Opinión
Ver día anteriorViernes 20 de abril de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

Premio Gilberto Bosques

D

on Gilberto Bosques (1892-1995) es uno de los mexicanos más ilustres de nuestra historia y un diplomático ejemplar cuya trayectoria se agiganta con el paso de los años. Gracias a su decisiva intervención, más de 40 mil judíos y republicanos españoles que vivían en Europa durante la Segunda Guerra Mundial y huían del nazismo y el régimen franquista, consiguieron salvar sus vidas.

Era el sexenio del general Lázaro Cárdenas, quien nombró a don Gilberto su enviado personal en Europa a fin de abrir las puertas de la representación diplomática en Francia (París, Bayona, Marsella) a los perseguidos políticos y raciales y brindarles la documentación necesaria para llegar a nuestro país. En esa tarea, el también profesor y político arriesgó su propia libertad (lo arrestaron los nazis junto con su familia y el personal del consulado en 1943) y hasta su vida. Llegó a alquilar dos castillos en el sur de Francia y los convirtió en centros de asilo de los perseguidos mientras se arreglaba su salida hacia México. Bosques regresó a nuestro país en 1944. Tras la guerra fue nuestro representante diplomático en Portugal, Finlandia, Suecia y de 1953 a 1964, en Cuba.

Precisamente en la capital de la isla caribeña, hace una semana les otorgaron el premio Embajador Gilberto Bosques al afamado guitarrista y compositor cubano Leo Brouwer y al cellista mexicano Carlos Prieto, en reconocimiento a sus excepcionales carreras y aportes a las culturas de ambos países.

Cabe señalar la estrecha amistad que une a Brouwer con Prieto. Para éste y el también cellista Yo-Yo Ma, compuso la pieza El arco y la lira, título inspirado en el libro homónimo de Octavio Paz. Durante el sexto Festival Leo Brouwer de Música de Cámara, celebrado en La Habana en 2014, ambos músicos estrenaron dicha obra, acompañados por el conjunto brasileño de guitarras Guitar Duo.

La entrega del premio en el Teatro Martí se convirtió en una fiesta de amistad binacional y excelente música en la que Prieto interpretó la Suite No. 3 en Do Mayor para violonchelo solo, de Johann Sebastian Bach, y Bachriación para violonchelo solo, de Eugenio Toussaint. Además, la Orquesta de Cámara de La Habana hizo gala de su profesionalismo.

Entrevistado por el escritor Rafael Lam, el maestro Prieto también habló sobre su instrumento, un cello Stradivarius de 1720 que, tras azarosa historia, llegó a sus manos y bautizó cariñosamente Miss Cello Prieto. A Lam le contó que cuando su vecino en el Pedregal de San Ángel Gabriel García Márquez vio por primera vez el chelo, le preguntó: ¿Y cómo se toca esta vaina? La vida y la trayectoria ejemplar de don Gilberto Bosques se unen a la de Leo Browuer y Carlos Prieto por virtudes que escasean en el mundo de hoy: generosidad, sencillez, solidaridad.