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Revelan por qué Pérez Prado fue expulsado de México

Iván Restrepo y María Victoria recuerdan al Rey del Mambo

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▲ El investigador y la actriz muestran el vestido que ésta prestó a la Fonoteca Nacional para la exposición ¡Yo soy! ¿Quién? El rey del mambo: Pérez Prado, por el centenario del natalicio del músico.Foto Siameses Company
 
Periódico La Jornada
Martes 12 de junio de 2018, p. a12

En el sentir popular quedó grabado el acto de expulsión de Dámaso Pérez Prado (1917-1989) de México el 6 octubre de 1953; sin embargo, nunca se aclaró realmente por qué. La duda fue despejada por Iván Restrepo, ambientalista, colaborador de este diario y amigo del Rey del Mambo, en la conferencia magistral que ofreció en la Fonoteca Nacional, donde se rinde un homenaje por el centenario del Rey. La invitada de honor fue la cantante y actriz María Victoria, también amiga del pianista, compositor y arreglista.

El presunto delito de Pérez Prado: intentar grabar el himno nacional al ritmo de mambo, “fue avalado por algunos directores de orquesta por medio de periodistas. Nada de eso. Fue la venganza del empresario que lo contrató para el teatro Margo, molesto porque el Cara de foca aceptó un contrato con otro que le pagaba mejor. Para vengarse contó con la ayuda de funcionarios de Migración”.

Don Dámaso acababa de grabar el último número musical de la película Cantando nace el amor. Dos agentes de Migración le pidieron el permiso para trabajar en el filme, no lo tenía, entonces les ofreció 600 pesos de aquel entonces, para que lo dejaran terminar la grabación del mambo Alekumsalem en la RCA –lo hizo el pianista Memo Salamanca, quien también fue expulsado por soborno y por adeudar la renta a su casero.

Tardó 11 años en regresar: “En una comida en casa de María le dijo al presidente Adolfo López Mateos (1958-1964) que la expulsión de Pérez Prado había sido una injusticia, pues su único delito era hacer felices con su música a millones de mexicanos y latinoamericanos, y que el compositor llevaba años deseando regresar a México. Por arte de magia todos sus delitos desaparecieron. El 31 de agosto de 1964 el Cara de foca fue autorizado para regresar a México –lo hizo en septiembre– y con un contrato leonino del mismo que había maquinado su expulsión”, señaló Restrepo.

Entrevistada por La Jornada, María Victoria retomó lo dicho por el ponente sobre que Pérez Prado era “difícil, pero en buen sentido, pues exigía que todo saliera bien. No le gustaba improvisar. Ni en los estudios de la RCA ni en el Margo o el Blanquita. Llegaba a la hora y con sus partituras listas.

“Con nosotras, es decir, conmigo, María Luisa Landín y su hermana Avelina, que grabamos discos con él, siempre fue muy respetuoso. Y cuando algo le latía que no iba a quedar bien, paraba todo y nos pedía que volviéramos al micrófono.

“En esos años no había los estudios de ahora, donde son tan modernos que hasta los que no saben cantar resultan estrellas. Por eso cuando se presentan en vivo tienen que hacer playback.

“En el teatro, la convivencia era muy buena. Fue una época de oro. Me inicié en el Margo. No podías fallar, el público te hundía si no dabas lo máximo. Eso nos ayudó a ser mejores.

“El medio artístico ha sido muy injusto con Margo, pues ella fue el motor para que tanto el teatro que llevó su nombre como después el Blanquita fueron tan famosos. Venían de fuera nomás para verlo a uno en la programación. Además, sabía tratarnos como artistas de valor. A mí me decía ‘madre’.

“Agradezco a San Dámaso, como dice Iván que lo quieren volver santo, que me haya compuesto el mambo María. Estaba perdido, y lo encontró Iván.”

En María, un saxofón funge como solista. Al respecto Pérez Prado le dijo a Restrepo: María cantaba suave, sin forzar la voz, con sensualidad, como el sonido de un saxofón. El apoyo audiovisual de la ponencia estuvo a cargo de Yaxkin Restrepo.