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Elecciones 2018

El verdadero peligro para México es seguir como estamos

Romo: en el plan de AMLO caben todos, principalmente los olvidados
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Juntos Haremos Historia viene a gobernar un país de 120 millones, no solamente de 20 millones, asegura Alfonso RomoFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 13 de mayo de 2018, p. 7

Monterrey, NL.

La petición expresa la hizo Andrés Manuel López Obrador en el reciente mitin celebrado en el municipio de San Nicolás de los Garza: Levanten la mano los que le damos la confianza a Alfonso Romo. Una multitud de manos alzadas fue el preludio de un grito fuerte y potente del gentío, que terminó conmoviendo al empresario: ¡No estás solo, no estás solo, no estás solo!

A continuación, nudo en la garganta y ojos emocionados del hombre que ha llevado a Andrés Manuel Lopez Obrador a acercarse al sector empresarial, que lo miraba de manera desconfiada y que finalmente, en su mayoría, lo ha aceptado, aunque algunos todavía no: Hay una campaña en contra de Poncho –dice a la multitud–, pero yo les pregunto: ¿verdad que Poncho es un hombre bueno y honrado? La gente grita un rotundo y hay quien añade, desde atrás: ¡Queremos muchos Ponchos Romo!

Alfonso Romo recuerda este momento memorable un poco ruborizado: Me da mucha pena. No me lo esperaba y es muy comprometedor, no sólo emocionante. ¡Olvídate de los aplausos de San Nicolás! Lo que he vivido en los lugares del país que recorro con Andrés es increíble. Y eso me compromete.

Está sentado frente a la pista de de salto con obstáculos del Club Hípico Monterrey, mientras uno de sus caballos trota con ritmo uniforme. Él, vestido con camisa beis y pantalón caqui, se muestra contento, animado por el buen resultado de las recientes encuestas en favor del candidato de Morena, y reconoce que la vida le ha cambiado, pero sin quitarle su equilibrio emocional y racional.

He tenido la gran oportunidad de conocer al México verdadero, no al de las cúpulas, dice de entrada en entrevista con La Jornada y hace un recuento de lo que ha significado tocar esos segmentos de la población que nunca como ahora había sentido tan cerca.

“La gente me dice: ‘señor Romo, qué bueno que estamos todos juntos’. ‘Señor Romo, qué bueno que los empresarios están con nosotros’. ‘Señor Romo, no nos vayan a fallar’. La expectativa es tan grande que no podemos ni imaginar que vayamos a fallar”, señala.

–¿No teme que con la alta expectativa que hay sobre López Obrador la gente se sienta defraudada? Ustedes no podrán cambiar todo en seis años.

–No, pero sí podemos cambiar el rumbo del barco significativamente. No vamos a defraudar. Andrés Manuel tiene una única pasión: pasar a la historia. Trabaja 20 horas diarias, no tiene hobbies.

–El beisbol –se le recuerda.

–Pero no le dedica tiempo (risas). Yo le dedico tiempo a montar a caballo, él no. Él está enfocado a conocer el país, a profundizar y a hacer un cambio de a de veras. Eso me convence más. Andrés es un profesional de la política, un líder que va a gobernar para todos.

–¿Y ya sienten el triunfo seguro?

–No puedes estar seguro de nada, porque hay actos inesperados, siempre puede aparecer algo, pero hoy no lo veo. No es sólo Andrés Manuel, es la ola de Morena. ¡Vamos a ganar, no tengo duda!

La reconciliación

El ingeniero agrónomo Alfonso Romo, sobrino nieto de Francisco I. Madero y bisnieto de Gustavo A. Madero, es uno de los empresarios más importantes de México, dueño del Grupo Vector e inversionista fundador de Synthetic Genomics y Nature Source Improved Plants, líder en tecnologías para el tratamiento genético en cultivos tropicales.

Su amplia experiencia empresarial ha sido clave en el enlace con los empresarios mexicanos y sobre todo en apagar los fuegos de los recientes desencuentros entre algunos de ellos y López Obrador: Me he sentado con varios y he tenido pláticas muy productivas, porque al final nadie quiere pleito. Ni nosotros ni ellos.

