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Sólo en 2017 se perdió el equivalente a 200 mil campos de futbol de bosque, señalan

La Amazonia de Perú, en riesgo por la tala ilegal y el narcotráfico

Minería fuera de la ley, agricultura y ganadería, otros agentes que causan la deforestación, asegura Ministerio del Ambiente

En Madre Dios ya afecta a las comunidades étnicas

 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de mayo de 2018, p. 2

Lima.

Una especie de cáncer que destruye todo a su paso está afectando a la Amazonia de Perú: la deforestación.

De 2001 a 2016, perdió un millón 974 mil 209 hectáreas de bosques, lo que equivale a unas 123 mil 388 hectáreas menos cada año, según el Programa Nacional de Conservación de Bosques (PNCB) del Ministerio del Ambiente.

La agricultura, la ganadería, la tala ilegal de árboles, así como la minería fuera de la ley y el narcotráfico son los principales agentes destructores de los bosques amazónicos, aseguró César Calmet, coordinador ejecutivo del PNCB.

Estos agentes no se encuentran juntos en una sola zona devastada, por ejemplo en (la región de) Madre de Dios la minería ilegal es el principal causante de la deforestación, señaló el funcionario.

Si no se toman decisiones se podría llegar a cifras de 300 mil a 400 mil hectáreas anuales deforestadas, advirtió.

Según imágenes satelitales, en 2017 desaparecieron 143 mil hectáreas de bosques amazónicos en Perú, el equivalente a 200 mil campos de futbol, según el sitio web especializado en temas del medio ambiente Mongabay.

Perú es uno de los 17 países megadiversos del planeta, que en conjunto albergan más de 70 por ciento de la biodiversidad mundial. Además, es el segundo país en bosques amazónicos (después de Brasil), según el PNCB.

Situada al oriente de las montañas de los Andes, la Amazonia representa un tercio del territorio peruano.

En 2015, el país tenía 69 millones de hectáreas de bosques tropicales, los cuales permiten absorber el carbono del medio ambiente, uno de los causantes del calentamiento global.

Epicentro

La región amazónica de Madre de Dios, en el sur del país, es el epicentro de la minería ilegal. En ella la deforestación se triplicó, al pasar de 5 mil hectáreas en 2001 a 17 mil en 2016.

Los miles de mineros emplean dragas, dinamita y mercurio para extraer el oro, destruyendo todo a su paso, según las autoridades.

Además, la minería ilegal va acompañada de problemas como la trata de personas, o sicariato y secuestros, según el gobierno y organismos de derechos humanos.

En esa región, la deforestación está llegando a las reservas, afectando a etnias que vivían aisladas como los mashco-piro, que han tenido que salir para procurarse comida.

El papa Francisco visitó Madre de Dios durante su gira a Perú en enero pasado para resaltar su compromiso con la protección de los pueblos originarios y el medio ambiente.

Además, el Fondo Mundial para la Naturaleza anunció hace unos días que serán plantados 155 mil árboles este año en 140 hectáreas de la Amazonia para recuperar zonas degradadas por la minería ilegal.

Sin embargo, esta cifra equivale sólo a 0.1 por ciento de la superficie deforestada cada año en el país.

El mercurio es empleado por los mineros para separar el oro de otros elementos. Luego, los desechos son arrojados a los ríos, contaminando las aguas y los peces que consumen los indígenas.

Ese problema ya afecta a la etnia nahua, que habita un área protegida en la región de Cusco, vecina a Madre de Dios.

En mayo de 2016, el gobierno del entonces presidente Ollanta Humala declaró en emergencia a Madre de Dios por la contaminación, después de que las autoridades detectaron mercurio en las aguas de los ríos, en las especies hidrobiológicas y en la población, con valores superiores a los límites máximos permisibles.

Sin embargo, dos años después las autoridades locales se quejan de que no se ha hecho nada para remediar la situación.

Son cuatro los focos más grandes de deforestación: las provincias de Tarapoto y Yurimaguas en la región de Loreto, en la zona de Huánuco y Pasco, en San Martín, y en Madre de Dios, señaló Daniel Castillo, del PNCB.

Los agricultores también están entre los depredadores, debido a la costumbre de quemar bosques para limpiar las tierras antes de cultivarlas.

El cultivo de la palma aceitera necesita grandes extensiones de tierra para ser rentable, para lo cual los productores tumban bosques, señaló Calmet.

Los narcotraficantes también deforestan para plantar hoja de coca, materia prima de la cocaína. Además, de que sus desechos químicos contaminan tierras y cauces de agua, según los funcionarios.