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Se investigará a fondo; errores de operación, entre las pesquisas

La SCT no da como hecho que se trate de un ataque, dice la Agencia Reguladora
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de mayo de 2018, p. 18

La madrugada del sábado anterior cuatro locomotoras de 20 toneladas de peso cada una y 39 tolvas con 4 mil 485 toneladas de trigo corrieron sin control a 100 kilómetros por hora a lo largo de 10 kilómetros sobre las vías concesionadas a Ferrocarril Mexicano (Ferromex), lo cual pudo ocasionar una tragedia mayúscula, pero la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no puede dar como hecho que se trate de un sabotaje como ha señalado esa empresa.

Benjamín Alemán Castilla, director de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), señaló que el gobierno federal está obligado a hacer una investigación a fondo, porque fue prácticamente un milagro que ello haya ocurrido a las 3:35 de la madrugada por donde no había nadie cruzando esas vías.

El funcionario manifestó que es una situación que pudo haber derivado en algo peor. Fueron 39 tolvas graneleras, todas llenas, más cuatro locomotoras con un peso de 200 toneladas cada una. Cada tolva, con 115 toneladas de trigo. Corrieron prácticamente sin control durante un trayecto de 10 kilómetros, alcanzando una velocidad de 100 kilómetros por hora. La verdad fue prácticamente un milagro que haya ocurrido esto a las 3:35 de la madrugada, cuando no había nadie cruzando esas vías.

Enfatizó que es necesario investigar y descartar todas las hipótesis, porque, suponiendo que no fue sabotaje, si asumimos desde ahora que lo fue y no indagamos, podemos ser omisos para identificar las verdaderas causas de ese accidente. Un error en la operación, si no se detecta a tiempo, puede derivar en la repetición de esos casos, que es algo que nadie quiere.

Manifestó que, hasta el momento, hay dos presuntos errores de operación que podrían llevar la pesquisa a otro resultado. El primero es que uno de los trenes afectados por las tolvas que se desprendieron estaba parado en la vía principal del patio de Orizaba, y eso no está permitido.

Otro fue que lo que quedó del tren afectado no permaneció en el lugar del accidente hasta que llegaran las instancias investigadoras.

Puntualizó que entre las líneas de investigación están errores de operación, un problema en la vía, fallas en el armado del tren, sabotaje interno por empleados de Ferromex e incluso una afectación externa.

Alemán Castilla explicó que el accidente tiene dos vertientes. Una es el problema real de inseguridad que afecta a la industria ferroviaria en distintas zonas del país, particularmente entre Veracuz y Puebla, y otra es el accidente, en el que hubo varios heridos, al que anteceden seis descarrilamientos de la misma empresa en las pasadas dos o tres semanas.

El funcionario explicó que ante el alto nivel de inseguridad para las operaciones del ferrocarril entre Veracruz y Puebla, el año pasado se realizó un operativo con la Policía Federal, el Ejército, la Marina, autoridades de ambos estados y la empresa. Aseguró que se logró controlar la situación en cuanto a robo en Puebla, pero en Veracruz la situación mutó.

En meses recientes se ha intensificado el ataque contra infraestructura ferroviaria, según las propias empresas concesionarias.

Señaló que, debido a la gravedad del caso en Orizaba porque hubo lesionados y por las características del accidente, se integró una comisión investigadora, a la que anteceden dos casos: el accidente de septiembre de 2017 en Querétaro y el de enero pasado en Ecatepec. La ARTF entró en operaciones en agosto de 2016.