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México SA

Meade: congruencia de ocasión

Megagasolinazo = menos votos

Combustible: subsidio electoral

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as políticas públicas y los genios que las promueven ni de lejos aguantan el filtro de la realidad, mucho menos en tiempos electorales y especialmente cuando el desabrido candidato oficial, José Antonio Meade, permanece inamovible en un lejanísimo tercer lugar en la carrera por el hueso mayor.

Tales políticas, sus inventores y promotores suelen tener una boca enorme a la hora de anunciarlas y ponerlas en marcha, pero enmudecen o echan mano del voluminoso costal de los pretextos cuando la realidad los pone a prueba.

En su edición dominical, La Jornada (Juan Carlos Miranda) publicó lo siguiente: “El costo al público del combustible se incrementó, desde el inicio del año, 4.5 veces más que en todo 2017. Cifras oficiales muestran que la gasolina regular subió 29 centavos a lo largo del año pasado (cerró en 16.28 pesos por litro), mientras en lo que va de 2018, el primero en que los precios serían determinados, sin la intervención del Estado, se elevó 1.63 pesos (se cotiza en 17.94), según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) actualizados hasta la tarde del sábado.

“El incremento se ha dado pese a que el gobierno ha tratado de contener el alza de los precios internacionales del crudo (que con el nuevo esquema que representó la reforma energética de 2013 implica un factor determinante en el importe) con disminuciones en la carga impositiva que los combustibles tienen en México y que para la Magna representa hasta 30 por ciento del costo, dependiendo de la región del país, frente a 17 por ciento que se paga, por ejemplo, en Estados Unidos… Según datos del Banco de México, el precio de la mezcla mexicana de petróleo ha subido en estos casi cinco meses un poco más de lo que subió en todo 2017.

“A principios de 2018, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) determinó que dejaría de cobrar 34 por ciento (1.48 pesos ) de los 4.30 pesos que había fijado como cuota de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). En la actualización al viernes 25 de mayo, la dependencia determinó que dejaría de cobrar 75.5 por ciento del monto que originalmente cobraría por tal gravamen, con lo que el estímulo fiscal quedó en 3.47 pesos, en lugar de los 4.59 pesos que el gobierno planeaba recaudar.

Sin embargo, pese al discurso oficial de la liberalización de precios, el gobierno ha mantenido el estímulo fiscal que funciona como mecanismo de suavizamiento de los precios, que según cifras de la SHCP implicaron dejar de captar 9 mil 315 millones de pesos por concepto de IEPS a combustibles en el primer trimestre de 2018 (léase subsidio electoral).

Hasta allí la parte medular de la citada información, que debe contrastarse con las afirmaciones y promesas de José Antonio Meade, padre del megagasolinazo, cuando fungía como secretario de Hacienda y anunció incrementos en los precios de los combustibles de hasta 24 por ciento de un plumazo.

El 27 de diciembre de 2016, cuando hizo el anuncio del megagasolinazo, Meade dijo lo siguiente: “El aumento en el precio de las gasolinas no debe asustar a los consumidores mexicanos, porque con el nuevo esquema se divorciará el precio del petróleo de razones tributarias o políticas.

“Ello permite que ese mercado tan relevante se aleje ya de las políticas tributarias, de la política, y que se vaya ajustando lisa y llanamente conforme se vayan dando las condiciones de precio. Y veremos, en consecuencia, momentos y días donde suba, y momentos y días donde vuelva a bajar.

“La flexibilización en el precio de los combustibles es un cambio tan importante que nos permite hablar por primera vez en nuestra historia de un mercado de gasolinas, en donde se dan los elementos de costo, los elementos reales que lo determinen, y no un gobierno que podría mantener el precio artificialmente bajo, o artificialmente alto, en función de sus conveniencias y sus circunstancias.

De cara a todo lo que viene, es necesario fortalecer las finanzas públicas. Lo que no podemos ya tener es un mercado en donde por diferentes razones mantengamos el precio artificialmente alto o artificialmente bajo. Esos momentos no son ya compatibles con las finanzas públicas, no son ya compatibles con la modernidad que el país debe tener. No es razonable pensar que sea el gobierno el que tenga que administrar el precio de algo que en el resto del mundo es un mercado competido, que genera inversiones, que genera diferentes estrategias comerciales.

Meade pronunció tan bonito y convincente discurso casi un año antes de que el sagrado dedo presidencial lo destapara como candidato ciudadano, es decir, lo hizo desde la comodidad de ser secretario de Hacienda y la encabronadísima reacción ciudadana le valía una pura y dos con sal, algo así como griten hasta quedarse afónicos, que a mí no me importa.

Pero a la vuelta de 11 meses, el dedo presidencial lo convirtió en candidato del partido en el gobierno, y cada centavo que aumenta el precio de la gasolina –aunado al interminable inventario de errores, abusos y corruptelas de la banda que representa– ha sido igual, potencialmente, a un voto menos para Meade, y de ello da cuenta el último lugar en las encuestas.

Como titular de Hacienda, a los consumidores les exigió no asustarse por el megagasolinazo, sin advertirles que en 2017 el efecto de tal medida llevaría al índice de precios a niveles no vistos en los pasados 17 años y que, por lo mismo, el poder adquisitivo del ingreso se iría al caño. Ahora el asustado es él.

Más allá de esas sutilezas, en diciembre de 2016 Meade afirmó que un gobierno no puede mantener el precio (de la gasolina) artificialmente bajo o alto, en función de sus conveniencias y de sus circunstancias. Pero, ya en la realidad y anclado al tercer lugar en la lista de aspirantes a Los Pinos, resulta que ese mismo gobierno sí puede, y en apoyo a su enclenque candidato hace circo, maroma y teatro para intentar mantener, artificialmente desde luego, tal precio en niveles tolerables, algo que, por lo demás, el propio ex secretario de Hacienda calificó de incompatible con la modernidad.

Según Meade, una es la congruencia del Secretario de Hacienda y otra muy distinta la congruencia del candidato oficial, sobre todo si ocupa el tercer lugar.

Las rebanadas del pastel

Precio al consumidor final por litro de gasolina: en Estados Unidos, 85 centavos de dólar; en México, el equivalente a 1.02 dólares, en vías de empeorar.

Twitter: @cafevega