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Camiones con combustible y comida ingresan a varias ciudades escoltados por el ejército

Brasil vuelve a la normalidad de manera progresiva tras huelga de transportistas

Aún hay bloqueos carreteros, pero el gobierno asegura que es por motivaciones políticas

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De manera paulatina se vuelven a surtir los anaqueles de los supermercados en Brasil, luego de ocho días de huelga de transportistas por el aumento del litro de diésel. Los gerentes de las tiendas denuncian que los precios de productos básicos se han disparado debido al desabasto. La imagen, ayer en Río de JaneiroFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de mayo de 2018, p. 26

Río de Janeiro.

La huelga de camioneros brasileños contra el aumento al precio del diésel comenzó a ceder este martes después de ocho días de bloqueos que paralizaron a la mayor economía de América Latina y sacudieron a su impopular gobierno, encabezado por Michel Temer.

Con menos protestas en las carreteras y una mayor salida de gasolina desde las refinerías, los autobuses y transportes de mercancías iniciaron un progresivo regreso al trabajo, pese a que aún persistían los bloqueos en el país.

En Río de Janeiro, donde casi todas las gasolineras permanecieron cerradas durante varios días, ya se recibieron algunos envíos de diésel. Centenares de camiones con alimentos ingresaron a la ciudad escoltados por el ejército hasta un mercado de abasto.

Igualmente, las escuelas públicas que permanecieron cerradas el lunes, retomaron las clases y el servicio de autobús se prestó en su totalidad, frente a 40 por ciento de la víspera.

En el estado de Sao Paulo, la gran terminal petrolera de Ribeirao Preto volvió a funcionar después de que los camioneros levantaron el bloqueo. En la capital financiera del país las gasolineras comenzaban a ser reabastecidas mientras largas filas de autos aguardaban su turno.

Algunos camioneros abandonaron la huelga luego de que el gobierno anunció medidas para disminuir 10 por ciento el precio del diésel durante 60 días.

Las fuerzas militares también entraron en acción para asegurar muchas entregas, y la policía ayudó a levantar muchos bloqueos.

Los militares también escoltaron entregas de combustible en aeropuertos, aunque los del interior, ubicados lejos de las refinerías de la costa, reportaron escasez de combustible, por lo que muchos vuelos fueron suspendidos.

A pesar de los avances, el transporte aún tiene paralizada gran parte del país, lo que afectó a su industria agropecuaria y convirtió los desplazamientos en una pesadilla para millones de personas.

Eliseo Padilha, jefe de gabinete de Brasil, afirmó en rueda de prensa que las protestas en las carreteras tienen ahora un sello político.

José da Fonseca Lopes, presidente de la Asociación Brasileña de Camioneros (Abcam), quien rechazó las primeras concesiones del gobierno, se dijo satisfecho con las medidas anunciadas el domingo por el presidente Michel Temer y acusó a quienes llaman a mantener los bloqueos de tener una agenda política.

Durante un foro de inversionistas en Sao Paulo, Temer dijo a periodistas que hay cero posibilidad de que una protesta masiva de camioneros provoque un golpe militar que derroque su gobierno, a pesar de los llamados de algunos sectores políticos para que renuncie.

Eduardo Guardia, ministro de Hacienda, señaló que el ejecutivo no tiene considerado aumentar otros impuestos para compensar la reducción de 10 por ciento en el diésel que ofreció a los transportistas, junto a otras medidas como rebajas en los peajes para superar la crisis.