo negativo al que ha sido reducida la clase obrera por parte de la élite política y los medios de comunicación. Una vistazo a la Wiki informa que chav es un vocablo inglés que hace referencia a personas de clase humilde y a menudo jóvenes, muy de moda cuando Jones escribió la obra referida.

En la introducción de Chavs, Jones escribe que fue consciente de ese uso cuando en una reunión con amigos, jóvenes de izquierda como él mismo, alguno dijo: “qué lástima que cierre Woolworht’s. ¿Dónde van a comprar los chavs sus regalos navideños?” Esta frase, dicha en un ambiente progresista, fue percibida por Owen como un ejemplo de hasta qué punto la clase trabajadora era vista, por gran parte de la sociedad británica, como alteridad, una otredad ajena, reptiliana, desagradable, con la que había que vivir; así era desde el thatcherismo.

Chavs fue incluida por The New York Times en la lista de los 10 mejores libros de no ficción de 2011, y ese mismo año Jones fue incluido por The Daily Telegraph entre los 100 pensadores más influyentes en la izquierda.

Jones continuó con The Esta­blishment, en 2014. Traslado a mis eventuales lectores unas cuantas tesis de este libro.

Después de la Segunda Guerra Mundial, se impusieron varias restricciones a los intereses de los poderosos de Gran Bretaña, por ejemplo, aumentos de impuestos y regulación de sus negocios. Actualmente, muchas de esas restricciones han sido destruidas, o están por ser barridas, y ahora el establishment se caracteriza por una serie de instituciones e ideas que legitiman y protegen la concentración de la riqueza y del poder en unos cuantos. El establishment engloba a los políticos que crean las leyes; a los barones de los medios, que establecen los términos del debate; a las empresas y a los financieros que dirigen la economía, y a las fuerzas judiciales y policiales que hacen cumplir unas leyes manipuladas en favor de los poderosos. El establishment es el lugar donde todos esos intereses confluyen.

El establishment representa el intento por parte de grupos poderosos de gestionar la democracia, para asegurarse de que no amenace sus intereses; tiene una mentalidad según la cual quienes están en lo más alto de la cúpula social se merecen su poder y sus fortunas, cada vez mayores, que se resumen en el eslogan publicitario de L’Oréal: Porque yo lo valgo. Es la misma mentalidad que trata a los antaño poderosos sindicatos como si carecieran de sitio legítimo en la vida pública, mientras lleva a los políticos a gastarse un dinero robado, a los empresarios a no pagar impuestos y a los banqueros a exigir unos ingresos cada vez más abultados, empujando al mundo a la catástrofe.

Esas mentalidades derivan de la ideología común del establishment moderno, un conjunto de ideas que ayuda a racionalizar y a justificar su posición y su conducta. A menudo denominada neoliberalismo, esta ideología se basa en la creencia en los llamados mercados libres: transferir recursos públicos a unos negocios que buscan las ganancias máximas posibles; hostilizar el papel activo del Estado en la economía, como en México lo hace Peña Nieto, del mismo modo que sus iguales del mundo; apoyar la política de reducir la carga fiscal de los intereses privados, y reprimir cualquier forma de organización colectiva que pueda desafiar el estado de cosas prevaleciente. Esta ideología suele racionalizarse y presentarse como libertad, especialmente libertad económica, y se envuelve en el lenguaje del individualismo. Se trata de unas creencias que el establishment trata como si fueran sentido común, como un factor más de la vida, igual que el clima…; da la impresión de que los oponentes al establishment actual han dejado de existir de forma significativa.

Al mundo neoliberal le repugna el Estado, pero ciertamente depende de él para prosperar. Bancos rescatados, infraestructura financiada por los gobiernos, protección estatal de la propiedad privada, investigación y desarrollo, una fuerza de trabajo entrenada gracias al gasto público, el mantenimiento de unos salarios estrujados, subsidios numerosos.

El libro The Establishment busca exponer las consecuencias de la ideología del porque yo lo valgo; por ejemplo, que una distribución cada vez más desigual de la riqueza le produzca a los poderosos la sensación de que tienen derecho a llevarse porciones cada vez más grandes de esa riqueza.

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