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La destrucción de un programa ejemplar
E

l último homenaje que recibió en vida el ingeniero Gerardo Cruickshank García se lo organizó el entonces regente de la ciudad Óscar Espinoza (1994-97) en el antiguo Palacio del Ayuntamiento. Esa noche, el ingeniero mencionó cómo es posible, si hay voluntad política y apoyo ciudadano, recuperar sistemas hidrológicos aprovechando la experiencia de nuestros antepasados. Refirió que, antes de que los conquistadores españoles comenzaran a destruir todo, las partes bajas de la planicie de la cuenca de México estaban cubiertas por un lago que abarcaba una quinta parte de ella. Hasta Xochimilco, Chalco, Teotihuacán, Texcoco, Azcapotzalco y Tlantepantla. Y cómo mediante canales, compuertas, bordos y albarradones, los aztecas supieron edificar centros ceremoniales, crear productivas áreas de cultivo y zonas habitacionales en armonía con el ambiente.

Pero desde 1521, con la caída de la Gran Tenochtitlán, los nuevos gobernantes se encargaron de sacar del valle el agua que antes era vida. El crecimiento urbano hizo el resto: deforestación y la consecuente erosión de los suelos, explotación del acuífero, hundimiento de la ciudad, especialmente en Xochimilco y Xico. Como fruto, el desastre que hoy vivimos, donde carecen de agua un millón de personas. Una crisis que se agrava con el paso de los días.

Don Gerardo fue el responsable del Plan Lago de Texcoco, cuya misión era el manejo y desarrollo integral de una cuenca tributaria del ex lago, con extensión de mil 600 kilómetros cuadrados. Estaba orgulloso de sus logros: transformar lo que el hombre había convertido en desierto. Gracias a ello, la ciudad ya no sufría las tolvaneras que la ennegrecían en ­tiempo de secas causando daños a la salud de mi­les de personas; los pastos cubrían 10 mil hectáreas aprovechadas por el ganado vacuno y lanar y otras especies. Se detuvo la erosión del suelo en la parte montañosa que rodea el lago con más de 25 millones de árboles, entre ellos frutales. Al recuperar suelo y rectificar los cauces de algunos ríos de la zona, se redujo el peligro de inundaciones. Fruto de todo ese esfuerzo, existían ya cinco lagos y funcionaban dos plantas de tratamiento de aguas residuales. Esa noche repitió que era más económico y racional tratar esas aguas que intentar traer el líquido de otras cuencas.

Un 21 de noviembre, me invitó a que, en la madrugada, viera con él la llegada de aves migratorias, que casi habían desaparecido. Ahora invernaban en el lago y sus alrededores más de 500 mil ejemplares de 124 especies distintas, mientras se rescataban especies en peligro de extinción, como el pato mexicano, los chichiuilotes, el pez amarillo, el acocil, los ajolotes y otras especies que tienen su hábitat en el agua.

Su propuesta era continuar expandiendo el lago de Texcoco sobre nuevas áreas a fin de crear un cinturón de proyectos acuáticos que comprendiera Chalco, Xochimilco, Los Remedios y Lago de Guadalupe. En resumen: manejar integralmente los recursos hídricos de la cuenca de México. Mas la arrasó la falta de planificación y la especulación urbana patrocinada por los intereses empresariales, funcionarios públicos y políticos.

Don Gerardo murió el 12 de agosto de 2006 a la edad de 94 años. Los últimos de su vida los dedicó a restaurar decenas de miles de hectáreas de suelos en Chalco, Ixtapaluca, Chicoloapan, Amecameca y Teotihuacán, y a obras para captar el agua de lluvia. Es un mexicano ejemplar, como también don Nabor Carrillo y don Eduardo Chávez, que tanto lucharon por utilizar el agua de lluvia para recargar los acuíferos y evitar la deforestación de la cuenca de México.

No dudo que la construcción del nuevo aeropuerto en el oriente de la cuenca y que ocupará más de 12 mil hectáreas, convertirá lo que pudo ser un nuevo pulmón verde, lagos y fuente de vida, en inmenso polo de crecimiento habitacional, comercial y de servicios. Con más contaminación, problemas de abasto de agua, hundimiento del área urbana, desajustes económicos, sociales y políticos. Ello agravado por el cambio climático. Un buen negocio planeado desde hace años por funcionarios, empresarios y políticos. Como muchos otros.