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El despertar

Cambios previsibles

A

MLO y su equipo han empezado a trabajar a tambor batiente. Va a cumplir, al día de hoy, 15 del triunfo. Él y sus colaboradores llevan tres meses preparándose para el nuevo gobierno. Tienen una visión clara de que se inicia un nuevo régimen. Aunque la resistencia ha sido menor de la esperada, hay una franja de la población que teme el final del viejo sistema PRI/PAN, al que están acostumbrados, y la iniciación de uno nuevo, desconocido.

Las primeras medidas tomadas son difíciles de aceptar por la parte conservadora de la población (casi 50%), quienes se han acostumbrado a la forma actual de hacer política por más corrupta e ineficaz que sea. El fantasma de un estallido popular no ha sido conjurado. Aunque el vencedor actúa en forma civilizada y legal, hay cientos de miles que no están satisfechos. Ciertas decisiones anunciadas parecen portadoras de una nueva política y esto preocupa a muchos. Veamos unos cuantos ejemplos.

AMLO ha propuesto que en el presupuesto de egresos 2019 ya se vean reflejados algunos cambios, como la reducción del personal de confianza y de las prestaciones que antes gozaron. Esto va a significar una crisis cultural en la burocracia y en la clase política acostumbrada a impunidades y privilegios.

El anuncio de un recorte drástico en la publicidad oficial también es inquietante. El nuevo gobierno va a quedar expuesto a la crítica; la radio y la televisión no contarán ya con subsidios; muchos periodistas e intelectuales acostumbrados a recibir dádivas tendrán que brillar y prosperar por sus propios méritos.

Los viajes al extranjero se reducirán al máximo y los viáticos sólo serán para los gastos necesarios. Los servidores públicos tendrán que contentarse con un estilo de vida mucho más austero, semejante al que existe en los países democráticos, los abusos en gastos, prevendas y en el estilo suntuoso van a desaparecer y con ellas toda una forma de vivir y actuar. El molde del político tradicional se rompió, por lo que no pueden salir con sus tonterías.

Colaboró: Meredith González Acevedo.

Twitter: @ortizpinchetti