Opinión
Ver día anteriorMartes 19 de junio de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Negocios y empresas

¿Ojo por ojo en comercio?

C

asi todos los líderes del mundo critican a Donald Trump por su política comercial proteccionista. Sin embargo, la mayor parte de los países a los que Estados Unidos ha cerrado sus puertas han respondido con la misma moneda: si tú cierras tus fronteras, yo también impongo aranceles a tus productos.

¿El proteccionismo es la política adecuada para México? Estoy convencido de que no, pues lo único que traerá es freno a la producción, mayor costo para los consumidores y creciente presión inflacionaria por el aumento del precio de los productos importados.

Sin embargo, ante la debilidad de Enrique Peña Nieto, a quien se ha tildado de entreguista con Trump, es difícil que no actúe de esa manera. En caso de no haber respondido de la misma forma, se hubiera percibido mayor debilidad del gobierno mexicano.

Se entienden las razones políticas, pero de nuevo Peña Nieto se equivoca en su política internacional. Si de lo que se trata es del beneficio de la población y de que nuestra economía se vuelva más rica y eficiente, lo que menos conviene a México es seguir una política proteccionista semejante a la de Estados Unidos.

Para que el país avance en un mundo cada vez más competitivo es necesario producir a menores costos para exportar más bienes. En el caso de los automóviles, por ejemplo, nos convertimos en uno de los grandes productores del mundo debido a que somos muy eficientes en ese sector. La mano de obra está bien calificada, contamos con materias primas y autopartes adecuados, y en conjunto somos más eficientes que Estados Unidos. Por ello Trump nos quiere frenar.

Si ahora Peña Nieto comienza a fijar altos impuestos a las importaciones, lo que se va a lograr es no sólo encarecer la producción nacional, sino también reducir las exportaciones, por lo que se perderán empleos en sectores estratégicos, como es el caso del automotriz.

Si una política del exterior es equivocada, lo menos que conviene a nuestro país es adoptarla. Ante la cerrazón de Washington, lo que más nos conviene es mantener nuestra apertura comercial, fortalecer el mercado interno y buscar otros mercados que compensen en parte lo perdido frente a Estados Unidos.