–¿Y qué pasa?

–Los prejuicios. Hay un precedente desde 2006 cuando hubo una campaña muy agresiva contra Andrés sobre el peligro para México. Y eso, aunque ya quedó atrás, se queda en el subconsciente o en el inconsciente. Se despiertan esos enconos que hoy ya no existen.

–¿Y como le ha hecho?

–Sentándome con ellos. Les he dicho: Señores, estamos en el mismo barco. Nadie está en contra del motor del sector privado, de un gobierno fuerte. Nadie está en contra del estado de derecho, de la libertad, de la defensa de la propiedad privada. Cuando te sientas con ellos, todo se calma, porque al final todos queremos lo mismo: un México mejor.

–Hay una guerra sucia por parte de algunos miembros del empresariado mexicano que sostienen que AMLO es socialismo…

–Si analizamos el Plan de Nación, nadie habla de nacionalismos, socialismos ni extremismos. Es un plan donde cabemos todos. Y principalmente los olvidados, tanto sectores de la población como regiones completas del país. Y eso no es ir en contra de lo que está bien en México. Hay quienes están bien, pero hay 70 por ciento de la población que no lo está.

–Algunos empresarios piensan que por darle énfasis a los pobres, a los olvidados, significa un modelo populista…

–No por darle énfasis a todos esos rezagos quiere decir que queremos ir al pasado. Lo que pasa es que esas regiones sí viven en el pasado y hay que tratarlas, dándoles soluciones diferentes que a las zonas prósperas y a los actores prósperos. Este es el diagnóstico: tenemos que darle atención a esto, sin perjudicarlos, pero de este lado creen que es perjudicar. No. Es sumar a todos los Méxicos. AMLO viene a gobernar un país de 120 millones, no solamente de 20 millones.

Así no fue el título del desplegado de los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial…

–Si leen ese desplegado y el Plan de Nación, es exactamente lo mismo. La gran y única diferencia es que le estamos dando mucho peso a todos esos Méxicos olvidados.

–Este grupo de empresarios que se opone a AMLO pertenece al grupo de privilegiados, de empresarios evasores de impuestos…

–Yo no diría eso. En ciertos sectores de la población creen que estamos muy bien. El crecimiento de México es bastante pobre. Si vemos todas las muertes (220 mil), México se está incendiando. ¿Cómo qué estamos bien? Cuando este país está en los últimos lugares de transparencia, de corrupción, pobreza, ingreso per capita, poder adquisitivo, con los niveles escolares que son los peores del mundo. México sigue bajando. No estamos bien.

–Hay sectores que están muy bien.

–Sí, pero México no está bien.

–Entonces, empresarios y López Obrador, ¿reconciliados?

–Estoy convencido que sentarnos en la mesa es para lograr un cambio terso, por el bien de todos. Platicando con estos grupos coincidir en que la incertidumbre está en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y en los índices de inseguridad y violencia, no entre nosotros. Lo único que nos queda es cerrar filas, aunque no estemos de acuerdo en todo, para sacar a México adelante.

–Pero ellos tienen miedo…

–Fuera de México no se percibe miedo; aquí adentro ciertos sectores tienen miedo porque el cambio siempre representa una incertidumbre. O corregimos lo que está mal o lo que está bien se va a descomponer.

–Sabemos que muchos empresarios de los que se oponen a López Obrador se han enriquecido a base de negocios al amparo del poder. ¿Eso se va a acabar realmente?

–El combate a la corrupción es toral en el plan de Andrés Manuel. Los que estén bien, que no se preocupen, los que estén mal, que se pongan en orden y se compongan”.

Debates y guerra sucia

Para Alfonso Romo los dos siguientes debates no significarán un gran cambio en las preferencias electorales: Los debates, honestamente, no cambian el panorama. Los debates no analizan la esencia. AMLO ya anunció un plan, su gabinete. No hay en la historia de México un equipo que haya trabajado 18 meses en un plan de nación, aterrizando la estrategia por secretaría para lo que vamos a hacer los primeros 180 días de gobierno. Estamos muy adelantados.

