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En mi pintura no he perdido la idea de infancia: Vicente Rojo

Expone la serie Negaciones en la galería Juan Martín, en Polanco

Foto
▲ El artista en la presentación de la muestra.Foto cortesía de Vicente Rojo Cama y Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de junio de 2018, p. a12

La galería Juan Martín se ha convertido en una especie de túnel del tiempo al alojar un conjunto de 10 pinturas, 11 serigrafías y un dibujo realizados por Vicente Rojo (Barcelona, 1932) entre 1973 y 1974, con el título de Negaciones, que nunca se habían mostrado en México porque fueron enviados a España para una exposición en la novel galería Ponce, abierta en 1974 por el empresario Carlos García Ponce.

La galería Ponce cerró en 1989, sin embargo las obras se pasaron al Museo Reina Sofía, de donde apenas las recuperó el promotor cultural, quien inició un proceso para tener de nuevo las piezas de los cinco artistas que había llevado a Madrid: Fernando García Ponce, Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Roger von Gunten y Vicente Rojo.

El diseñador, quien acudió a la apertura con su esposa, la escritora Bárbara Jacobs, expresó que Negaciones es una serie, la primera que proyectó como tal, de relevancia para él. También lo acompañaron el director fundador de este diario, el periodista Carlos Payán Velver, y Elena Poniatowska.

Anularse, jugar y oponer pensamientos

El tema le interesó porque acababa de hacer dos libros con Octavio Paz sobre Marcel Duchamp, quien cultivó la idea de anularse a sí mismo, jugar con sus ideas, oponer varios de sus pensamientos.

Rojo empezó la serie con el reto de hacer que cada cuadro negara al anterior y al siguiente. Para esto necesitó de una forma muy concreta, que se identifica con la letra T, pero en realidad son los puntos de un triángulo.

La serie fue de más de 50 pinturas, además de serigrafías, 40 de las cuales se presentaron en el Museo Universitario de Ciencias y Arte de la Universidad Nacional Autónoma de México, aunque no lo pudo hacer con la idea original: pensar que los cuadros habían sido pintados por igual número de personas diferentes. Ya para entonces tuve que justificar que mi trabajo había consistido en hacer cada cuadro distinto, manteniendo sólo la estructura, revela en entrevista.

–¿Logró negarse a sí mismo?

–Sí, al recuperarme. Después de Negaciones hice la serie Recuerdos, que eran remembranzas prácticamente de infancia. Eso fue lo que me permitió regresar a mí mismo, y esa idea de la infancia en mi pintura no la he perdido hasta la fecha.

“Fue importante por ser una negación de mí, no sé si como artista, no sé si entonces podía tener la idea de que podía llamarme artista, cosa que nunca me gustó. Era hacer mi tarea como la había comenzado de niño. Desde los cuatro años tenía la vocación de aprender a pintar, no a ser pintor.

“De niño me di cuenta de que tener un lápiz y un papel podía ser el origen de convertirse en artista, lo que nunca me gustó; entonces volví a mis juegos de infancia, a mis cuadernos escolares, que siempre estaban sucios, porque no existía la pluma atómica y tenía que hacer las tareas con una tinta que los manchaba.

“En la serie Recuerdos comencé a sentirme un poco más tranquilo, pude pensar que podía hacer una tarea personal, que no necesariamente se fuera a convertir en pública.”

–¿Sigue negándose como pintor?

–Sí, no sólo de ser pintor, sino de hacer ciertas cosas, porque al pintor también se conoce como un intelectual que debe hablar de todo. Obviamente, tengo opiniones, pero no tengo por qué darlas como pintor. Como pintor no me gusta dar opiniones.

La exposición Vicente Rojo: negaciones, 1973/1974 permanecerá hasta mediados de agosto en la galería Juan Martín, dirigida por Graciela Toledo y Malú Block, la cual se ubica en Dickens 33B, en la colonia Polanco, Ciudad de México.