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América Latina entre dos potencias // Tolerancia cero a Donald Trump

A

mérica Latina y el Caribe, la región más desigual del planeta, no termina de salir del hoyo, y su crecimiento económico potencial parece encontrarse en la trampa del ingreso medio, con un bajo desempeño de la productividad como problema central y profundos desajustes sociales.

Tal es la conclusión de la Cepal, para quien el deterioro del dinamismo macroeconómico en América Latina y el Caribe durante los años recientes ha tenido ya un impacto en las condiciones de vida, así como en las perspectivas de progreso socioeconómico, de tal suerte que surge como uno de los principales motivos del descontento de los ciudadanos.

El organismo especializado de la ONU repasa la situación regional, y de su análisis se toman los siguientes pasajes, entre los que destaca el hecho de que la brecha del producto permanecerá en territorio negativo, subrayando así la debilidad de la recuperación. La región se beneficiará de una tímida mejora de la actividad global y de la estabilización de los precios de las materias primas, pero la incertidumbre política puede hacer mella en la inversión. Además, esa incertidumbrey el retraso de grandes proyectos de infraestructura contribuirán a elevar los riesgos.

Sin embargo, el impulso del crecimiento se beneficiará de la salida de Argentina y Brasil del periodo de recesión. En el caso de México y Centroamérica, las expectativas de crecimiento se han reducido, pero el crecimiento allí superará a de las economías sudamericanas. El alcance de las políticas de demanda para estimular el crecimiento permanece limitado. Se abre margen para la política monetaria en Sudamérica, pero los precios más elevados en México y Centroamérica podrían limitar el espacio para medidas monetarias. El sector fiscal permanece restringido y la mayoría de los países necesitan ajustes adicionales para estabilizar la deuda.

La región necesita construir los pilares de un modelo de crecimiento capaz de garantizar un progreso socioeconómico sostenido que mejore el bienestar, lo cual tendrá a su vez un impacto en las perspectivas ciudadanas y permitiría reforzar el contrato social. La respuesta institucional debe incluir acciones que permitan afrontar los riesgos a corto plazo, pero, sobre todo, adoptar reformas institucionales para superar la trampa del ingreso medio, apuntalar el crecimiento de la productividad y explotar mejor los beneficios potenciales de una integración económica, global y regional, más profunda. Esto requerirá políticas destinadas a realzar el nexo productividad-inclusión.

América Latina y el Caribe se enfrentan a una incertidumbre política procedente de factores externos que podrían frustrar el crecimiento. La de Estados Unidos es quizá la fuente externa de riesgos más importante a corto plazo, por su papel clave en la economía mundial y regional, debido a su tamaño y a sus vínculos comerciales. Es el mayor importador del mundo y representa 20 por ciento de las compras globales. En este sentido, México es uno de los países más expuestos.

La evolución cíclica en México y Centroamérica presenta un mayor paralelismo con el ciclo estadunidense que en los países sudamericanos, que han quedado más vinculados a China (no hay que dejar de lado el hecho de que el enfrentamiento comercial y político entre ambas potencias sigue escalando, ni de-sestimar el impacto que ello puede tener entre las naciones latinoamericanas).

Las rebanadas del pastel

En marzo, la Secretaría de Hacienda calificaba de tontería la versión de que el litro de gasolina se aproximará a 20 pesos. Eso decía, pero a estas alturas, en la Ciudad de México el precio promedio de la Magna es de 19.79 pesos y el de la Premium de 20.19 pesos. ¿Tontería?... Tolerancia cero es la que debe aplicar la comunidad de naciones a Donald Trump y sus secuaces. Así comenzó Hitler y lo dejaron pasar.

Twitter: @cafevega