Chalco, Méx.

En la explotación de más de 150 minas de donde se extrae el material para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) existe una clara complicidad entre autoridades ambientales federales, estatales y municipales con empresas para no cumplir con la normativa, aseguró el Frente Contra el Nuevo Aeropuerto y en Defensa de la Naturaleza y la Vida, conformado por pobladores de 12 municipios cuyos yacimientos pétreos son explotados.

Durante el foro Alto al saqueo de los recursos naturales, no a las minas, realizado este domingo en San Pablo Atlazalpan, municipio de Chalco, activistas sostuvieron que las empresas utilizan permisos irregulares, estudios de impacto ambiental sin relación con el área explotada, duplicidad de autorizaciones, invaden cerros por la fuerza y pactan con autoridades clausuras simuladas para acallar la inconformidad de opositores.

Antes del evento, miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, vecinos inconformes con la explotación de minas en Tezoyuca, Tepetlaoxtoc, Otumba, Teotihuacán, San Martín de las Pirámides, Acolman, Texcoco e Ixtapaluca marcharon por San Pablo Atlazalpan, junto con lugareños clausuraron simbólicamente la mina local, y exigieron que ésta sea clausurada.

Vicente García representante de la oposición a la mina de Atlazapan, explicó que en noviembre pasado la empresa Sipsa entró al pueblo, cooptó a las autoridades comunitarias y les ofreció beneficios económicos para que le permitieran explotar la mina local de basalto sin una consulta a la comunidad.

Añadió que por medio del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública se supo que la mina opera con permisos irregulares, y labora a un lado de una primaria estatal donde hay 800 niños que están en un horario de seis horas escuchando el ruido y absorbiendo el polvo de la mina. Dentro de ese predio se encuentra el depósito de agua potable que surte a una población de más de 15 mil habitantes, a 200 metros está el pozo de agua potable que surte a la comunidad. Se encuentra a un costado del casco de la ex hacienda de Axalco, que fue creada en 1800.

Según García, en comunidades donde operan minas las empresas dividen a los pobladores dándoles dinero, comprando autoridades y ofreciendo pavimentar calles para que pasen sus camiones o utilizando grupo de choque.