Opinión
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México SA

Coparmex: gimnasia y magnesia

Barones chantajean a empleados

Dólar, entre 20.30 y 20.57

L

os organismos cúpula del sector privado insisten en defender el derecho de los empresarios a ejercer su libertad de expresión, algo totalmente válido. Pero son ganas de fingir demencia o de plano no entender de qué se trata y confundir la gimnasia con la magnesia.

En lo individual, como un ciudadano más, cualquier empresario puede decir lo que quiera y pronunciarse en favor de uno u otro candidato, sea éste de un partido político o de los llamados independientes. Hasta ahí todo válido, legal y en pleno ejercicio de sus derechos.

El problema comienza cuando esos empresarios, de forma coordinada y utilizando todo su poder económico e influencia política, se dedican a coaccionar el voto de sus trabajadores, a quienes dirigen cartas para que razonen su sufragio y no apoyen el populismo representando, según ellos, por un candidato en concreto (es decir, el mismo discurso machacón y manipulador que han utilizado José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Margarita Zavala –en su momento– y todos sus voceros).

Se trata de la misma estrategia por ellos utilizada en el proceso electoral de 2006 y, con variaciones, en 2012, aunque en aquellos años dejaron sentir su peso descaradamente por medio de los organismos cupulares del sector privado –que controlan–, como el Consejo Coordinador Empresarial. En 2018 lo vuelven a hacer, pero de manera individual, con lo que creen salvar el impedimento legal de promover el voto corporativo. Pero el fin es el mismo: coaccionar el voto, amenazar a sus empleados si no sufragan en el sentido que ellos marcan, siempre bajo el pretexto de que allí vienen los rusos.

En los procesos electorales de 2006 y 2012 fueron los organismos cúpula los que públicamente daban la cara para defenestrar a los candidatos (en realidad uno) populistas y los barones los que, individualmente, salían a defender el derecho de las agrupaciones empresariales de pronunciarse como quisieran. Ahora es al revés: los empresarios dicen y tales organismos defienden.

Pero ¿es creíble el repentino ejercicio democrático, la pasión por las libertades y el exhorto que a sus trabajadores hacen barones como el tóxico Germán Larrea y Alberto Baillères, quienes mantienen bajo régimen feudal a sus trabadores? Ni de lejos, pero el sindicato patronal sale en su defensa por razones, según dice, de libertad de expresión.

De nueva cuenta, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en voz de su presidente, Gustavo de Hoyos, salió en defensa del derecho de los empresarios a emitir sus opiniones en relación con el proceso electoral del primero de julio; no hay nada ilegal en ello. Los empresarios, como líderes de personas, tienen una mayor responsabilidad al expresar sus posiciones políticas.

Según el dirigente patronal, el ejercicio de este derecho no puede considerarse violatorio de la ley, al ser un derecho que ampara a todos los mexicanos sin excepción. Los empresarios de todo tamaño y giro gozan de los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, pero también, como líderes de personas, tenemos una mayor responsabilidad. El liderazgo económico e inspiración de los empresarios frente a la comunidad de personas confiere una gran responsabilidad para promover la participación cívica de sus colaboradores y como una manifestación de ello el ejercicio informado y responsable del voto (La Jornada, Julio Reyna Quiroz).

De Hoyos aseguró que las expresiones escritas y verbales de connotados empresarios, que se han hecho públicas en días recientes, deben entenderse como parte del ejercicio de la libertad de expresión, referida a los asuntos públicos, que al igual que cualquier ciudadano tiene su derecho a participar y manifestar sus convicciones. Los empresarios tienen la misma libertad de expresar sus opiniones y preferencias en relación con las opciones políticas del actual proceso electoral, ya sea en el ámbito público o en el privado. No hay nada alarmante o ilegal en ello (ídem).

Pues bien, resulta que todos los gritones manejan el mismo discurso y manifiestan los mismos miedos, qué nada tienen de ejercicio informado y responsable del voto. Demasiadas coincidencias para ser casualidad. Por ejemplo, el discurso de José Antonio Fernández Carbajal, El Diablo, presidente de Fomento Mexicano: Las políticas populistas de los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, que consistían en una mayor participación del Estado en la economía, la regulación de los precios, la política salarial con orientación partidista y el manejo indisciplinado del gasto del gobierno y, por ende, de sus finanzas públicas generaron un terrible aumento del déficit fiscal y una multiplicación de la deuda del país. Los efectos fueron catastróficos: tuvimos devaluaciones de más de 100 por ciento. Muchos mexicanos perdieron sus empleos, y a la mayoría se nos redujeron los ingresos de manera relevante.

Qué miedo, pero vale mencionar que en los pasados tres gobiernos neoliberales (Fox, Calderón y Peña Nieto) la deuda pública se multiplicó por cinco y que a estas alturas roza 10 billones de pesos, monto nunca visto. Y en dos gobiernos neoliberales (Zedillo y Calderón) se registraron las crisis más brutales en el México moderno. Por el lado del tipo de cambio peso-dólar, en 36 años de neoliberalismo se devaluó 13 mil 500 por ciento. Además, en los tiempos populistas la economía crecía más de 6 por ciento anual; ahora, a duras penas alcanza 2 por ciento, con todo y que todo se privatizó, mientras el poder adquisitivo del ingreso se ha ido por el caño.

Qué decir de otro barón de la minería, Alberto Baillères, quien chantajea a sus empleados. A título personal, desde luego. La Jornada (Roberto González Amador) lo resumió así: “En una tarde reciente de entre semana, ejecutivos de El Palacio de Hierro –una de las empresas propiedad del barón– fueron concentrados en el comedor de la tienda en Perisur para una reunión obligatoria, narró este miércoles el servicio de noticias Bloomberg. Durante 40 minutos los asistentes fueron machacados con el siguiente mensaje: vote por el candidato que tenga la mejor oportunidad de vencer a López Obrador. Esa es la mejor oportunidad que tenemos de preservar el sistema económico que permite que tenga su empleo” (léase: si votan por el candidato con apodo de pez, están despedidos).

Pero es a título personal, según dicen.

Las rebanadas del pastel

¿Será por el populismo? Ayer, el dólar se vendió a 20.30 pesos en Banamex, 20.43 en Bancomer y 20.57 en CI Banco.

Twitter: @cafevega