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Ayer se rindió homenaje a la escritora en la sala Manuel M. Ponce, de Bellas Artes

Evocan la intensa poética de Pita Amor a un siglo de su nacimiento

Fue dueña de su propio mito, se dijo en medio de la lectura dramatizada de algunas de sus obras

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Las actrices Patricia Martínez, Elia Domenzain y Martha Zavaleta, junto con el actor Manuel Ojeda, estuvieron a cargo del espectáculo en honor de la autora de Yo soy mi casaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de mayo de 2018, p. 8

Dulce, furiosa, frágil, loca, arrebatada, lúcida, hermosa, insolente, aristócrata, culta, inteligente, desbordada, portentoso volcán en erupción, terriblemente compleja, llena de una intensidad que hace cimbrar el alma, así fueron descritas la vida y obra de la poeta mexicana Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, conocida como Pita Amor (1918-2000), durante el homenaje que se le rindió ayer, por el centenario de su nacimiento, en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes.

El reconocimiento consistió en una lectura dramatizada de sus poemas, espectáculo que llevó como título Sagrado sonambulismo, escrito y dirigido por Miguel Sabido.

Las actrices, Patricia Martínez, Elia Domenzain y Martha Zavaleta, junto con el actor Manuel Ojeda, como narrador, dieron voz a la intensa poética de quien fuera reconocida en su momento por su hermosura, pasión y talento.

Durante la polifónica lectura dramatizada, se evocó la forma de ser y modo de vida de Pita Amor, dueña de su propio mito.

Alfonso Reyes, se dijo durante el homenaje, señaló que la obra de Pita Amor es un caso mitológico, legendario. La parte fundamental y trascendente es su poesía, que remonta a los más altos vuelos, que se interna en los abismos más hondos.

Esta poeta excepcional, leyó Ojeda, “se ha situado por méritos propios junto a Sor Juana Inés de la Cruz, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, (Federico) García Lorca y (Rubén) Darío. Ella misma, con soberbia, se ha encargado de definir su obra: ‘Dueña de la tinta americana. Donde pongo la pluma, pongo la eternidad’. Su vida fue un gran acontecimiento. Deslumbrante y trágico. Aterrador y jubiloso”.

Yo soy mi casa, La lucha contra el polvo, Visitaciones del demonio y El combate con Dios, fueron algunos de los poemas a los que se le dio lectura.

En el acto se mencionaron algunas de sus obras: Puerta obstinada, Círculo de angustia, Polvo y Más allá de lo obscuro. En 1953, con el libro Décimas a Dios alcanzó su definitiva consagración; le siguieron Yo soy mi casa, El zoológico de Pita Amor y Soy dueña del universo.

Se destacó también el ámbito intelectual y cultural en el que desarrolló su trayectoria poética. En medio de reconocidos creadores, como Alfonso Reyes, quien fue su descubridor y maestro, Salvador Novo, Rodolfo Usigli, Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia, Celestino Gorostiza, Octavio Paz, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Frida Kahlo, Diego Rivera y Rufino Tamayo, entre otros, Pita Amor irrumpió con su increíble talento poético y su deslumbrante belleza.

Para concluir, Miguel Sabido destacó la importancia de reivindicar la vida y obra de Pita Amor, quien fue una mujer hermosa, insolente, aristócrata, culta, inteligente, desbordada y terriblemente compleja. Llena de una intensidad que hace cimbrar el alma.

Sabido deploró que algunas personas la han convertido en la figura de una anciana, que infortunadamente tuvo locura senil, porque se le ahogó su hijo a cinco metros de distancia de ella. Pita Amor no sólo es esa mujer, es sobre todo una bella y gran poeta que estuvo en la cumbre de México.