–El debate no cambió la tendencia –señala.

–Subió Anaya…

–Pero bajó Margarita y Meade; sin embargo, Andrés Manuel no, y ahorita está empezando a subir más.

–Parece que usted y Anaya ya aclararon sus dichos. ¿Qué le parece como candidato?

–¿Quién pone a la cabeza de un país a un muchacho de 37 años que no tiene experiencia y no conoce a México a profundidad? Anaya rompió al PAN, lo fracturó, lo partió. Una persona que parte un partido para llegar, te dice mucho de la persona. No lo conozco, pero no me gusta.

–Lo persigue la sombra de la traición y la corrupción…

–Tiene muchas sombras. No porque hable bien, que sea elocuente y esté preparado quiere decir que puede manejar un país tan complejo, con retos tan difíciles. ¿Quién rodea a Anaya? ¿Quién es su equipo? No veo un management fuerte, sólido, con experiencia para enfrentar los grandes retos del país.

–¿Y Meade?

–Para ellos (Meade y Anaya) todos sus planes es seguir a Andrés Manuel. El PRI y el PAN son el verdadero peligro para México. El verdadero peligro es seguir como estamos. Llámale Anaya o Meade. Lo que nosotros traemos es un cambio real y verdadero. Llevamos 18 meses trabajando, nuestro grupo es apartidista y plural. Es un plan de arriba para abajo y de abajo para arriba, donde están incluidos todos los sectores.

–¿A qué atribuye que la guerra sucia ya no tiene efecto?

–Creo que en 2000 se presentó Vicente Fox ofreciendo un cambio que no se dio; lo continuó Calderón, pero tampoco se dio. Regresó la nueva generación del PRI y no se dio. Y hoy la gente dice: aquí hay un líder que tiene más de 30 años de estar luchando con un discurso muy consistente; un hombre honesto, íntegro, familiar.

–¿El voto del miedo?

–Pequeño, el miedo está más hacia el sistema. El 80 por ciento quiere cambio. Ya no es mi sector”.

–¿No teme que al llegar al poder, Andrés Manuel cambié y usted y él rompan relaciones? ¿No teme que le pase lo de Jaime Rodríguez El Bronco y Fernando Elizondo?

–Hay una gran diferencia. El Bronco y Fernando se aliaron mes y medio antes de las elecciones, no se conocían, fue una estrategia coyuntural, porque Fernando traía 5 o 6 por ciento de aceptación y El Bronco traía 40. Y eso causó mucha confianza. Yo llevo trabajando con AMLO desde 2011, convivo con él, he hecho un plan de nación con él y con su equipo, nos conocemos perfecto. Los orígenes son diferentes.

–Son orígenes muy distintos…

–El origen no tiene nada que ver. Yo no soy indispensable en el equipo de Andrés Manuel, yo soy uno más. Me gustaría que tus lectores analicen a todo el gabinete, no a Poncho Romo; yo soy uno más.

–Y si llegan al gobierno, ¿en qué puesto estará?

–No quiero estar en ninguna posición que cree suspicacias de que me quiero aprovechar o que mis negocios se van a aprovechar de mi cercanía en el gobierno. Soy muy celoso de eso. Andrés Manuel ha dicho cero corrupción y aquí no habrá beneficiarios de nada. Quiero ser muy pulcro de qué voy a hacer en el gobierno, pero de que voy a estar ayudándolo, no tengas duda. ¿Cómo y en qué? No sé. Hay mucha confianza mutua. En resumen, no sé, pero vamos a estar.

–¿Cómo se ven el 2 de julio?

–Nos encantaría llegar al 2 de julio sentados a la mesa todos. El cambio es cambio. El objetivo es estar sentados con 80 por ciento, sin miedos. Si eso sucede, la transición va a a ser tersa. Les conviene a los que se van y a los que van a tomar el gobierno.