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La escritora habla con La Jornada de su obra más reciente Y por mirarlo todo, nada veía

Glantz liga un torrente de información irrelevante de redes sociales y noticiarios
 
Periódico La Jornada
Martes 22 de mayo de 2018, p. 6

Una abigarrada narrativa que retrata el acontecer político, social y cultural contemporáneo, donde la información más irrelevante y las noticias más terribles adquieren las misma importancia, articula el libro más reciente de la escritora Margo Glantz, titulado Y por mirarlo todo, nada veía, que mañana será presentado en El Traspatio, en la colonia Roma.

Ese trabajo coeditado por Sexto Piso y la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, es un ensayo que literalmente en 168 páginas encadena un torrente de información que se difunde en las redes sociales o noticiarios.

La maestra Glantz (Ciudad de México, 1930) recurre a la escritura fragmentaria. Integra en una misma página los horrores del Estado Islámico, las adicciones del actor Charlie Sheen, el exilio de los colibríes de su jardín, las consecuencias del ecocidio a escala planetaria, aforismos de Franz Kafka, espeluznantes reportes de feminicidios en México, el descubrimiento de un sistema solar cercano al nuestro, la extinción de las abejas, la venta de armas y lavado de dinero, así como que un trigre ande suelto por las calles de Acapulco o que el Calígula de Corea del Norte pueda hacer explotar una bomba de hidrógeno o preguntarse, ¿qué será más importante: ir al trabajo en bicicleta o saber que en el metro de Londres estalló una huelga que duró 24 horas?

Todos hablan y nadie escucha

El collage es un recorrido por el complejo acontecer actual, apuntan los editores. Uno de los grandes problemas que ha traído consigo la proliferación de discursos en las redes sociales, es que pareciéramos vivir hoy en un mundo en que que todos hablan y nadie escucha. Glantz exhibe un mosaico de emociones, imágenes, datos y reflexiones, cuyo estruendoso eco nos obliga a mirar el mundo contemporáneo desde otra perspectiva.

La idea, explica la autora en charla con La Jornada, surgió de la lectura de las noticias en las redes sociales y la falta de jerarquización en lo que se comunica: adquieren la misma importancia la información más irrelevante y las noticias más terribles; entonces al hacer eso se pierde la relevancia de lo que sucede, como que todo se diluye.

Mediante Twitter o Facebook uno se entera de lo que pasa en la realidad desde muy diversos niveles, así como de la vida personal de los demás.

Saturación impide ver la realidad

Para Glantz, las redes sociales, como todo, tienen cosas maravillosas y horrendas. Hoy podemos ver las consecuencias espantosas de las elecciones en Estados Unidos y Facebook, que muestran que es un medio muy peligroso y que tiene un impacto político muy violento. Sin embargo, yo empecé a ser parte de la comunidad de Twitter, porque me pareció muy interesante que hubiesen revoluciones en los países árabes, en las que fueron muy importantes las redes sociales, como una forma de cohesión; aunque luego hayan sido revoluciones fallidas.

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Este libro es quizá el más fragmentario que he escrito, pero al mismo tiempo de los más completos, explica Margo Glantz en su casa durante la entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez

Otro elemento, añadió, es la posibilidad que brindan las redes sociales de enterarse inmediatamente de lo que está pasando, pero al mismo tiempo es muy peligroso y confuso. Hay cientos de cosas que son positivas y otro tanto que no, como ocurre con la televisión o el plástico.

El torrente de información al que hoy tenemos acceso, de alguna manera satura al que la recibe, dando como resultado cierta desinformación, pues en vez de estar bien informado, explica Glantz, “la información de las redes sociales es a veces muy inmediata, breve y sin análisis. Y la gente se atiene a eso.

La costumbre que uno tenía de levantarse en la mañana y leer cuidadosamente los periódicos, las editoriales, tratar de entender, con sentido crítico el acontecer diario, se está perdiendo. De alguna manera la gente lee ahora menos. Se contenta con sólo recibir la noticia, sin leer ni investigar más allá; además, tanta noticia lo deja a uno pasmado sobre qué elegir. Es lo instantáneo lo que se olvida más fácilmente.

Y por mirarlo todo, nada veía, destacó la maestra Glantz, se propone justamente mostrar el aluvión de noticias, la falta de jerarquización, la forma de anular el sentimiento de lo terrible, de hacer que se convierta en algo completamente cotidiano y anodino. Ese torrente de noticias indiferenciadas provoca un problema muy serio: impide ver realmente la realidad, las cosas terribles que están ocurriendo.

Es además una narración en la que se integra una especie de autobiografía solapada, cosa que hago siempre en todos mis textos, refiere. En medio de todas esas noticias aparezco yo y mi paso por la literatura. Este libro es quizá el más fragmentario que he escrito, pero al mismo tiempo de los más completos, a pesar de lo fragmentario.

El título Y por mirarlo todo, nada veía, comparte Margo Glantz, lo retomó de un poema de Sor Juana Inés de la Cruz. El libro será presentado mañana a las 19:30 horas en El Traspatio (Córdoba 150, esquina Colima, colonia Roma).