l decreto del presidente Donald Trump para poner fin, en teoría, a las separaciones de niños de sus padres migrantes, no detuvo la protesta convocada el mismo jueves 21 de junio frente a la embajada de Estados Unidos en México, donde llegaron cientos de personas y de familias para exigir la reunificación inmediata y el fin de la criminalización de la migración, pues nadie es ilegal.

Las imágenes de los niños enjaulados en diferentes lugares de Estados Unidos dieron la vuelta al mundo, junto con los audios del llanto de los infantes que suplicaban por sus padres, lo que forzó a Trump a modificar su estrategia para castigar el flujo migratorio. La criminalización y el trato inhumano no cambiará, pero ahora serán, literalmente, puestos en la misma jaula.

Realmente no me importa, ¿a ti?, se leyó en la espalda de la chaqueta de la primera dama estadunidense, Melania Trump, en su visita a un albergue de niños separados de sus padres en McAllen, Texas, con el fin de mitigar los daños a la imagen pública ocasionados por su marido. Esta frase, puesta a propósito o no, muestra realmente las intenciones de la política del gobierno de ese país, al cual por cierto, la gente reunida frente a su embajada en México, separó de su pueblo: Nuestro reclamo no es a la ciudadanía estadunidense, sino a su gobierno, gritaron en la protesta en la que colocaron gigantescas mantas con la imagen de Trump junto a la de Hitler.

A la manifestación llegaron cientos de personas de la sociedad civil, la mayoría a título personal, sin ser parte de colectivos u organizaciones. Muchas familias que por primera vez en su vida salieron a las calles a protestar, con sus hijos en brazos y en carriolas de las que colgaban cartulinas con las que exigían el fin de la política de cero tolerancia y la reunificación inmediata de los más de 2 mil niños que aún permanecen enjaulados sin que sus padres conozcan su paradero.

¿Cómo van a unir a niños que ni siquiera saben hablar con sus padres, si ni por error se tuvo un registro confiable al momento de ser separados por la fuerza y que pueden estar a miles de kilómetros de distancia?, se preguntaron en el plantón.

Y la respuesta está en el aire.

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