Ciencias
Ver día anteriorJueves 3 de mayo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Herminia Pasantes, neurocientífica de la UNAM, deja su laboratorio tras 60 años de labor

El consumo de la mariguana no es un problema de salud pública

Somos humanos porque nuestro cerebro es diferente; tiene conexiones complejas, expresa

Foto
Herminia Pasantes se dedica ahora a la difusión de la ciencia y lucha por la regulación del consumo de la mariguanaFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de mayo de 2018, p. 2

A sus 81 años, Herminia Pasantes, investigadora emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es una científica reconocida en el mundo que despierta vocaciones con su labor de divulgación de la ciencia, y que, si pudiera, volvería a dedicarse a investigar el cerebro, a lo que ha destinado su labor académica.

Al preguntarle por su laboratorio, respondió con azoro: Ya no tengo. He decidido, después de 60 años de investigación experimental, concluir esta etapa, dice a La Jornada en una entrevista en su despacho en el Instituto de Fisiología Celular, en Ciudad Universitaria. El cambio es muy reciente, tanto que cruzando el pasillo hay una sala de experimentación que aún tiene un letrero con su nombre.

La neurocientífica, ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001, cuenta que hay dos razones fundamentales que la llevarona tomar esa decisión: Una es que tengo 81 años. Empecé a hacer investigación cuando tenía 19, ya son más de 60 en ello.

La segunda es que la tecnología para el estudio del cerebro se ha desarrollado mucho en los años recientes y yo no me pude ajustar. Siempre fui muy competitiva, estaba en los primeros sitios internacionales. Me sentía como una selección mexicana de futbol, pero que sí gana. Eso empezó a declinar, por lo que decidí dedicarme a hacer otras cosas muy importantes para la ciencia, como la divulgación, la docencia, la innovación y el activismo en pro de regulación de la mariguana .

Problemas de financiamiento, una constante

Integrante emérita del Sistema Nacional de Investigadores, consideró que las condiciones en las que se hace ciencia en México no son las ideales y los problemas de financiamiento son una constante. Sólo a base de capacidad, inteligencia, de darle la vuelta a todo lo que se puede, podemos tener un sitio competitivo en el ámbito internacional.

Lo complicado de los trámites burocráticos y las restricciones de importación de reactivos para experimentar también causan retrasos a la ciencia mexicana, señaló Pasantes.

Acostumbro decir que 100 miligramos de AMP cíclico solían verse tan sospechosos como un BMW. Ahora, ya cambiaron las cosas: el BMW se importa sin problemas y los 100 miligramos de AMP cíclico tardan tres meses en llegar. Para resolver esta situación, no se necesita dinero, sino voluntad.

Pasantes es una de las fundadoras de la carrera de neurociencias de la UNAM, que el año pasado recibió a su primera generación. Será un apoyo muy grande para el desarrollo de este campo de estudio, porque formará profesionales muy bien preparados que podrán participar de inmediato en proyectos de investigación avanzados, aseguró.

El tema de su vida

Cuando habla del cerebro, Pasantes se llena de emoción, su voz sube de volumen. Su rostro se ilumina y sus gestos no dejan duda de que es el tema de su vida. Ese órgano “nos permite apreciar el arte, sentir emociones. Es la esencia de la humanidad: somos humanos porque tenemos un cerebro especial, diferente.

Si usted es distinto a otros seres vivos, es por el número de neuronas y de conexiones de su cerebro, explicó la autora del libro De neuronas, emociones y motivaciones, una de sus obras de divulgación de la ciencia y cuya nueva edición está en circulación.

Las neuronas no son distintas en el cerebro del cangrejo, del ratón o del humano, son iguales y su sistema básico de comunicación es el mismo, pero el cerebro humano es mucho más complejo en sus conexiones. agregó.

La divulgación de la ciencia es para ella en este momento de su vida su labor más importante. Si yo no hago investigación, seguramente algún colega canadiense o australiano la hará, pero ningún extranjero me va a sustituir en ir las ciudades pequeñas o con estudiantes de preparatoria de México para llevarles mensajes como que la ansiedad y la depresión se pueden dar en los niños, o que el cerebro se masculiniza o se feminiza durante el desarrollo embrionario, así como que la orientación sexual tiene base orgánica.

A Pasantes le irrita que se diga que el consumo de mariguana es un asunto de salud pública. Claro que me enoja. Los consumidores de yerba no están enfermos.

La investigadora nunca la ha consumido ni piensa consumirla, a menos que se compruebe muy claramente que es buena para el cerebro de la vejez, ríe. Pero, aclaró, por un asunto de principios, está en favor de que el uso de la mariguana sea regulada.

Me molesta que siendo un adulto, con capacidad de entender la información, el gobierno decida que no lo soy, que soy como un niño pequeño que no sabe lo que le hace bien y le hace mal.

No causa agresividad

La mariguana no es inocua, precisó, pues altera ciertos aspectos del cerebro, pero es una droga que no causa agresividad, tampoco mata por sobredosis; mientras hay drogas muy adictivas, la cannabis no lo es tanto. En adultos, sólo uno de cada10 que la consumen a diario desarrolla adicción y está enfermo. Esto se ha reportado desde hace muchos años en los estudios científicos y no ha variado un ápice. En el caso de los adolescentes esa relación es probablemente mayor.

Otra razón que la impulsa a luchar contra la prohibición del consumo de mariguana es que rechaza que los consumidores de la planta vayan a la cárcel.

Pasantes está a la espera de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelva un amparo que interpuso con la finalidad de que le permitan sembrar mariguana para uso personal. Si se le concede, será el tercero de los cinco que se requieren para que todos los tribunales del país estén obligados a amparar a quienes soliciten lo mismo.

La inmensa mayoría en México, agregó, aún no sabe lo que la ciencia dice de la mariguana. Piensan que si se despenaliza, será más fácil que sus hijos la obtengan y entren en pautas de consumo peligrosos. Sin embargo, está convencida de que es una batalla que poco a poco se va a ganar. El mundo va a acabar por entender que es una droga suave, que no causa grandes problemas.